3.

8.9K 773 310
                                    

Amaneció y Tony fue el primero en despertar. Hacía siglos que no dormía así. Abrió los ojos y encontró una mano en su pecho, siguió el brazo y vio a un Steve plácidamente dormido. Un dolor de cabeza terrible arrasaba en la cabeza del millonario. Se incorporó como pudo.

-Dios, no vuelvo a beber.-se llevó una mano a la frente y con la otra elevó la sábana. Aún iba en corbata y bóxer. Se levantó, se quitó la corbata y se colocó unos pantalones de pijama y una camiseta.-Capi... Dime que no has abusado de mí esta noche.-

-Hasta por las mañanas eres insufrible, Stark.-susurró el capitán aún con los ojos cerrados.

No se volvieron a ver en todo el día. Steve salió a correr y Tony se encerró en su laboratorio. El genio había organizado una fiesta del tipo de las que hacía en su casa de Malibú. A las diez de la noche ya había una veintena de hombres y mujeres en la torre. Buena música, mucho ambiente, alcohol, excesos, lujos y formalismos. El soldado acudió a la fiesta con el propósito de conocer a alguna mujer con quien poder tener una experiencia sexual algún día. No quería que Stark siguiera ridiculizándolo con el tema, y después de todo, le era imposible imaginarse teniendo una vida normal y una relación como él deseaba. Nadie podría nunca compartir sus vivencias y comprender como se sentía estar tan fuera de lugar. Steve pidió un whisky y se sentó en la barra.

Ya eran las dos de la madrugada y Tony aún no había aparecido por su propia fiesta. Dos mujeres morenas se acercaron a Steve y le preguntaron si estaba solo. El capitán sólo sonrió y aceptó la charla. Tony apareció alrededor de las dos y media. Ligeramente peinado, con un traje negro con detalles burdeos y una pajarita. Estaba impecable. Steve lo vio de lejos e ignoró a las morenas con las que compartía una conversación absurda. "Dios, Stark". Steve estaba hechizado por la presencia de Tony que destacaba sobre todos los demás. De momento tres rubias se acercaron a Stark y lo perdió de vista. Lo buscó con la mirada entre la gente, sin molestarse en fingir interés en la conversación con las dos chicas. Se levantó disculpándose y se apresuró a encontrarlo. No sabía el motivo de su desesperación por hablar con Tony. Llevaba sin verlo todo el día y ahora parecía alguien nuevo sin ningún tipo de problemas. Cuando lo encontró este le besaba el cuello a una de las mujeres que pedían las atenciones del millonario. Steve en un impulso no muy acertado por su parte lo apartó de las mujeres y lo sacó de la multitud.

-Te veo muy bien.-le dijo el capitán.-¿Qué te ha pasado?-

-Nada, capi. Deja de estar tan rígido y diviértete un poco.-señaló a la multitud.

-¿Otra de tus fases?-

-No, Rogers. Si me permites.-intentó retirarse. Steve lo retuvo sujetándolo del brazo.

-Stark... Esta noche. Búscame a alguien.-dijo serio. La petición cogió a Stark por sorpresa quien miró a Steve fijamente a los ojos intentando descubrir si le estaba tomando el pelo.

-Estoy orgulloso de ti, capitán.-le sonrió maliciosamente.-Vamos.-

Tony guio a Steve entre la gente, las mujeres llegaban solas ante la presencia del millonario y bueno, algunas en vez de aferrarse a este se decantaban por el fornido capitán. Stark reía suavemente mientras observada a un Steve nervioso y perdido que intentaba ser amable y respetuoso con todas las chicas que se le acercaban. Después de la fiesta, el trayecto acabó en la habitación de Rogers, quien entró acompañado de una morena increíble mientras Stark lo alentaba desde la puerta. Steve le dedicó una última mirada algo abatida a Tony mientras pensaba que quizás sí debería de haber tenido una charla sobre sexo con él.

[...]

Habitación principal. Tony estaba en la cama tumbado boca arriba con un vaso de whisky sobre el abdomen. "Debería de estar follando ahora mismo." pensaba. Aunque podría haberse llevado a la cama a todas las mujeres de la fiesta se sentía desganado. La diversión para él acabó cuando dejó a Rogers entrar con esa fulana en su cuarto. Se sentía culpable por obligar en cierta manera al capitán a tener relaciones. "Una mujer cualquiera. Pobre Rogers, seguro que tiene una noche mejor que la mía." Se sentía confundido. Le importaba más lo que estuviera haciendo el capitán que echar un polvo. Se levantó decidido y corrió desesperado al cuarto de Steve copa en mano. No hacía ni media hora que lo había dejado allí y el soldado ya estaba cambiado. Sin el traje, con un pantalón de chándal y camiseta.

Descontrol. (Stony)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon