Bárbara.
Sollocé limpiando de nuevo mis lágrimas mientras James sólo frotaba mi espalda consolándome.
Mi teléfono sonó con su ringtone, James echó una rápida mirada y me tendió el teléfono que iluminaba en la pantalla "Shawn"
-¡Shawn! -contesté antes de que dijera algo- Dime que eres tú y que estás bien.
-Estoy en el hospital St. Thomas, ¿puedes venir lo más rápido posible? -Preguntó con la voz apagada.
-S-sí, por supuesto, pero... -Colgó- ¡Joder!
-¿Qué dijo?
-James, rápido, vamos al hospital St. Thomas -agarré mi chaqueta y salimos rápido de allí sin importarnos nada más que en todo este asunto.
James manejó rápidamente mientras yo sólo sollozaba como una niña pequeña, ¿qué había pasado? Cualquier cosa que sea, yo tenía la culpa.
Shawn estaba sentado con su cara seria y suspirando maldiciones cuando me vio correr a él.
-¿¡Qué haces aquí!? ¿Qué coño pasó? ¿Dónde está Niall?
-Yo... No lo sé, todo fue tan rápido...
-Tranquilo -se paró para abrazarme mientras arrullaba su cara en un hueco de mi cuello. Algo grave había sucedido, Shawn parecía estar en shock.
-No se me pasa otra cosa por la cabeza más que la estupidez que hubiera pasado si yo no fuese a casa de Niall -tragó saliva con sus ojos llorosos.
Y entonces me angustié, me asusté tanto que me solté de sus brazos y lo miré con el ceño fruncido. ¿La estupidez que hubiera pasado?
-Shawn, sabes más que todos que yo tengo que saber lo que pasó. ¿Dónde está Niall?
-Está en emergencias, llamé al 911 lo más rápido que pude -pausó-. Yo sé que eres su mejor amiga, te lo contaré todo.
Asentí con los puños apretados. Más allá de la angustia, estaba molesta, molesta con todos, pero sobretodo conmigo misma. Que estúpida niña soy.
-Cuando llegué a su casa, nadie me abrió así que entré por la puerta trasera dispuesto a partirle la cara, sin embargo la escena que... -tragó saliva de nuevo- fue horrible, él estaba en el suelo, bañado de sangre. Su rodilla operada, toda su herida abierta -de sólo imaginarlo se me revolvió el estómago-, sus muñecas cortadas, todo estaba lleno de sangre. Se tomó pastillas para suicidarse.
Suicidarse... ¿Qué?
Con lágrimas comenzando a correr mis mejillas contesté -¿En qué estaba pensando? ¿Está loco?
-No lo sé, él realmente necesita ayuda.
-Más que eso, Dios -suspiré-. Y todo por mi culpa -sollocé por milésima vez en la noche.
-No digas eso, nadie tiene la culpa. Son cosas que pasan...
-¿¡Cosas que pasan!? ¿En serio? ¡Shawn, mi mejor amigo está en emergencias por intento de suicidio! Éstas no son cosas que pasan.
-¡Bárbara! -llamó la voz familiar de Louis, detrás de él venía llegando Harry con Sofía.
-Louis... -lo abracé.
-Pequeña, Shawn me llamó y me dijo que era una emergencia con Niall, vine corriendo con Harry.
-Me alegra de que hayan venido -Sonreí a medias.
Todos se sentaron mientras Shawn repetía la historia de nuevo, como si fuera un cuento de hadas que los abuelos nos cuentan cuando estamos pequeños para dormir, la diferencia era que el cuento no era de hadas, era una total pesadilla.
