Osquedad

6.8K 722 123
                                    

Karma se encontraba en la cámara de simulación, entrenando un poco con el manejo de la atracción de la pistola, ya que comparado con las dagas era más difícil hacer que esta llegara a tus manos, ya que un movimiento inoportuno de la pulsera —que era el comando—, podría traer una consecuencia grave.

Estaba peleando con un disgregado digital, cuando llego Terasaka Ryoma; un chico corpulento, cabello rubio en los costados y en cima castaño, piel bronceada y ojos gris. Se acerco hasta un teclado y apretó un botón en forma de micrófono.

—¿Qué haces aquí? —pregunto.

El pelirrojo lo miro de reojo indiferente antes de insertar dos disparos a unos disgregados.

—No se, ¿entrenar?, me han dicho que para eso existen estas cosas —le sonrío antes de seguir disparando y golpeando.

—Idiota —solto —. Me refiero a que haces a estas horas aquí todavía, pedazo de mierda.

—Quería entrenar un poco, ¿Tú que haces aquí

—Aja —bufo —, trabajo aquí —se burlo recibiendo una mirada fulminante del pelirrojo —. Vine saber que tal te fue con ese "trabajito" que te dio esa rubia.

Se encogió de hombros.

—Nada del otro mundo, solo tuve que buscar a alguien —le dio un codazo a un holograma.

—¿Buscar? —soltó una risa —. Eso debe de ser una broma, ¿A que disgregado es que buscan en estos días? —si risa se hizo más fuerte.

Hasta el ojidorado se hecho a reír.

—Es alguien "muy importante" —se burlo.

Soltaron ambos una carcajada.

—Si claro, ¿era acaso el monarca o que? —se saco una lagrima invisible.

—En realidad era un disgregado cualquiera.

—¿A si?, ¿Cómo se llama?

—Nagisa Shiota —uno de los hologramas le pego el brazo logrando que su pistola saliera de su mano.

Entonces el sonido de la risa de Terasaka paro de golpe, como si un fantasma se hubiera aparecido frente a él.

—Oye, ¿Qué pasa?, no que mucha risa —se bufo el menor mientras atraía su pistola y le propinaba un buen golpe en el abdomen.

—No, es que, ¡Mierda, tío!, ¿En serio?, ¿Nagisa Shiota?

El pelirrojo frunció el ceño.

—Si, él, ¿Tiene algo de especial eso? —levanto una ceja antes de lanzar unas dagas.

—¿¡Que si lo tiene dices!? Por todos los años, ¿Y lo encontraste?

—Tenia que hacerlo —le contesto socarrón.

—Si, me lo suponía, diablos, pobre chico.

—¿Pobre? —le disparo a un ultimo disgregado digital antes de que el simulador parara.

—Bueno, su vida no es tan fácil, a pesar de que tiene todas la libertad que cualquier humano quisiera gracias a nuestro mundo, a él lo tratan como esclavo.

El cristal se abrió y el pelirrojo salió de allí.

—¿Qué quieres decir con ello?

El ojigris torció una sonrisa.

—No se si debería, es algo así como "confidencial" —hizo comillas con sus dedos.

—Has hablado demasiado, ademas no diré nada.

DisgregarseWhere stories live. Discover now