Familias en Guerra.

28. PROM.

Brooke

La Graduación había salido perfecta. Todos nuestros gorros fueron al aire y nuestras familias nos felicitaron. Todos estaban tan orgullosos de este momento.

Al llegar a casa, me quité la toga que llevaba con el título de "recién graduada", y me recosté en mi cama. Definitivamente hoy sería un día largo.

...

Mi alarma me despertó de mi profundo sueño. Ya era hora de alistarse para el baile. Mi siesta había acabado. Decidí poner a reproducir mi alegre playlist.

Esta canción es horrible, veamos la que sigue>> Y al fin encontré la perfecta Breathless.

Me bañé y salí del baño con mi piyama. Me maquillé delicadamente y pasé un labial rojo sobre mis labios. Luego alisé mi cabello e hice unas ondas por abajo, y lo até en un rodete perfecto. Por último, y más importante, el vestido. Era de un rojo carmín, que tocaba el piso; tenía una abertura en A.

Escuché sonar el timbre. Estaba muy segura de que era Dylan. ¡Y que puntual era!

Me vi por última vez en el espejo, puse una sonrisa de oreja a oreja y le guiñé el ojo a mi reflejo.

Hora de brillar Brooke.

Bajé las escaleras delicadamente. Me sentía como la chica de She is all that, solo que me veía genial y no me había caído por las escaleras. Vi a Dylan charlando con papá, y Jeffrey, los Montesco se quedarían a comer para platicar. El cruzó su mirada con la mía y me sonrió.

— ¡Te ves fantástica! —me susurró cuando lo saludé.

— Una foto, niños.

Dylan y yo posamos. El me tomó de la cintura y yo de su nuca.

— ¿Vamos Brooky? —Asentí repetidas veces.

— Bien.

Saludé a mis padres y subí a la camioneta. Ya era hora de disfrutar del la fiesta.

— Brooke, enserio que ese vestido te sienta bien. Aunque... Déjame decirte que mi traje me hace ver sexy —Dylan levantó una ceja.

— Cariño, eres tan sexy como yo... Solo que un poco menos.

— Yo soy más sexy.

— No... Yo soy más sexy.

Y así todo el camino discutiendo. Al final Dylan paró en la escuela y nos comenzamos a besar desenfrenadamente. Tal fue así, que mi labial rojo se había corrido, y tuve que volverme a pintar.

Mi novio me abrió la puerta y me escoltó hacia la escuela. Estaba todo decorado perfectamente. We found love sonaba muy fuerte y todos estaban bailando.

Cuando encontré a mis amigas comenzamos a bailar. Este momento estaba siendo cada vez más y más perfecto. No había nada que pudiera arruinar... Lo.

— Brooke —William se apareció vestido de traje.— ¿Vamos por afuera? —Asentí. Nos dirigimos a donde el campus empezaba.

— Will —sonreí.— ¿Y tu pareja gay de la que tanto me hablaste?

— No hay pareja, porque no soy gay. Fingí, me di cuenta que ya no querías estar conmigo y fingí. Pero también, con el tiempo, supe que no pude dejarte, no puedo.

— William me dejas perpleja...

— Brooklyn —se agachó. Esto parecía un maldito dejavú. ¿Acaso cada vez que me iba a pedir algo se iba a agachar? ¡Rayos! Que lunático—, ¿quieres casarte conmigo? —El sacó un anillo de compromiso. Estaba alarmándome. Jamás me habían pedido matrimonio.

— Brooke...—Me giré viendo a Dylan un poco sorprendido— ¿Este patán te está molestando? —El se acercó a William y lo agarró del cuello de la camisa.

— Dyl suéltalo. William, yo... Yo no puedo casarme contigo.

— ¡¿Te ha pedido matrimonio?!

— Dylan es mi presente ahora, y espero sea mi futuro —Will me miró decepcionado.—, lo lamento.

— Yo creía que me amabas. Sabes Brooklyn, esperaba irme con otras expectativas de aquí. Al menos puedo decirte lo que pienso —Aclaró su garganta.—, eres una bruja. Una maldita puta y niñita consentida que cree poder hacer lo que quiere... —Dylan lo interrumpió.

— Oh dime que no has dicho eso —Puso sus manos en puño y cuando estaba apunto de golpearlo lo detuve.

— Yo lo haré —Mi puño impacto directo en la cara de William.

— Es es mi chica —Dyl me chocó los cinco. Luego me levantó y los dos salimos de allí con la frente en alto.

Luego de allí, volvimos a la fiesta. Todos nuestros amigos estaban sentados en la mesa que habíamos escogido. Lean on comenzó a sonar.

— Ya estamos Graduados. Ya terminamos la escuela —festejó Ámbar.

— Lo sé, al fin carajo —bromeó Robert.

— Esperen, esto se termina, pero... ¿A qué universidades irán?

— Mmm Robert y yo iremos a Cambridge —comentó Patrick.

— ¡Oh por dios! Merlina y yo también iremos ahí —dijo Gracie sonriendo.

— Yo iré con Bruno a Connogann —dijo Dylan.

— Ámbar y yo a Hardvard —sonreí.

— Bien, tal vez estaremos muy ocupados... Pero no quiere decir que no nos veamos, ¿verdad?

Y esa noche nadie respondió. Supongo que fue un silencio incómodo. Después de eso salimos a bailar y continuamos hasta las 3 a.m., cuando no podía más.