Capítulo 13: Los amantes del equilibrio.

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Capítulo 13: Los amantes del equilibrio.

DAYAN

He de confesar que estaba emocionado, conducir mi precioso jaguar. Una vez lo saqué de los terrenos de la comunidad, era una pasada. Casi podía imaginarme yendo a casa de Isaura para recogerla e ir a la escuela. Pero había otra cosa que me emocionaba y era el paisaje, no por nada en concreto, sino por ser diferente a lo que nos habíamos acostumbrado en la comunidad. No sabía lo harto que estaba de ella hasta que no he salido.

La fila de tres coches adelantaba y conducía sin problemas, la mayor parte del tiempo íbamos a velocidades por encima de lo permitido ya que tanto mi coche, como los dos grandes todoterrenos que iba por detrás, tenían grandes motores para permitírselo.

- Estoy preocupada por Leia. – dijo Isa mientras miraba al coche que iba detrás.

El jaguar abría la fila, seguido del todoterreno conducido por Matt en el que iban Adalia, Kai y Eve, (un cuarteto interesante…) y el último coche donde solo iban Malak y Leia.

- Yo me preocuparía más por Malak, Leía parece que es algo más guerrera a lo que discusiones se refiere. – ella se rió y acabo dándome la razón.

- Pobre Malak…

A parte de la emoción por conducir y de los recuerdos que me traía hacerlo, he de confesar unos temores que hacían que mi estomago se contrajera y que me costara respirar, mis padres. No tenía muy claro la hora exacta a la que volvían, lo único que espero es llegar antes que ellos para adecentar la casa o más bien, des-adecentar la casa. Se suponía que llevábamos varias semanas solos, no podían encontrarse la comida caducada o la casa totalmente cerrada.

Y luego lo del falso viaje, en realidad les va a sonar muy bien si se lo cuenta Isaura, ella sabe darle el toque intelectual al plan y que no parezca que solo vamos de fiesta a una ciudad extranjera, aunque sinceramente sonaba muy apetecible.

Las horas pasaban y el paisaje ya empezaba aburrirme, conducir se me hacía cansado y lo peor es que Isaura estaba siendo muy mala compañía, había abierto el libro de Albert Frut y apenas parpadeaba o levantaba la vista de las letras. Suspiré un par de veces intentando llamar, de manera discreta, su atención, pero bien sabía yo que eso no funcionaría, podría caer un meteorito delante nuestra, que hasta que no terminara el capítulo no se enteraría.

- Isa, me aburro. – dije tras un buen rato meditando e intentando distraerme con la música, con los árboles, con los pueblos, con las nubes,…

- ¡Amm! Vale… - dijo ella sin haber escuchado ni una sola palabra de lo que había dicho.

-¡ISA! – grité. Ella saltó de su asiento y se le cayó el libro a sus pies. Bien, así me escucharía. – Es que me aburro.

- Si me muero de un infarto por el susto que me has dado, ¿eso te entretendría? – dijo ella mientras me fulminaba con la mirada.

- Mmm… - dudé para hacerla de rabiar. - ¿Qué tal si me lees algo del libro? Quizás así el viaje sirva para algo más.

Eso pareció sorprenderla y yo sonreí satisfecho por mi ocurrencia, era una manera de entretenerme y a la vez enterarme de que escribió Albert Frut.

- Leía sobre una antigua leyenda de las zonas de Francia y España. Es una historia de amor algo peculiar entre una sombra y uno de la luz, en plan Romeo y Julieta…un amor prohibido.  – eso me sorprendió enormemente, ¿una sombra con uno de la luz? ¿Cómo era eso posible? Isa empezó a leer y apenas veía la carretera, solo la escuchaba:

“LOS AMANTES DEL EQUILIBRIO”

En una época donde las ciudades se medían por la grandiosidad de sus castillos, donde las mujeres iban con grandes vestidos y la lucha de espadas y caballos estaba a la orden del día, surgió un extraño a la vez que peculiar amor.

Saga Elementos IV: Destino de GuerraWhere stories live. Discover now