8.

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Steve fue el primero en despertar si se podía decir que había dormido algo. Se había pasado la noche en el sofá repasando el caso de la misión a la que se enfrentarían hoy. Llamó a la puerta del dormitorio de Romanoff y esta le dio permiso para entrar con una voz. Hablaron de la operación planeando estrategias durante una media hora alternando el tema con algunas bromas, incluso Steve la invitó a su apartamento informándola de que había hecho algunos cambios y ahora disponía de habitación para invitados. Entre el capitán y Natasha existía una fuerte conexión basada en la confianza, se convirtieron en buenos amigos pasando malos momentos juntos. Salieron del cuarto riéndose y empujándose mutuamente encontrándose con Tony que arrugó el ceño por la escena. La pelirroja saludó con un "Buenos días" a lo que Stark sólo soltó un bufido de indignación.

En la cocina cada uno se encargaba de su propio desayuno mientras Rogers comentaba la táctica a seguir. Simplemente tendrían que mantener controlados a los sospechosos, vigilándolos para impedirles realizar cualquier delito. Romanoff era la única que de verdad tenía trabajo, obligada a acercarse e infiltrarse en el refugio de los supuestos terroristas para recolectar información de la organización y posibles socios. Aunque Stark insistía en que lo mejor sería irrumpir en el edificio cogiéndolos por sorpresa, el capitán, que era el líder, mantenía que no podían castigarlos por algo que aún no habían hecho, que había que esperar observándolos para poder responder de manera rápida disolviendo el ataque.

Si la cosa se ponía fea y tenían que entrar en acción, Rogers y Stark entrarían en el terreno neutralizando a los "malos" mientras Natasha seguía ocupándose de lo suyo en segundo plano. La protección de los ciudadanos de Miami era el objetivo principal, pero no podían proceder antes del crimen, así pues, los tres irían de incógnito. El capitán sin su uniforme manteniendo su escudo guardado y vestido con ropa casual, igual que sus otros dos compañeros. Esta vez, Tony no podía pasearse tranquilamente con su armadura, tendría que esperar una ofensiva para poder activarla y ensamblarse con ella. Así que realmente estaban más indefensos que de costumbre.

Una vez listos y equipados, pero conservando una apariencia de civiles, salieron del bloque para acompañar a la Viuda Negra cerca del objetivo escondiéndose los dos hombres a una distancia prudencial pero próxima para que Stark pudiera intentar piratear algunos de los ordenadores que seguramente utilizarían los asaltantes. La mujer los abandonó para infiltrarse comenzando así su tarea. Los dos estaban en la azotea de un edificio vecino al que residían los malhechores. Tony, sentado en el suelo, abrió su portátil navegando virtualmente por los sistemas, intentando encontrar algo comprometido y hacerse también con el control de cualquier aparato electrónico. Steve lo miraba fascinado, admirando la facilidad que tenía el castaño para manejar aquellos trastos, y por qué no, lo interesante que se veía arrugando el entrecejo concentrado tecleando a casi la velocidad de la luz. Desechó de momento aquellos pensamientos recordándose lo maleducado que había sido el millonario con él la noche atrás.

-Rogers..., Rogers..., Capi...-

-¿Eh?-salió de su trance.

-Ya pensaba que te había dado un ictus.-dijo Tony sin apartar la vista del ordenador.-¿Tienes alguna noticia de Romanoff?-

-Mmm, no, aun no.-

-Creo que está en problemas. Mira esto.-giró el portátil. Steve se agachó poniéndose a la altura de Stark y le echó un vistazo a la pantalla que ofrecía lo que parecía ser la grabación en directo de una cámara de seguridad. Por fin Tony miró al rubio esperando una opinión.

-¿Cómo has hackeado...?-

-Magia. Observa.-cortó el genio.

Rogers se concentró en la imagen del vídeo. Se veía con dificultad a dos hombres tapados con máscaras de gas manejando algún tipo de sustancia química en estado líquido. Levantó la vista hacia Tony.

-Sea lo que sea eso, no parece que sea muy sano respirarlo.-aseguró el genio.

Sin demorarse, el capitán encendió el microauricular de su oído.

-Nat, sal de ahí.-habló tocándose la oreja.-¿Nat?-

Stark cerró la tapadera del ordenador incorporándose.

-Hora de actuar.-dijo Tony.-Me encanta esta parte.-

-No, Stark. Tú vuelve al piso cerca de tu armadura. Yo sacaré a Natasha.-mandó Steve.-Y sin 'peros', en combate sin tu traje eres bastante inútil.-

A Tony se le cayó la mandíbula hasta el piso. Con el ego herido no tenía muy claro si debía reírse y seguirle el juego a Rogers.

-Rápido. Te llamaré si necesito refuerzos.-y salió corriendo escudo en mano.

[...]

Se paseaba de un lado a otro intranquilo aguardando el aviso de alguno de sus dos camaradas. Aun molesto por el comentario de Steve pasaba sus manos por la armadura esperando no tener que usarla. Deseaba que el rubio volviera sano y salvo con Romanoff. Escuchó la puerta abrirse y se giró viendo entrar a Natasha.

-Misión cumplida.-anunció con media sonrisa la pelirroja. Tony asintió un par de veces regalándole algo de aprobación y se tranquilizó por unos instantes mientras la chica se iba despojando de las armas que llevaba ocultas. La espía se tumbó en el sofá soltando un pen drive sobre la mesa.

-¿Y Steve?-preguntó curioso Stark.

-¿No estaba contigo?-

El rostro de Tony cambió por completo. Se puso el traje sin dudarlo ni un segundo. Al completarse el inicio de la armadura le pidió a FRIDAY casi en un grito desesperado que localizara al capitán Rogers. No le había dado tiempo de salir volando cuando oyó una fuerte explosión. Eso lo hizo partir de inmediato en dirección al ruido dominado por los nervios y acongojado por la impotencia. En pleno vuelo su fiel I.A. halló la ubicación del capitán que coincidía con las coordenadas de la presunta detonación. Al llegar al lugar una especie de polvareda le impedía ver a través, no podía ni divisar el suelo. Sin demora descendió preocupado por Rogers y comenzó a buscar señales térmicas a falta de vista. Detectó armamento avanzado cercano pero no podía sencillamente disparar a ciegas.

-¡¡Rogers!!-llamó ansiando una respuesta por el intercomunicador.

-¡¡Tony!!-escuchó en vivo y a lo lejos.

La desesperación mordía a Stark devorándolo.

-¡¡Steve!!-volvió a gritar con más fuerza. Sin aviso previo unos proyectiles comenzaron a golpear la armadura de Tony. Girándose desconcertado le era imposible averiguar de qué ángulo le estaban disparando. Sin cesar el tiroteo otra bomba detonó en el lugar en el que se encontraban los dos héroes. La onda expansiva derribó la armadura haciendo caer a Stark. Abrió los ojos después del golpe irguiéndose dentro del traje que ya empezaba dañarse. Ascendió hacia el cielo encendiendo los propulsores para salir del trayecto de las balas. Observó desde arriba la nube de gas formada por las dos explosiones implorando encontrar al capitán bajando y atravesando en todas direcciones la densa humareda. Recorrió la zona sobrevolándola alentado por el temor de perder a un amigo. De perderlo a él.

-Señor, capto una débil señal térmica a su derecha.-le comunicó FRIDAY. Tony miró la pantalla y se guio por el GPS al borde de un ataque de ansiedad.

A medida que avanzaba una figura se iba mostrando delante de sus ojos definiéndose a cada paso. Aterrizó avanzando hacia la silueta que se desplomó perdiéndose en el pavimento. Cuando estuvo lo suficiente cerca distinguió que se trataba de Steve y precipitándose para alcanzarlo comenzaron de nuevo los disparos. Cubrió al capitán con su traje envolviéndolo colocándose sobre él mientras lo agarraba para emprender el vuelo. Lo miró por un segundo encontrándoselo con los ojos abiertos para luego ver como cerraba los párpados lentamente. El miedo invadió el corazón de hierro de Tony fundiéndolo. Una balá alcanzó el costado de Rogers manchándole la ropa de un rojo intenso. Los propulsores de Iron Man se encendieron sacándolos del lugar.


Corto pero intenso. ¿Alguien con la intriga?









Descontrol. (Stony)Where stories live. Discover now