Capítulo 6 Cámaras y ¿romance?

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Apenas he podido dormir, estoy excesivamente nerviosa, me he bañado en un mar de nervios en el que con duros esfuerzos soy capaz de nadar. He visto muchas carreras, infinitas, mi padre es un gran fan de las motos por lo que han sido demasiados domingos pasados con él viéndolas, yendo a Montmeló, a motorland, incluso intentaba hacer coincidir el país al que íbamos de vacaciones con semana de carrera en él (para desgracia de mi madre). Seguramente he sacado de él la pasión, las ganas de dedicarme a este sector pudiendo escoger entre muchos otros más cómodos que recorrerse el mundo (lo que nunca consiguió fue que condujese una, suficiente tengo ya con el coche). Sin embargo esta es la primera carrera que vivo desde dentro, que me juego más que las ganas de que gane el piloto al que sigo, es más ni siquiera puedo desear que gane ese piloto, porque aunque Dani Pedrosa no es competencia directa sí lo es de mi equipo. Nerviosa porque si Marc lo hace mal la novata se irá a la calle (o a la oficina), incluso si no es su culpa. Hoy empieza la cuenta atrás, la primera de cuatro, espero que la primera de muchas.

-Marc.

Está sentado en su silla súper cómoda, con el mono ya puesto, con una cara extremadamente seria que hace que no parezca Marc Márquez. Igual también tiene que ver con que su hermano se ha caído, espero que no le siga el paso.

-No es por meter más presión ni nada, pero si pudieses hacer un pleno de victorias como en tu segundo año sería genial, no te pido once con cuatro ya me vale. Piensa que no eres tú el único que se está jugando algo.

-Esto no es lo más adecuado para decirle a un piloto momentos antes de una carrera.

-Yo sé que tú puedes con estas palabras y más, eres un tío fuerte-le pego un "puñetazo" en el brazo como demostrándoselo, él cambia la expresión seria a una divertida.

-¿No tienes ninguna moto que revisar?

-Está perfecta. ¿Tú no tienes ninguna táctica que revisar?

-Lo tengo todo aquí-se toca la cabeza.

-Espero entonces que el casco no te corte el riego de ideas a la cabeza.

-Ya es una parte más de mi cabeza, no te preocupes.

Yo asiento y me retiro sin decirle nada más, dejo que vuelva a concentrarse de lleno en lo que deberá hacer dentro de no mucho. Me ha obligado a dejar mi bloque con la tuerca en el hotel, y como lo he "desobedecido" me lo ha robado mientras yo estaba en el lavabo, ahora está escondido por algún lugar que desconozco. Así que como no tengo mi trac, trac conmigo saco una bolsa con bombones en la mochila. El chocolate siempre es la respuesta, sea cual sea la pregunta. De todo tipo, cobertura de chocolate con leche y rellenos del infinito que se te pueda cruzar por la cabeza, de pistachos, almendras, nueces, caramelo, chocolate blanco, chuche, fresa, cereza, palomitas... Y yo los ingiero uno tras uno, sin descanso, hasta el punto de no distinguir si mi lengua es un trozo de carne o un puñado de azúcar. Solo dejo dos, si Marc gana los compartiré con él para celebrarlo, y si pierde de consuelo.

Cuando Marc ya está subido en la moto tengo la piel de gallina, imposible estar más erizada, nada que ver con el frío (que no lo hace).

-Mucha suerte y quema el circuito, demuestra de lo que somos capaces el equipo Honda.

-Eso haré, que no te quede duda-me dedica una sonrisa por detrás de la visera del casco.

Levanto la mano para chocar los cinco, lo hace con tanta fuerza que hasta pica, pero es un quemazón agradable, como si fuese le bombón más dulce. Es Marc Márquez, aunque tenga un largo historial en caídas lo hará genial. De vuelta en el bóxer tenemos un invitado, aunque probablemente esté más en su casa que yo misma. Me pilla mirándolo y sonríe, con cara de reconocimiento, como si estuviese cayendo en quién soy, seguramente su hermano le haya hablado de mí.

Serendipity (Marc márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora