Capítulo 39

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Capítulo 39

Camino de un lado a otro por toda la sala, Edward esta recostado sobre el sillón mirándome como si estuviera loca, Tanya sigue dormida en la habitación de Alice y ésta está por llegar. Estoy por sufrir un colapso nervioso y Edward insiste en que nada está mal, él está completamente seguro de saber tratar con su hermana para hacerla entrar en razón y explicarle el por qué Tanya está aquí.

Siendo sincera eso no es todo lo que me preocupa, con el regreso de Alice y Esme a Edward le ha parecido una buena idea presentarme a sus padres. He estado insistiéndole en querer dar otro paso más en nuestra relación pero no era consciente de esto, me he sentido intimidada por Esme desde mi primer día en Runway y sé que no podré mirarla a los ojos cuando llegué a su casa con Edward a mi lado sujetando mi mano.

–Bella, me estas mareando ya para de hacer eso –se queja Edward.

– ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? –Me dirijo a él con frustración–. Alice está por llegar y sabes que ni siquiera tú puedes controlarla.

–Puedes culparme a mí por lo de Tanya –dice.

–Ese no es el único problema, Edward. He roto dos promesas que le hice antes de que se fuera, una la he quebrantado unos minutos después de su partida.

– ¿Ah, sí? ¿Qué fue? –la curiosidad pinta su voz.

–Le prometí que no me enrollaría contigo.

Evito mirarlo a los ojos cuando digo eso y retomo mi camino de nuevo, Edward no dice nada más y tampoco quiero que lo haga. Seguramente no le ha de extrañar que su hermana me advierta sobre él.

–Sigues sin confiar en mí –Edward suelta de repente.

– ¿Cómo puedes decir eso? –me siento ofendida.

–No estarías nerviosa por la llegada de Alice de no ser así. Te siente culpable, Bella.

Edward se pone de pie y se acerca a mí, detengo mi paso para mirarlo fijamente, él toma mis manos entre las suyas.

–Sé que Alice no me cree pero yo sí lo hago y es más fuerte mi amor por ti que lo que ella opine respecto a lo nuestro. ¿Puedes hacerlo tú?

–Lo hago.

Edward sonríe.

–Lo sé.

Y con eso desaparece la corta distancia entre nosotros y pega sus labios a los míos. Me gustaría que el beso durara más pero el sonido de una puerta abriéndose hace que nos separemos al instante. Puedo sentir que mi corazón late de nuevo cuando me doy cuenta que solo es Tanya saliendo de la habitación, ella nos mira extrañada desde el pasillo.

– ¿La habitación ya no era suficiente? –pregunta divertida.

–Estaba por preparar el desayuno –digo con una sonrisa.

– ¡Genial! –exclama Tanya y Edward al mismo tiempo.

Suelto a Edward y camino en dirección a la cocina, escucho a mi novio contarle la situación a Tanya y ella se pone muy entusiasmada ante el regreso de Alice aunque no tiene ni idea de gran rencor que la interpelada le tiene. Espero que mi comida apacigüe a mi amiga o sino estaré en problemas.

** *

– ¡No puedo creer que hayas hecho esto, Edward! –grita Alice con furia.

–Sé comprensible, Alice –insiste él con voz suave. Yo ya habría caído ante la mirada que tiene Edward.

– ¡Esto es imperdonable, Edward Cullen!

Me mantengo al margen como Edward me lo ha pedido. Por suerte Tanya ha salido de nuevo y no está presenciando esto.

Bajo el Mismo TechoWhere stories live. Discover now