Epilogo

4.6K 565 72
                                    

El viento le congelaba el rostro, la nieve le golpeaba la cabeza y no lo dejaba caminar con fácil por el parque. Sus ojos azules miraban los témpanos de hielo que colgaban de las ramas de los árboles, con sumo detenimiento, como si buscara en ello recuerdos de un pasado que al parecer no existía o al menos eso es lo que le decían todos.

Recordaba toda su vida, eso no cabía duda, sabía que las personas que lo iban a visitar eran amigos del colegio, que sus padres se separaron por histerias de su madre —que se habían tranquilizado cuando entro a la prepa—, cuando su madre le mostraba fotos, él recordaba o al menos tenía ciertos detalles. Sabía y rememoraba todo, entonces ¿Por qué sentía un vació interior?, ¿Por qué su corazón le dolía al ver el hielo?, ¿Por qué se despertaba temblando y llorando en las noches?..¿Por qué llamaba en las noches a alguien llamado Akabane Karma?, —o al menos eso era lo que la había comentado su progenitora—. Camino hasta el lago congelado y lo miro por unos minutos. Pronuncio el nombre en susurro y su corazón se comprimió. ¿Por qué tenía ganas de llorar? Miro el cielo blanco con los copos cayendo y luego miro al frente y a lo lejos pudo ver algo rojo moviéndose. Palpito. No solo su corazón sino todo su ser. Un impulso de salir tras eso lo invadieron, más sin embargo se quedó quito. Inhalo aire y dio media vuelta, para seguir con su caminata.

Sus pisados lo guiaron hasta una calle de bajo prestigio, con las casas viejas y grafiteadas, personas bebiendo y, a lo mejor, drogándose, algunos jugaban, ignorando el pesado ambiente que lo envolvía siguió caminando hasta llegar a un viejo, desbalanceado y corroído edificio de madera, de cuatro pisos, los cuales tenían espaciosos balcones (con decorados de plantas marchitas), en cada uno, en los pisos habían cuatro puertas. Era un edificio extraño. Lo miro unos momentos, arrugo los ojos y sintió que ya había estado en ese lugar.

— ¿Se te ofrece algo? —le pregunto alguien.

Giro su cabeza y se sorprendió al ver a cinco chicos frente a él, todos con expresiones ariscas. Uno de cabello negro con puntas naranjas, otro castaño, rubio, uno con un piercing en la nariz y el otro con un tatuaje en el brazo que decía "T14".

—Ah...—miro rápidamente el edificio y de nuevo a los chicos —. Nada —apretó más sus manos a los bolsillos de su sudadera —. Solo pasaba por aquí, así que ya me voy —iba a rodear a los chicos pero estos se lo impidieron.

— ¿Tan pronto? —le sonrió de lado el de puntas naranjas y luego se giró a ver a sus amigos —. Pero, ¿No acabas de llegar? —se acercó un poco a él.

—No —aparto su cabeza en un intento del chico por tocarle el cabello.

Le sonrió y luego con su mano le jalo la cabeza para acercarla a su rostro tomando completamente desprevenido a Nagisa.

—Tienes una muy lindo rostro —con su otra mano le acaricio el rostro, provocándole asco al menos —. Eres muy linda.

—Soy un chico —dijo empujándolo.

El de puntas naranjas se tambaleo un poco y luego mirarlo con diversión

— ¿Un chico? —carcajeo junto con sus amigos —. ¿Estás seguro de eso?

—Muy seguro —dio un disimulado paso atrás.

Entonces sintió las juguetonas y asquerosas miradas de los chicos en él. Trago saliva e intento no entrar en pánico, pero de alguna forma esta situación se le hacía familiar.

—Atrápenlo —dijo el chico de puntas naranjas.

Sin pensarlo mucho el muchacho de hebras azules dio media vuelta y corrió dentro de aquel edificio.

El polvo lo molesto mucho cuando entro pero lo ignoro, junto con el olor a moho, animal muerto y comida echada a perder. No le importo nada de eso, solo siguió corriendo, viendo a su alrededor muchos cuartos, pero no quería entrar en ninguno, pero entonces se encontró atrapado, sin más camino por el cual huir, dio media vuelta para buscar otro atrajo, pero era tarde, fue rodeado.

DisgregarseWhere stories live. Discover now