Bárbara.
Manejé por Londres, cruzando el Cambridge Theater y terminando por aparcar mi auto en la calle 10 Frith. En la esquina, un pequeño y hogareño Nando's a la vista de muchos.
Después de descargarme totalmente con las personas en la disquera, intenté tranquilizarme aunque sea un poco. No quería que Shawn me vieras en estas condiciones así que intenté sanar las cortadas y arreglarlo con un poco de corrector.
Entré con un poco de vergüenza, traté lo que puede para ocultar las cortadas en mi rostro con maquillaje, pero de nada servía. Vi a un lado a John, guardaespaldas de Shawn y miré en las últimas mesas hasta encontrar una con 5 personas que se me hacían familiares.
—¡Buenas tardes, familia Mendes! —saludé amablemente llegando a la mesa negra.
—¡Bárbara! Que agrado verte de nuevo, chiquilla.
—El agrado es mío, señor Manny —Sonreí.
Su madre Karen me veía sonriente.
—Que alegría que vinieras, ven, siéntate —señaló un espacio entre ella y su hija menor Aaliyah, a quien le di un fuerte abrazo de lado una vez me senté.
—Andrew —Saludé cortés al manager de Shawn. No quería sonar nada mal en frente de los padres de Shawn aún después de que Andrew se había portado mal conmigo y al parecer con Shawn también. Era algo que se entendía y no era la primera vez que pasaba.
Miré a Shawn, quien no había dicho palabra alguna desde mi llegada. Su semblante estaba serio, no me miraba a los ojos, sólo recorría su mirada por toda mi cara. Estaba tan serio que me daba miedo, por primera vez me intimidaba de esa forma.
—¿Qué te pasó? —Preguntó.
—¿En dónde? —fingí olvidarlo.
—Las marcas de tu cara, ¿estás bien? —cambió su vibra a una más preocupada, su boca estaba levemente abierta, la dulzura hizo aparición en su voz causandome escalofríos— ¿Quién te lo hizo?
—No me lo hizo nadie —Sonreí a la defensiva—. Estoy bien, no te preocupes, luego te explico —Carcajeé un poco para aliviar el ambiente.
—No, Bárbara, de verdad me preocupo por ti. Espero que no sea nada malo —me miró fijamente.El mesonero interrumpió la charla atendiéndonos. Pedí otra cosa menos pollo, no andaba de ánimos para comer pollo.
Una vez que nos trajeron la comida, empezamos a comer mientras Manny, el padre de Shawn, y Andrew hablaban sobre los próximos eventos. Yo hablé con Aaliyah sobre la escuela y cosas varias que nos gustaban mucho.
—Shawn, cariño, no has tocado la comida —Dijo Karen preocupada.
Shawn sonrió de lado y nos miró a todos.
—Se me ha quitado el apetito —excusó.
—Pero tienes que comer algo, aliméntate, por favor, hijo —pidió Manuel.
No sabía qué decir.
—Vamos, Shawn, no tienes que armar tanto problema, sólo come, mantente sano —señaló Andrew.
Enfrió su mirada y pude sentir que su molestia llegaba de nuevo a él. Tiró el tenedor y el cuchillo contra la mesa y fruncio su ceño.
—No me obliguen a comer, por favor —pidió—. No tengo hambre.
—Está bien, sólo... Nos preocupábamos por ti —murmuró su madre decepcionada, o eso parecía.
Shawn suspiró.
