Capítulo 3 Volando

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Solo he tenido una semana para asimilarlo, en una semana he tenido que tranquilizar a mi madre para que no le dé un ataque al corazón al informarle que me voy a trabajar a la otra punta del mundo, aunque volveré, para volver a irme. Tengo ya ganas de quitarme el vuelo de encima, jamás he volado sola, bueno lo haré con todo el equipo pero eso no me hace sentir acompañada, necesito a alguien a quien yo quiera, alguien con el que si vamos a morir pueda cogerle la mano y me sienta en casa. Llevamos ya ¿cuánto? ¿media vida? subidos en el avión y parece que no vamos a despegar nunca. Me he estudiado el mecanismo de los aviones por dentro, conozco las mil y una formas en que éste puede fallar. No, no, mejor no pensar en eso, no debo pensar en cosas malas. Abro la mochila y saco de ella el bloque con las tuercas y la llave inglesa de juguete, la misma que le regalaron a mi hermano de bebé. Trac, trac, trac. No va a pasar nada. Trac, trac, trac. El avión está perfecto. Trac, trac, trac. No voy a entrar en pánico. Trac, trac, trac. Veré a todo el mundo de nuevo. Trac, trac, trac. No moriré sola.

-¿Quién está haciendo ese ruido?

Es la voz de Marc, no acabo de descifrar si suena molesta o no.

-Yo.

-Para por favor, me está poniendo nervioso.

Aguántate, si no lo escucho la que se pone nerviosa soy yo, tú ya llevas mucho aire rodado. Trac, trac, trac.

-Anat, para.

Trac, trac, trac.

-¡Anat!

Trac, trac, trac, trac, trac.

-!ANAT!

Antes de poder darle más vueltas me lo quita de las manos, y no de forma delicada cabe decir. este niño debería leerse las reglas del caballero.

-¡Devuélvemelo!

-No, queda confiscado por lo que resta de vuelo.

-Por lo que resta de vuelo, por lo que resta de vuelo, JA-suelto una carcajada mezclada con algo de histeria-. Ni siquiera hemos despegado, aún faltan más de seis horas.

-Precisamente, no pienso pasarme seis horas escuchando esto.

-¡Qué más te da! Escuchas ruido mucho más molesto en los circuitos. Lo necesito.

-¿Para qué?-levanta una ceja y abre mucho los ojos, no entiende la situación en que yo esté jugando con un juguete de bebés, debe pensar que lo hago por fastidiar. Levanto el cuerpo para mirar a mi alrededor, la resta del equipo tiene los ojos puestos en nosotros. Genial. Perfecto.

-Devuélvemelo, por favor.

-Dime para qué y entonces me lo pienso.

-Mover la rosca me relaja, ese ruido me relaja.

-¿Estás nerviosa?

No me da vergüenza alguna admitirlo.

-No me gusta volar sola, lo odio, odio los aviones.

-Eh vamos, el avión es el medio de transporte más seguro del mundo-me sonríe, la misma sonrisa que dedica a todas las cámaras, quizás también intente tranquilizarlas a ellas.

-No me vengas con ese rollo, lo he escuchado demasiadas veces. No me asusta volar, me da miedo hacerlo sola.

-No estás sola, todo el equipo está aquí, además Antonio ocupará ahora su asiento a tu lado, solo está hablando con Javi, Emilio y conmigo (o lo hacía, antes de que me viese en la obligación de rescatar mis oídos).

-Ni siquiera lo conozco.

Miro por la ventana, no conocer a alguien es igual a estar sola. Escucho un suspiro a mis espaldas, soy yo la que debería estar suspirando.

Serendipity (Marc márquez)Where stories live. Discover now