¿Tu viste algo? / Did you see something?

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Últimos capítulos.

Le tomó algunos segundos caer en la realidad.

Corrió escaleras abajo rápidamente y salió de la casa. Su corazón latiendo fuertemente en su pecho, sus ojos repletos de lágrimas, sus manos temblorosas, sus pies amenazando con dejarla caer de un momento a otro.

Permaneció de pie en el centro de la calle, cuando razonó lo que estaba ocurriendo.

¿A dónde iría? Se desesperó al caer en la conclusión de que no tenía ninguna pista que seguir, no había nada que le dijera en dónde buscar. El mundo era un lugar demasiado grande como para andar buscando a ciegas.

"Tranquilizate" -se dijo a sí misma "Alguien tiene que haber visto algo"

Miró a su alrededor en busca de testigos, pero no había ningún alma dispuesta a ayudarla.

Un pensamiento atravesó su mente.

"La vieja casa" -se dijo a si misma.

Sin razonar nada más, comenzó a correr. Sus pulmones quemaban su pecho, y sus lagrimas ardían en sus ojos, pero nada iba a detenerla. Corrió algunas calles en dirección a la vieja casa de Calle, la que era su hogar antes de ser incendiada. Estaba tan solo a algunas calles de la vieja casa. Recordaba a Calle hablándole de ella.

"Un amigo de mi padre nos la está prestando por un tiempo, es básicamente igual a la anterior pero la pintura es más blanca, no podrías perderte" -le había dicho Calle hace un tiempo cuando su relación se restableció y Pochė le preguntó en donde se estaba hospedando.

Llegó a donde solía estar la vieja casa, y allí vio el terreno vacío. El césped estaba creciendo nuevamente, y en un tiempo no habría ninguna prueba de lo que fuera que incendió el lugar. Pero Pochė no había ido hasta allí para ver césped quemado, claro que no. Fue a ese lugar porque sabía que allí encontraría a quien podía darle respuestas.

Como si la hubiera enviado algún ser divino, Pochė vio a la anciana que buscaba en la calle de enfrente, hurgando entre algunas bolsas llenas de basura.

Pochė: ¡Oiga! -le gritó. La mujer se dio la vuelta con una sonrisa torcida que le provocó escalofríos. Estaba mucho más avejentada que la última vez en que la había visto, cuando Elena y ella le pidieron respuestas sobre el paradero de Calle. Parecía que siempre se cruzaban en la misma situación.

Abandonó lo que estaba haciendo y cruzó la calle acercándose a Pochė.

-¿Si? -dijo enseñándole sus 4 dientes.

Pochė: ¿Me recuerda? Hablamos hace algún tiempo, sobre la familia Klein.

La anciana la observó, analizando sus facciones, y luego de un momento le dijo:

-Creo haberte dicho que te mantuvieras alejada de esa familia.

Pochė: Lo sé, pero necesito que me diga si sabe en dónde están ahora.

Pochė era consciente de que esta mujer pasaba cada día de su vida en las calles, observando todo lo que ocurría en el vecindario y luego intercambiado esa información por cosas materiales, así que existía una gran posibilidad de que hubiera visto algo.

-Los vi salir esta mañana.

Pochė: Bien -dijo con un poco de esperanza al ver que la anciana cooperaba -¿tiene idea de a dónde pudieron haber ido?

La anciana le extendió la mano con la palma abierta.

Pochė puso los ojos en blanco, buscó en sus bolsillos, y depositó un billete en su mano. La anciana observó el valor del billete y lo guardó en su maltrecha vestimenta.

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