IV.- de vuelta.

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iv.- de vuelta.

No era tan difícil, era sólo volver a ver a su familia después de 11 años, diablos, ¿Por qué no los quería ver? Ya había pasado demasiado, al menos tenía que mostrarles que estaba bien. Miró atrás a Dipper, este le dio una sonrisa reconfortante, él respondió con una sonrisa forzada.

Tomó aire y tocó la puerta, esta fue abierta de inmediato, como si lo estuviesen esperando, porque lo estaban, todos esperaban en la casa de los padres de el desaparecido a que la llamada que el castaño hizo fuera verdad, él está bien, regresó, fueron sus palabras, tan simples, pero tan llenas de emociones para los cercanos de Wirt. Estaban todos allí ya, la puerta se abrió y dejó ver a una señora castaña, con pelo hasta los hombros, estaba con lágrimas en los ojos, abrazó a Wirt fuertemente.

—¿...Mamá? —Dijo el chico.

—Wirt... lo siento tanto... nunca debí pelear contigo, mi niño, te extrañé no sabes cómo... —Dijo apretando todo lo que podía al contrario.

—No te disculpes. —Dijo mientras unas lágrimas salían de sus ojos y abrazaba igual o más fuerte a su madre.

—Te extrañe mucho... ¿Y-y greg? —Dijo con la voz entrecortada sin dejar de llorar.

Wirt se tensó notoriamente. Sentía una mezcla de emociones muy fuerte y quería llorar más.— Yo... no pude hacer nada. —Se limitó a decir antes de largarse a llorar, incluso más de lo que lloraba su madre ante su encuentro.— Fue horrible... todo fue mi culpa.

—No llores, ya estás aquí, ¿no? —Dijo separándose un poco y dándole una sonrisa reconfortante, más por dentro estaba rota, pero recuperar a uno de sus hijos era mejor que no tener a ninguno.— Seca esas lágrimas y ya entremos, todos están esperándote.

Wirt intentó dejar de llorar aunque aún sollozaba un poco.— E-Está bien. 

Su madre, Emma, secó sus lágrimas con su pulgar.— Sé que estás asustado, sé que es difícil, pero todos te extrañan demasiado... 

—Yo también los extraño... —Dijo más calmado.

—Entremos entonces, no hay tiempo que perder. —Dijo, intentando no ponerse a llorar de nuevo.

Entró a la casa, y una ola de nostalgia le cayó encima, habían cuadros en la entrada de antes de que se fuera, vacaciones familiares, cumpleaños y festividades. Pasaron el pasillo hasta la sala de estar y ahí todos voltearon a verle; su padre,  sus tíos, primos, y había varia gente que no reconoció a simple vista, Dipper estaba tras él junto a su madre. Estuvo mucho rato saludando gente, era una escena de lo más emotiva reencontrarse con gente que creyó nunca más iba a ver en su vida, varios soltaron lágrimas al verle, cuando llegó el momento de saludar a Beatrice fue un sentimiento diferente a los demás, fue su mejor amiga y confidente por años, no imaginaban su vida separados cuando eran pequeños, más sucedió. Cuando la vio, no lo podía creer, estaba vestida con una polera blanca y una camisa a cuadros roja con negro, unos jeans azules y el cabello recogido en una cola, ella se paró de inmediato y le abrazó fuertemente llorando estrepitosamente mientras todos observaban en silencio.

—¡ERES UN IDIOTA! ¿¡POR QUÉ DIABLOS TE FUISTE ASÍ!? ¡NI SI QUIERA UNA MALDITA LLAMADA, UNA CARTA! —Dijo golpeando la espalda del chico sin dejar de abrazarlo.— No sabes cómo te extrañe, no sabes las cosas que pasaron porque te fuiste. —Se aferró firmemente al más alto.— Estoy tan, tan feliz de que hayas vuelto. —Dijo con la voz quebrada. 

Se quedaron ahí un rato hasta que Beatrice se calmó. 

—Lo siento... Yo solo... Te he extrañado mucho. —Dijo a duras penas.— No vuelvas a irte, ¿Está bien? —Dijo secando sus lágrimas con su antebrazo. 

Fuera de lo desconocido. [Pinescone español]Where stories live. Discover now