CAPÍTULO 1

16.4K 790 214
                                    


"Estaba Tan Cansada De sólo Dar Pasos Atrás"



Observo el paisaje correr a toda velocidad ante mis ojos. A través de esta ventana, a muchos kilómetros por hora, dejamos cada vez más atrás la última ciudad en la que nos detuvimos y nos acercamos a la siguiente. Esa es la rutina de este viaje; una ciudad tras otra, diferentes usos horarios, paradas, visitas a pueblos que ni siquiera aparecen en el mapa, y nuevamente aquí, en este pequeño y solitario vagón, donde me gusta pasar el día disfrutando de un café, y valga la redundancia, de la soledad y tranquilidad que me otorga sentarme frente a mi computadora, donde una hoja en blanco espera que escriba alguna palabra de lo que será mi próximo libro.

Pero eso no sucede. En los tres días que llevo viajando a bordo de este tren, no he podido hacer otra cosa más que observar el paisaje que va quedando tras de mí y frustrarme cada vez más, porque la que iba a ser mi gran aventura, está resultando un completo fracaso. Ni una palabra, ni una frase, ni siquiera una miserable idea de lo que podría escribir.

Llegué al transiberiano con la esperanza de escuchar las muchas historias de sus pasajeros y sacar de ellas alguna idea. Pero en ese momento de gran lucidez, no se me ocurrió pensar que probablemente en un tren que atravesaba todo el continente asiático, nadie hablaría español. Y por supuesto yo no hablo ruso. Así que, tengo que conformarme con la poca comunicación que me otorga mi básico nivel de inglés.

"Un escritor debe vivir para poder escribir"

Hasta ahora esa frase ha sido mi lema de vida. Pero en estos momentos la duda me asalta y comienzo a creer que este viaje no me mostrará lo que estoy buscando. A lo mejor en la siguiente parada vuelva a Moscú y tome un vuelo de regreso a México, o quizás en Europa encuentre historias interesantes. Sólo sé que no tengo destino fijo ni parada permanente, a dónde me lleve la vida, iré y como siempre, nada ni nadie harán que me detenga. Ni si quiera la falta de dinero ha sido un problema para mí. No soy millonaria para viajar de un lugar a otro todo el tiempo, pero este es mi modo de vida y no me hace falta más que mi computadora, una pequeña maleta y algo de dinero ahorrado para llevar a cabo este viaje del cuál, que sea como sea, sacaré la historia más increíble que jamás escribí.

Mis pensamientos son interrumpidos, debido al ruido que hace alguien entrando en el que, hasta ahora había sido mi vagón favorito, atreviéndose a interrumpir la gloriosa concentración que estoy prestando a este maravilloso "best-seller".

Dirijo mi mirada hacia ese intruso que ni siquiera saludó al entrar y mi sorpresa es aún mayor cuando descubro que no es intruso, sino intrusa, y que directamente se sentó frente a mí, sin siquiera mirarme.

Observa el paisaje en la misma postura en la que yo estaba minutos antes, pero más atentamente, como si realmente estuviera concentrada en ver un montón de tierra pasar a cientos de kilómetros por hora. Ni siquiera parece haberse percatado de mi presencia y eso consigue irritarme. Simplemente nos separa la mesa donde tengo apoyada mi computadora. Así que, es completamente imposible que no se haya dado cuenta de que hay alguien más aquí, justo frente a ella. ¿Cómo se puede tener tan poca educación?

De un momento a otro, me percato de que llevo minutos sin quitarle la vista de encima, completamente enojada y me atrevería a decir que hasta, embobada.

Está bien, Lauren, tu retiro asiático está resultando peor de lo que pensabas. Como no apartes la vista en este momento y continúes con tu tarea de no hacer nada, esa chica va a pensar que la estás acosando. Si es que algún día se da cuenta que existes, claro.

Es bonita, pienso haciendo caso omiso a mi conciencia. Solo puedo ver su perfil, pero es una chica muy linda. Su largo cabello oscuro y ligeramente ondulado, recae sobre unos finos hombros. Me gusta ese color, se parece mucho al mío, aunque creo que es algo más claro y además, se ve completamente natural. La claridad le otorga un brillo deslumbrante, volviéndolo realmente llamativo y haciéndolo parecer repleto de vitalidad. Además, lleva de adorno un pequeño lazo que añade cierto atisbo de infantilidad e inocencia a su aspecto. No sé por qué, pero eso me hace sonreír ligera e inconscientemente. Desde mi posición no puedo ver el color de sus ojos, pero si puedo apreciar que no son demasiado grandes. Su nariz es fina, al igual que sus labios, perfectamente delineados. Y su piel... Su piel tiene un bronceado propio del más soleado de los veranos. Un hecho bastante extraño, ya que en esta parte del mundo vivimos el invierno más feroz que jamás presencié. Ella en todo su conjunto y también su piel, desprende un halo de vida que impregna toda la habitación, y me hace pensar que debe ser tremendamente suave al tacto.

¿Suave? ¿Pero qué significa eso? ¿A ti que te importa cómo se sienta su piel? Y sobre todo... ¿Desde cuándo tienes por costumbre, hacerle un escanner exhaustivo a una chica que ni siquiera conoces? Bueno... y aunque la conocieras. Definitivamente, tantos días de soledad no podían traer nada bueno, Jauregui ¡Mira cómo te tiene el aburrimiento!

Nuevamente, y esta vez recibiendo un silencioso y verdadero agradecimiento por mi parte, alguien interrumpe estos extraños pensamientos, entrando en mi "ahora ya no tan solitario" vagón.

El camarero se dirige a la chica e intercambian algunas palabras. Yo observo la escena en completo silencio. Veo como apunta su pedido en un pequeño papel, pero soy incapaz de escuchar una palabra. Siento como si alguien hubiera bajado el volumen del televisor y sólo pudiera ver la imagen en movimiento. El chico abandona el lugar, dejándonos nuevamente a solas. Y entonces, cuando creo que por fin puedo salir del trance y volver a mi escritura, su mirada, antes de volver a su antigua posición en la ventana, se clava directamente sobre mis ojos, consiguiendo que hasta el centímetro más escondido de mi cuerpo tiemble al instante. Una tensión invade todos y cada uno de mis órganos, como si me hubiera convertido en una niña pequeña que acaba de ser pillada infraganti. Fui descubierta y aún así no soy capaz de apartar la vista de esos expresivos ojos color... chocolate. Ahora sí podía apreciarlos a la perfección. Un marrón intenso y brillante, que al igual que el cacao, algún poder adictivo debían estar ejerciendo sobre mí. 

Pasaron minutos, o quizás simplemente fueron segundos. No lo sabría decir con certeza, porque el tiempo estaba tomando un sentido extraño. Nuestras miradas permanecieron clavadas la una sobre la otra, sin ninguna intensión de apartarse. Aunque por mi parte, más bien me resultaba extrañamente imposible hacerlo.

Hasta que, cortando ese nada incomodo silencio, sus labios dibujaron la sonrisa más bonita que había visto en mi vida.

─Hola ─susurró. 

Esa voz era infinitamente más dulce de lo que me habría imaginado.

─Hola... ─respondí, agradeciendo al cielo por no haberme petrificado y vuelto tan tonta como creía.


Llenaré Tus Días De Vida (V. Camren)Where stories live. Discover now