Capitulo 15

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 Eleanor retiró las mantas y decidió levantarse. Llevaba horas dando vueltas en la cama sin pegar ojo, repitiéndose una y otra vez que no era posible, que Gordon había acusado a Kyle injustamente, sólo por celos. Pero al mismo tiempo, le venían a la mente miles de indicios que sugerían lo contrario. De no haber sido las tres de la mañana, se habría puesto a gritar de la frustración, pero en esos momentos su padre dormía —por fin, había apagado la luz pasadas las dos— y podía hacer algo de utilidad para salir de dudas.

 Arrancó el ordenador y se sentó en el escritorio, sin molestarse en encender la luz. Al resplandor azulado de la pantalla, divisó la tortuga de escayola y la aferró entre los dedos.

 «El tiempo todo lo da y todo lo quita. Quita las ilusiones.»

 Tecleó el nombre de Kyle en el campo de búsqueda de Google y dudó unos segundos antes de presionar la tecla de búsqueda. La verdad podía resolver sus dudas, pero ¿qué otros daños causaría al mismo tiempo? ¿Cambiaría aquello lo que sentía por Kyle? No lo sabía. No tenía ni idea de lo que sucedía en su corazón, pero sentía que lo único justo que podía hacer, por una vez, era caminar hacia delante sin buscar una vía de escape.

Presionó la tecla y esperó un par de segundos a que apareciese la lista de resultados.

Los primeros enlaces eran una serie de artículos, sobre un tal Frank Harries. Eleanor leyó algunas palabras del resumen al azar: «asesinato, clan, ajuste de cuentas, mujer e hijo…» y pulso para saber más intentando controlar su creciente ansiedad.

«Enésimo ajuste de cuentas, enésima masacre que salpica de sangre nuestra región por cuestiones de poder, dinero y venganza. Esta vez la peor parte se la ha llevado el clan de los Townsed que, en mitad del tiroteo acaecido la pasada noche en la circunvalación, ha perdido cinco hombres, entre los cuales se hallaba la mano derecha del líder, Frank Harries. Era conocido por protagonizar numerosos enfrentamientos armados y por haber cometido el asesinato, hacía dos años, del hermano de Alfred Hills, cabeza del clan homónimo y rival del de los Townsed. Los hombres de Seth Townsed volvían de la celebración de una boda divididos en dos coches. En el coche de Harries viajaban también su mujer, Becca, y su hijo, Kyle, que escaparon de milagro al asalto de los sicarios de Hills.»

Eleanor miró la pantalla con incredulidad.

Por un segundo pensó que pudiera tratarse de un caso de homonimia, pero su instinto le decía que estaba sobre la pista adecuada para entenderlo todo. Leyó apresuradamente el resto de artículos que hablaban del asesinato de Frank Harries, todos decían lo mismo: que Kyle estaba presente y que había sido testigo del asesinato de su padre. Eleanor hizo un cálculo mental rápido, partiendo de la fecha que figuraba en los artículos: en aquella época, él no tenía más que ocho años.

Le corrió una lágrima por la mejilla, pero se la secó rápidamente con el dorso de la mano. Continuó revisando febrilmente los enlaces hasta que, al final de la primera página de resultados, descubrió un artículo que no parecía una crónica:

«Espectáculo —taller a cargo del director Raffaele Bruno… Kyle Harries, de diecisiete años…».

Eleanor abrió la página.

 Al principio no entendía a qué se refería, en un primer momento pensó que se trataba de una residencia de verano, ya que el edificio se encontraba frente al mar, en una isla unida a la costa por una franja de tierra. Un lugar soleado, lleno de luz y color. Un segundo vistazo le bastó para asegurarse de que el edificio no tenía nada que ver con las vacaciones, a no ser que fueran forzosas. Se le heló la sangre en las venas al recordar lo que Cherly había dicho sobre el año perdido de Kyle:

Die TogetherWhere stories live. Discover now