Capítulo 36: En cabeza de carrera.

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Capítulo 36: En cabeza de carrera.

ALEXA

Esto empezaba a ser divertido. Podía torturar a la putita cuanto quisiera, manejarla a mi antojo y desahogarme con ella si era preciso. Pero esta cueva… sin duda esta cueva superaba cualquier cosa que hubiese visto nunca. Y era mía.

Al entrar fue algo decepcionante, no nos pasaba nada a ninguno ni sentía nada especial. Hasta que miré a la inconsciente rubita, ella sudaba o parecía quedarse sin respiración en lugares en los que nadie más sentía nada, de hecho, me arrepentía enormemente de haberla dormido, me hubiese gustado que sintiera esas cosas estando consciente. Pero cuando llegamos a la sala, mi sonrisa fue tal que no pude evitar reírme a carcajadas, había sufrido una gran derrota hacía días, pero esto me volvía a poner en cabeza de carrera.

Todo aquí era grandioso, me acerqué a cada objeto con la intención de sentirlo. Coloqué mi mano a escasos milímetros del árbol muerto, no me atrevía a tocarlo, pero podía sentir como a pesar de estar muerto, un hilo de oscuridad recorría cada rama, de alguna manera, parecía estar esperando a que alguien lo despertara.

Igual le pasaba al resto de los objetos, todos tenían esa energía oscura que parecía estar esperando a ser despertado, pero sin duda, el pozo era lo que más energía tenía, o más que energía, era el que estaba más activo de los cuatro, como si hubiese sido despertado hace poco…

Ver a Billie también había supuesto un plus en mi estado de ánimo, me lancé a sus brazos nada más terminé mi examen de la sala y juntos nos reímos de todo lo que poseíamos, ni siquiera me importó las caras de Jhona al vernos así, Billie y yo nos convertiríamos en los reyes de los sombras, después de esto, todo el mundo, tanto los sombras como los de la luz, nos recordarán por ser los que encontraron el origen del mal, porque sin duda, era eso lo que significaba la cueva.

- Es magnífica. – dije una vez nos serenamos y mirábamos todo con mucha atención.

- Sí que lo es. Aunque también es algo desconcertante. – dijo Billie. - ¿Qué es exactamente esto?

- Creo que es la manera de equilibrar la balanza. Ellos tienen a los elementos y nosotros tenemos esto.

Los dos nos quedamos pensativos y con la mirada perdida. Casi podía oír sus pensamientos ya que estos se parecían a los míos: ¿cómo iba esta cueva a ayudarnos a ganar la guerra? Miré a la rubita, la cual aún seguía inconsciente, y ella me dio la respuesta a mi pregunta, estaba agonizando.

- Billie… - dije en voz alta para llamar su atención.

Enseguida supo lo que le pedía y tanto él como yo, nos acercamos a la rubia y observamos como su respiración era cada vez más lenta y como su tono de piel clara, empezaba a ponerse de color morado.  

- Está muriéndose. – dijo Billie mientras ponía el dedo índice y el corazón en su garganta. – Apenas tiene pulso.

Tuve un momento de alegría cuando Billie empezó la frase, al fin la rubia moría, al fin tenía mi venganza. Pero entonces recordé el porqué aún estaba viva, la necesitaba para un objetivo mayor, la necesitaba para matar a un elemento, es más, la necesitaba para atraer a los elementos a esta cueva y con un poco de suerte, matarlos a todos.

- No puede morir. Hay que sacarla. – volví a decir casi gritando.

La cogí de los brazos y la arrastré hacia fuera. No me importaba que se arañara o que resultase herida con mi brusquedad, pero Billie no fue tan desconsiderado y la cogió de los pies para que no arrastrara.

Acabamos el tramo corriendo ya que su piel estaba totalmente morada, su pecho no se movía y la cabeza le caía de lado. ¿Y si era demasiado tarde? No tenía buen aspecto y por primera vez en mi vida, me preocupaba lo que pudiese pasarle a un brujo de la luz.

Saga Elementos IV: Destino de GuerraOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz