XII. una cita.

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 Cuidar de Sam y de la casa ya era un trabajo bastante estresante, ahora con los ensayos y demás quehaceres de la obra se sentía completamente ahogado.

Dipper quería salir con él esa noche, pero Wirt estaba demasiado cansado, se preguntó si es que no podían posponerlo, por unos años mínimo, hasta que lograra recuperar sus fuerzas.

Pero cuando lo vio salir de su habitación, con ropa semi-formal y peinado hacia atrás, diciendo:

—Estoy listo.

Se levantó del sillón, y sus pensamientos se esfumaron. Sonrió.

—¿Vamos?

Había conseguido que Sara les prestara el auto por esa noche, después de todo ella lo insitó a invitarlo a salir.

El camino fue silencioso, Wirt miraba de reojo como Dipper jugaba con sus manos, estaba realmente inquieto. Le agradaba eso de él, le tranquilizaba saber que no era el único manojo de nervios allí.

Dipper miró por la ventana, intentando buscar paz en algún lado. Las estrellas se podían apreciar perfectamente, y la luna también, le gustaba eso.

Miró a Wirt, él también lo estaba mirando y le sonrió.

Ayuda. Pensó.

Rió nervioso y miró de nuevo a la ventaba. No llevaban casi nada andando, no habían salido del centro.

—¿A dónde vamos? —Se atrevió a preguntar, en un desesperado intento de romper el silencio.

—Ya sabrás. —Se limitó a responder Wirt.

Eso no funcionó. Suspiró, e hizo un pequeño puchero.

Cuando al fin se detuvieron, Dipper miró por todos lado a los posibles lugares que podría llevarlo. Pero no alcanzó a divisar más que una tintorería y una tienda de mascotas, Wirt se bajó y fue a su puerta a abrir.

—Ya llegamos. —Sonrió. Dipper asintió y salió del auto, hacia algo de frío, pero al instante sintió una chaqueta en su espalda.— No sé por qué nunca sales acorde al clima. —Soltó una risita.

Dipper sólo quería que se callara y lo besara, pero rió también.

—Gracias.

Wirt lo tomó por los hombros y empezó a llevarlo en dirección a su destino; un restaurante.

Se veía caro.

Se adentraron al lujoso edificio, y un chico de unos 20 años vestido con traje se dirigió a ellos.

—Buenas noches, caballeros, soy Peter y seré su mesero esta noche. Los llevaré a su mesa, por aquí por favor.

Dipper miró incrédulo a Wirt, este sólo sonrió achinando los ojos, pasó el brazo por los hombros de el menor y empezaron a caminar tras el trabajador del lugar, los llevó hasta una mesa en un balcón del segundo piso, el ambiente estaba lleno de luces y plantas, era una vista bastante bella, además tenían el pueblo de fondo, y había música en vivo.

—Tomen asiento, por favor, caballeros. En seguida traeré sus platos.

Dipper miraba nervioso a Wirt, no sabía qué debería decir o hacer, su experiencia en citas se resumía a las películas románticas de mabel.

—¿Te gustó? —Preguntó al fin Wirt para romper el silencio.

—¿Qué?

—El restaurante, que si te gustó.

—Uhm, sí, digo, fue un muy buen detalle y es bastante... Lindo. —Sonrió dulcemente al mayor.

—Como tú... —Cuando Wirt se sorprendió diciendo eso, estaba tan rojo como Dipper.

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2018 ⏰

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Fuera de lo desconocido. [Pinescone español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora