Capítulo 5: Lideres, correos y miedos.

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KAI

Después del entierro volvimos todos a la casa, incluidos Malak y Derek, los cuales parecían haberse quitado un peso de encima al despedir a sus amigas. Para ellos debía de ser una liberación, Malak hacía ya casi dos semanas que había traído el cuerpo de Dana y entre unas cosas y otras, no había podido despedirse como dios manda. Para Derek había pasado menos tiempo, pero sus sentimientos estaban ocultos con su silencio, apenas había hablado dos palabras con él.

Pero algo me decía que eso iba a cambiar, sin que nadie supiera porque, Derek sería el único que estaría con nosotros en la reunión, como si él fuese un jefe o algo así.

- ¿Por qué vienes tú a la reunión? – le pregunté en un momento que nos quedamos tranquilos en el salón.

- No sé, Gadreel me lo pidió hace dos días. Hasta que aprendáis como funciona todo y decidáis quién será vuestro líder, debo estar para lo que podáis necesitar. – en cortas palabras, es nuestra niñera.

No quise decirle lo que realmente pensaba de ese plan por educación. Pero por su forma de mirarme, vi que él también se consideraba “una niñera”.

- ¿Por qué tenemos que elegir un líder? – preguntó Adalia con el ceño fruncido.

Estaba claro que sería ella, no me importaba en absoluto ya que sabía que era la mejor y que ninguno de nosotros tres la llegaba a la suela de los zapatos. Hoy ya había demostrado que llevaba el mando del equipo en el cementerio, fue la única que se ofreció a dar un discurso en nombre de los cuatro y lo había hecho realmente bien.

A pesar de eso, entendía sus palabras. Se suponía que éramos cuatro, que los cuatro éramos tan importantes como uno solo. Entonces, ¿por qué necesitamos a un líder? ¿no podíamos solucionar las cosas entre los cuatro? ¿sin que nadie nos ordene o nos diga que hacer?

- Somos un grupo Adalia. Si bien los cuatro sois importantes, nosotros no lo somos. Ahora soy vuestro líder en funciones, el líder de Matt, de Malak y de Eve, pero no asumiré este papel por siempre, nosotros no somos los que estamos destinados a acabar con todo esto. – dijo “nosotros” señalando a Matt, Malak y Eve.

- Un discurso muy conmovedor. – dije algo frustrado. – Pero me pregunto si alguno sabe lo que eso significa. ¿Qué es “todo esto”? ¿te refieres a acabar con los sombras? Porque aunque haya una guerra y ganemos, no creo que el problema base se solucione.

Nadie contestó, nadie dijo nada y los que se suponía que conocían todo esto, eran los que miraban al suelo, como intentando dejar pasar mi pregunta y pasar a otro tema de conversación.

Fueron salvados por la puerta, alguien llamaba y fui abrir. Estaba seguro que sería Maura que venía a prepararnos la comida, ella siempre era muy puntual y le encantaba pasar rato con nosotros, sobretodo con Adalia.

- Hola surfista. – me dijo nada más abrirla la puerta.

- Señora Esbeck, ¿qué tal está hoy? – le dije mientras ella entraba a abrazar a su nuera.

Ella ni se molestó en contestar, entró y agarró a Adalia por la cintura mientras hacía extraños ruiditos que ninguno entendíamos. Adalia se quedó con los brazos en alto hasta que al final y tras una cara de autentica incomprensión, la abrazó también.

Cuando se soltó, pudimos comprobar que tenía los ojos llenos de lágrimas y eso acabó ablandando el corazón de la chica fuego.

- ¡Oh Maura! ¿qué te pasa? – Adalia la llevó hasta el sofá y la obligó a sentarse para que se relajara.

Matt estaba igual de estupefacto que el resto, solo que él se sentó al lado de su madre y la cogió de la mano sin comprender nada.

- El discurso que diste fue precioso, hija. – todos suspiramos de repente, ya nos imaginábamos lo peor. – Lo comentaba con la madre de Shina, has llenado de esperanza los corazones de todos los presentes.

Saga Elementos IV: Destino de GuerraWhere stories live. Discover now