Fall in love (BTS y tu)

Capitulo 50

Capítulo 50

-Llamare a Qi Yi, no creo que podamos ir esta noche. -se aleja. Tomo parte de su pantalón deteniéndolo.

-Esta bien...no es nada grave... -mencione con un hilo de voz. Me puse de pie caminado hasta la sala, Tae me tomo del brazo sujetándome.

-Habías dicho que los mareos habían cesado, ¿qué fue lo que paso? -su mirada era confusa y curiosa, no podía. No ahora.

-No tienes que preocuparte por eso Tae...vámonos, se nos hará tarde para la cena. -tomo mi bolso junto con unas pastillas que se situaban en un cajón de la cocina.

Su mano estaba sosteniendo la mía con fuerza en el automóvil, mi vista fijaba a la ventana, mis pensamientos volaban y mi conciencia decía que debía decirlo ahora.

La casa de Qi Yi se situaba en una hermosa villa cerca del mar. Una hermosa mansión adornaba aquella villa. Toque la puerta dos veces hasta que escuche el girar de la manija viendo como la persona de atrás esbozaba una sonrisa de oreja a oreja cuando vio mi rostro y el de Tae.

-¡Llegaron! -menciono ella emocionada.

-Finalmente, estábamos en la mejor parte de la platica. -escuche la voz de Luna dentro de la casa. Entre sentándome junto a ellos- Que formal, ¿pues a donde vas?

-Pero si yo no diría lo mismo. -toco su vestido negro que se encuentra más arriba de su rodilla- ¿Que tienes planeado hacerle esta noche a NamJoon? -ella sonríe con picardía.

-Eso es secreto. -me da un pequeño golpe en la cabeza- Ahora si, ¿en qué nos habíamos quedado?

-¡En mi! -gritó Carolina alzando la mano- Bien...hace tiempo mis padres mandaron una postal diciendo que... aunque ya hubiera cumplido la mayoría de edad, que no me casara sin que ellos estuvieran presentes. Eso es raro ya que no les he cuñado sobre mi relación.

-Pues ni modo Kook, tendrás que esperar mucho tiempo para que los padres de Carolina dejen el occidente y vengan al oriente. -las rísas de todos comenzaron a llenar la habitación con el comentario de Luna.

Mi teléfono comenzó a sonar dentro de mi bolso, vi la pantalla desbloqueada: "papá".

-En un momento vuelvo, iré a contestar una llamada. -me levanto del asiento caminando fuera de la casa hasta la calle. Contesto la llamada al sentirme segura de que nadie me estaría escuchando- ¿Bueno?

-Hija, tengo buenas noticias. -estaba emocionado, una sonrisa se formo en mis labios.

-¿Cual es la buena noticia? -miro el cielo esperando por su respuesta.

-Dentro de unos días mi jornada terminara ya que será tiempo de que me jubile. Tu padre ya no puede mas con estos años que se le están viniendo encima. -abro los ojos como platos. Bajo la mirada girándola hasta la puerta.

-¿Sabes de lo que me estas hablando? -menciono mordiéndome la lengua un poco- Quieres dejarme toda la empresa, quieres que yo sea...papá...yo... no puedo con eso. No puedo conducir toda una em... -su voz me interrumpe.

-Hablaremos de eso mas tarde. Te pondré como heredera a la empresa, eres mi hija ahora. No puedo estar mucho mas tiempo allí, este será mi último recurso. Nos vemos luego. -corta la llamada dejándome con la palabra en la boca.

-¿Papá?... -mencionó al final, alejo el celular al escuchar el tercer sonido que me avisa que la llamada a terminado.

¿Dirigir una empresa completa? No puedo hacerlo. No podía en este estado o al menos no ahora. ¿Porque en estos momentos mi padre no vivía?

{...}

-¿Porque esa cara? -miro a Tae a los ojos. Había estado distraída toda la noche después de la llamada.

-No es nada...tan solo que he estado un poco pensativa...¿puedo preguntar algo? -me meto entre las cobijas al igual que el.

-Acabas de hacerlo. -se acomoda en la almohada recostando mi cabeza en su pecho mientras me abraza.

-¿Cuanto tiempo nos queda juntos? -noto su silencio. No me atrevo a mirarle, se cual es su expresión ahora- Creo que a sido una pregunta idiota, perdón. -me retiro de su pecho- Buenas noches. -me abraza con fuerza volviéndome a recostar en su pecho.

-Dos semanas...dos cortas semanas. Me duele pensar que te quedaras sola, mi cama se sentirá vacía cuando me de cuenta de que no estarás a mi lado, los días serán eternos, no quiero marcharme.

-Y yo no quiero que te vayas. -cierro los ojos abrazándole.

{...}

-¿Ahora que haré si Suga se va? -pregunta Qi Yi mirando perdidamente hacia la ventana del comedor.

-¿De qué tanto te preocupas? Las que deberían estar mas tristes son Itzel y _____. -miro a Carolina con una mueca- Se me había olvidado, ¿no le has contado?

-Ya les he dicho muchas veces que quiero hacerlo en el momento adecuado. Decirlo ahora solo causara problemas, ¿que pasara con su debut si se lo digo ahora? -continuó limpiando el plato de porcelana.

-Bueno, en eso tienes algo de razón, necesitan estar concentrados en su presentación para que todo salga bien. -baja la cabeza resignada al igual que Qi Yi.

-Aunque también no pueden dar al descubierto sus relaciones amorosas. -termina de decir Qi Yi soltando un suspiro.

-¿Y cómo va el trabajo? -dejo el plato mirando a Carolina quien cambia su expresión a una sonrisa mientras me mira.

-Me han hecho líder de cocina. -bajo la mirada al plato- Mi padre me llamo anoche diciendo que tiene que retirarse en un dos semanas.

-¿Estas diciendo que tu serás la...? -las dos me miran atentas por una respuesta.

-Aun no he aceptado así que no se hagan ideas malas. -les golpeo la frente con los nudillos- No quiero hacerme cargo de una responsabilidad tan grande como esa.

-Pero si no aceptas, ¿quién crees que vendrá de candidato? -miro con confusión a Qi Yi quien se soba la frente. Pienso por un momento en la única candidata que vendría para hacerme la vida de cuadritos.

Suelto un suspiro bajando la cabeza- Tendré que tomar la herencia si no quiero verme de sirvienta en un futuro no muy lejano. -siento un golpe en mi hombro de parte de Carolina.

-Finalmente has puesto a trabajar esa mente tan inmadura. -ríe. Miro el reloj viendo el final de mi jornada. Dejo el plato en la barra junto con el trapo.

-Entonces las veo al rato. -me despido caminando hasta la puerta.

-Recuerda que hoy tenemos un paseo a la playa para que termines de empacar todo lo sexi que encuentres en tu armario decente. -afirmó con la cabeza a la vez que hecho una risita.

Miro aquella puerta con manijas de plata, toco la puerta hasta escuchar el pase de entrada, mis ojos no pueden creer lo que ven ahora.