ME CONVERTÍ EN UN DI0S EN UN JU3GO DE T3RROR (GHG)

Cap. 128-129 (Hogar de Bienestar del Amor)

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Capítulo 128

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El dios que derramó su última gota de sangre por su creyente cerró cansadamente los ojos, y durmió plácidamente junto a su creyente que había renacido y curado.

Las enredaderas marchitas se convirtieron en una colcha negra para dormir encima de él. El joven dios que ganó su primer creyente tenía una sonrisa muy tenue e imperceptible en su rostro, como un niño que sueña después de conseguir su juguete favorito.

Todo parecía magia de un hada madrina, porque el reloj acababa de dar las 12 de la noche.

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Liu Jiayi se despertó tosiendo por el olor a blanqueador mental. Debido a la pérdida de sangre, su cara estaba tan pálida que era casi transparente, pero, aunque acababa de despertarse esta niña recuperó instantáneamente la vigilancia. Sacó el veneno y lo apuntó en la dirección donde había oído la voz.

Como el tiempo de uso de su artículo visual se había agotado, Liu Jiayi no podía ver nada ahora.

"Soy yo, Bai Liu". Bai Liu estaba calmado incluso cuando estaba siendo amenazado por Liu Jiayi con usar veneno en su cuello. Abrió las manos para demostrar que era inofensivo y continuó: "Tu sangre todavía está fluyendo, así que quería tratarla por ti".

Liu Jiayi retiró el veneno un poco aturdida. Parecía que todavía no se había recuperado de la noticia de que Bai Liu había sobrevivido.

En ese momento, ella ya estaba planeando romper el frasco y dar pelear una vez. No esperaba realmente salvar a Bai Liu. Inmediatamente después de tocar la herida vendada en su brazo, apretó ligeramente su mano y sintió los cortes aún punzantes en su brazo.

"Tu valor de salud ya debe estar bajo, ¿no vas a restaurarlo?" Preguntó Bai Liu.

Liu Jiayi frunció los labios y no dijo nada. De hecho, el tiempo de restauración de su habilidad de curación había terminado y Bai Liu tenía razón. Debido a su desesperado derramamiento de sangre para salvar a Bai Liu, su salud era muy baja. Sólo tenía 5 puntos y ahora sentada en el suelo, había una especie de frialdad recorriendo su cuerpo que le hacía querer temblar.

Liu Jiayi no le contesto y Bai Liu tampoco se preocupó por Liu Jiayi. Giro su cabeza hacia el dormido pequeño Mu Ke y le vendo la herida. Justo después de vendar, la mano de Liu Jiayi de repente agarro la esquina de su ropa. Bai Liu volvió la cabeza sorprendido. Liu Jiayi tenía los ojos cerrados y sus pestañas temblorosas estaban cubiertas de agua. Su rostro estaba cubierto de manchas de sangre sucia, pero su cuerpo de repente emitió un halo blanco y muy sagrado que se extendió a los cuerpos de Bai Liu y Mu Ke.

El halo era tan cálido y de un blanco tan puro que uno no podía evitar relajar sus tensos músculos y nervios. La niña en medio del halo sostenía en sus brazos una botella de líquido brillante como el mercurio, en una larga y delgada botella flotante de cristal tan larga como la palma de la mano de Bai Liu.

Liu Jiayi puso la botella de líquido en la mano de Bai Liu y dijo roncamente: "Bebe este antídoto con Mu Ke. No hace falta que me guardes un poco. Llena la barra de tu salud".

En el momento en que Bai Liu estaba a punto de preguntarle por qué ella quería darles esto, Liu Jiayi pareció sentir frío, se acurrucó y abrazó sus rodillas, hundiendo la cabeza en ellas.