Familias en Guerra.

2. Vendetta dolce vendetta.

Dylan

— No juro odiarla. Juro aborrecerla. Daño todo lo único que... Que hacía que mi furia contra el mundo se vaya. No se puedo haber metido en mi pieza, y romper mi batería así como si nada... Por eso, esta le va a salir caro. No va a ser cualquier cosa. Ya verá esa pequeña perra a no meterse en territorio que no debe —le dije a mi hermana, de 14 años, Francesca, que me estaba escuchando atentamente, del otro lado de la mesa. La idiota Capuleto también tiene un hermano de 14 años, Felipe.

Hace un mes, cuando los Capuleto dejaron toda nuestra casa llena de pintura por todos lados, él se ocupó del cuarto de Francesca... Lo pintó de rosa pastel, y lo hizo prolijamente. Pensarán que es un gesto tierno, pero no... El color odiado por Francesca es el rosa.

— Bien Dylan, no creo que la mejor forma sea vengarte... Pero si es lo que crees que tienes que hacer, no te lo impediré.

Corrí al escritorio. Tomé mi computadora e hice un cartel especial... Parece que Brooke iba a dar una buena fiesta en su casa; alcohol y parlantes era lo que pedía el folleto.

Vendetta dolce vendetta...

Brooke

Fin de semana largo, sin la familia. Decidí quedarme, no tenía ganas de ir a Palm Springs estos días. Obviamente, los Montesco, también tienen una casa allí. Competimos para ver quién tiene más fin de semana largo, aunque eso es ridiculo, lo sé.

Y Dylan se quedará también, parece que la competencia de fin de semana es solo de padres. Por otra parte, no me molesta cuidar a Felipe, solo... Debo vigilar que no se sobrepase jugando a PlayStation

— Adiós mamá, adiós papá. Los amo.

— Pórtate bien, cuida a tu hermano. Sin fiestas y cuiden la pileta —gritó mi madre desde el auto.

— Dylan cariño, fíjate que todo quede limpio y ordenado —gritó Cheryl desde la otra calle.— Arranca el auto amor, y muéstrales a estos idiotas como se conduce —dijo ella, refiriéndose a mis padres.

— Ay no, esta jodia vez no nos ganará —Mi padre aceleró y se fueron.

— A... dios... —Saludó Francesca, a sus padres, desde la casa de en frente.

Mire fijo a Dylan, él me miró a mi. Gruñí— Te odio—grité.

— Y yo a ti —Entre a casa y pegué un portazo.

— Emm... Bien, yo creo que iré a... Salir con... Unos amigos.

— ¿Tienes dinero?

— No, necesito $50.

— ¿$50? —reí—. Trabaja si es lo que quieres.

— Vamos Brooke...

— Bien —Busqué en mi bolsillo y finalmente cedí.

— Te veo a eso de las 18:30.

Dylan

Brooke Capuleto jamás esperara lo que pase hoy en su casa, no estará preparada conscientemente.

—Dylan, voy a salir —Mi hermana me interrumpió de mis malvados pensamientos.

— Bien, vete —Lo pensé —¿Con quién?

— Mmm amigas... —No la notaba convencida. Pero que más da.

— Bueno, te veo al rato.