Puertas / Doors

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Pochė: ¿La has visto?

Christina: No, para nada. Debería haber estado en mi última clase pero aún no llega.

Pochė suspiró. Estaban en la fila de casilleros cerca de la puerta principal, esperando a que Calle apareciera en algún momento, pero no daba señales de vida. Otra vez.

Pochė: Ya estaba nerviosa por la conversación que tendríamos hoy, ahora también debo estar nerviosa por no saber en dónde está.

Christina: ¿Por qué siempre se desaparece? ¿Tienes idea de en dónde estuvo la última vez que desapareció de la Tierra?

Pochė: No, nunca se lo pregunté. Supongo que quería dejarlo atrás luego de todo lo que ocurrió. Llamaré a su celular.

Sacó su teléfono de su mochila y marcó su número. Nadie atendió, como era de esperarse.

Christina: Lo más probable es que sólo esté enferma, no te preocupes.

Pochė: ¿Entonces por qué no me avisó?

Christina: Tal vez... se quedó dormida y no tuvo tiempo de avisarte.

Pochė: ¿Y por qué no atiende su teléfono?

Christina: Tal vez lo dejó en una caja fuerte y... ¡AY NO LO SÉ! ¿Quieres ir a su casa? Te acompañaré.

Pochė se lo pensó durante unos segundos. Había una línea muy delgada entre estar haciendo lo correcto y estar acosando a Calle. Pero estaba dispuesta a cruzarla.

Pochė: Vamos.


***


Estacionaron el auto de Pochė una cuadra antes de llegar a la casa de Calle y caminaron la distancia faltante. Demi tenía en sus manos el alambre que Pochė había utilizado aquella vez para abrir la puerta trasera de la casa.

Desde la parte delantera no se veía ninguna señal de que la casa estuviera abandonada, pero tampoco había señal de que hubiera alguien en ese momento. Entraron por el patio trasero. Despacio se acercaron a la puerta trasera, que Pochė ya sabía, daba con la cocina de la casa.

Christina: ¿Dónde aprendiste a hacer eso? -preguntó mientras observaba impresionada a su amiga abrir la puerta utilizando el alambre y una tarjeta de crédito.

Pochė: No tienes idea de la cantidad de películas que veo. Ven, entremos despacio.

Abrieron la puerta lentamente, luego de haberse detenido a escuchar si había alguien del otro lado. Entraron, y la cocina era el mismo desastre que era la primera vez que Pochė había estado ahí, hace meses.

Se adentraron en la casa, y cuando llegaron a las escaleras Pochė recordó que allí había visto por primera vez a Berenice, la hermana menor de Calle. ¿Qué sería de la vida de esa niña ahora que estaba en el hogar para menores?

Christina: ¿Estás segura de que no hay nadie en la casa?

Pochė: Claro que no.

Christina: ¿Claro que no hay nadie o claro que no estás segura?

Pochė: Claro que no estoy segura. Ven, subamos.

Subieron las escaleras intentando no hacer ruido, aunque era imposible con esas escaleras de madera y el calzado que las chicas estaban usando.

Christina: Recuerdame usar zapatillas la próxima vez que allane una morada.

Pochė y ella se detuvieron cuando llegaron a la cima de las escaleras, observando el pasillo de puertas que había frente a ellas. Preguntándose cuál sería el siguiente movimiento.

Towards LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora