Luisa Nogueira no sabía lo qué el futuro le tenía planeado.
El 13 de Octubre el vuelo 571 del avión de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló en la cordillera de los Andes. Sus supervivientes tendran que enfrentarse a una dura realidad, pero entre el...
Una sensación extraña rodeaba a los chicos, aún así, tenían una misión.
Al ver que el grupo no tardaría en comenzar a disminuirse se tomó la decisión de que era momento para salir a buscar la cola del avión.
Harían lo imposible por salir de aquella montaña.
Hay que intentarlo todo
Mientras los chicos se preparaban para salir, la azabache que se había ganado el cariño y aprecio de todos estaba sentada junto a los cuerpos de aquellos que se les había arrebatado la vida de manera injusta.
Luisa acariciaba el cabello de su hermano mientras las lágrimas escurrían de sus ojos, no había parado de llorar desde que se separó de Daniel, el rubio entendió que la chica necesitaba tiempo a solas para hacer el duelo.
Recuerdos con su hermano pasaban por su mente, haciendola lamentarse más.
Extrañaría tanto a su hermano, el dolor que sentía era cómo si le dispararan en el pecho, cómo si su corazón hubiera desaparecido y hubiera un hueco en su lugar.
Pasos en la nieve la sacaron de sus lamentos, sin levantar el rostro acomodó el cuerpo de su hermano junto a la hermana de Nando, Susy.
El cuerpo de Luisa se inclinó al cuerpo de Arturo dejando un beso en la frente del menor.
Un gritó ahogadó mezclado con la lágrimas salió de la chica, con sus manos cubrió las manos y torso del chico y con delicadeza cubrió el rostro, repozando su frente con la del difunto.
-Luisa
No hubó respuesta por parte de la chica, estaba sumida en la negación y el dolor de perder a un ser querido.
-Lu, yo sé lo mal que la estás pasando. Llega la necesidad de destruir todo alrededor y vengar a esa persona, gritar a más no poder y desear que todo sea un mal sueño - habló Nando tomando a la chica del hombro.
Se siente cómo si arrancaran algo dentro de tí, sentís que te quitan tu razón de vivir y muchas cosas más, quedás estancado en los recuerdos con esa persona y no podés evitar desear estar con ella.
Así me sentí cuando perdí a Susy, la pasé tan mal sintiendome incopetente sin poder haber hecho algo para evitar su muerte, el odio lleno aquél hueco en el que solía estar mi corazón pero dentro de todas emociones, vos fuiste quien me ayudó a despedirme de Susy.
Las palabras que me diste en ese momento, brindaron un sentimiento de cálidez y calma dentro de mí, la culpa dentro de mí se disipó.
-A que querés llegar, Nando?- preguntó con calma la azabache levantandose para mirar al chico.
-No quiero que tu corazón pierda tu escencia, no quiero que la Luisa que nos ha cuidado desde que despertó se valla. Te queremos demasiado, Lu y no vamos a dejar que pases por esto sola.
Vos me brindaste consuelo y me diste apoyo cuando Susy partió, quiero devolverte el favor y ayudarte a pasar por esto, yo te ayudaré a hacerle justicia a Arturo, a Susy, a mi madre, a Marcelo, y a todos los que extrañaremos el resto de nuestras vidas.
-Gracias...
Esa palabra salió como un supiró antes de que la abrazara a Nando, ante la acción el gustoso lo acepto comprendiendo lo mal que lo debería estar pasando aquella guerrera.
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La partida del pequeño grupo que saldría de excursión se acercaba y por ende todos se encontraban despidiendose de aquellos que tomarían el riesgo de salir a caminar.
Luisa ya se encontraba estable, el dolor seguía en su pecho pero tenía que seguir adelante, al menos lo intentaría.
-Prometéme que tendrás cuidado - dijo la chica abrazando a Roberto, el médico se despidió de la chica con calidez.
Quería a la chica como si fuera una madre para el en aquella montaña, sentía que debía ayudarla y por ello se motivó a salir.
-Que sí, boba - rió el jovén - vos tenés que prometerme que cuando vuelva esa mano va a estar bien, ta? Por favor cuidate.
-Si, Robe.
La chica le dió un último abrazo antes de separase para despedirse de su mejor amigo.
-Sos un pelotudo, lo sabías?
-Roy dejá de joder, es lo correcto.
La conversación se detuvó cuando Luisa se les acercó, inmediatamente la abrazarón.
-Como te sentís? - preguntó Tintín besando la frente de la chica.
-Tengo que seguir adelante, ustedes como están?
-Duele, pero como vos decís tenemos que seguir y no rendirnos.
La azabache miró a sus amigos con dolor, ellos también habían perdido a un gran amigo.
-Cuidaté, porfavor.
-Te lo prometó, Lu.
La chica sabía que Tintín saldría con el grupo porque ese era su modo de lidiar con el dolor y la perdida.
Roy por otro lado, intentaba seguir y no rendirse pero aquella perdida era cómo si le quitaran enegría.
Los amigos se abrazarón una última vez.
-Roy, cuidense.
El ruloso aceptó, sintiendo un poco de miedo al pensar que su amigo corría el riesgo de no regresar al igual que los otros.
-Cómo te sentís?
-Estoy bien Lu, no te tenés que preocupar - mintió Numa - Vos cómo estas?
-Duele pero intentare seguir.
-No te rindas, ta?
-Si Numita, vos cuidate porfavor. Tenés que traer a esos niños con vos, ta?
-Dale.
Luisa dió su último abrazo antes de separarse y caminar con el grupo que se quedaría, los brazos de Daniel la rodearon acariciando su cintura, buscando mostrar que el seguia estando ahí para ella.
Sin perder tiempo el pequeño grupo se encaminó en busqueda de la cola del avión.
4 fueron los que emprendieron camino.
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