Capítulo 8.

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La junta con las personas de la empresa había sido larga ya que tenían un nuevo evento que organizar. Las modelos llegarían de varios lugares y Zayn tendría que encargarse de fotografiarlas para la promoción del mismo; en pocas palabras, tenían mucho trabajo en puerta y el rizado sentía unas terribles ganas de arrancarse la cabeza y tirarla por la primera ventana que encontrara en el último piso del enorme edificio.


Lo peor del caso era que Zayn, quien era el que tenía más trabajo por el momento, se había pasado el tiempo mandando mensajes y sonriendo a la pantalla de su maldito celular como un psicópata cualquiera durante toda la reunión que habían tenido como si le importara muy poco si las cosas salían bien o mal.


Era el primer evento que estaba en sus manos desde el momento en que su padre lo había dejado a cargo y todo apuntaba al desastre total. Las personas no prestaban real atención a él, era como si lo vieran demasiado joven y por ese simple hecho creían que sus palabras no tenían sentido alguno, pero maldición, al menos podían fingir un poco de interés.


Salió de la sala de reuniones sintiendo preocupación y ganas de golpear al primer idiota que se le cruzara por el camino porque le quedaba claro de que el siguiente en ser golpeado sería él por la fuerte mano de su padre.


En un pasado había disfrutado de las fiestas, se había divertido con sus amigos estando fuera y su padre creía que seguía siendo el mismo adolescente irresponsable que era antes, pero en verdad que no era así, principalmente porque sus amigos de fiesta ni siquiera se encontraban en Londres.


Entró a su oficina y se dejó caer en uno de los grandes sofás, el mismo en el que se había encontrado sentado el día en que su padre había hablado con él sobre todos los detalles que conllevaba el hecho de estar al mando de la empresa que él con tanto esfuerzo había fundado.


Se pasó una mano por el cabello, sintiéndose agotado de repente y se preguntó si en todas las oficinas contaban con sofás como aquellos para poder relajarse un momento porque si no era así, definitivamente mandaría a ponerlos y... ¿Por qué rayos estaba pensando en sofás cuando tenía un evento en puerta?


Escuchó un golpeteo en la puerta y supo que ya era hora de trabajar, así que sin más invitó a pasar a la persona que llamaba. No tardo mucho tiempo en ver la cabeza de Louis asomándose al interior de su oficina.


Ese chico tenía unos ojos azules fantásticos, casi perfectos. Mirarlos era como si se recostara en la hierba del campo en un día claro, hasta podía sentir la suave brisa invadirlo... Y tenía que detenerse para concentrarse en lo importante.


- ¿Está todo en orden? – preguntó, con su tranquilizadora y aguda voz.

- No del todo – fue sincero – De hecho, nada marcha como debería.

- ¿Qué pasa?


Louis se adentró en la oficina y cerró la puerta detrás de él para tener más privacidad como si la necesitaran.


- Digamos que viene el primer evento a mi mando y ¿viste a todas esas personas en la junta? – pasó una mano por su rostro – Zayn casi se come el celular.

Stay |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora