Tic Toc

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Ultimos capítulos.

Corrió hasta llegar a la casa actual de Calle, entró y vio que ni Christina ni Berenice estaban allí. Tomó su celular y marcó el número de su amiga, impaciente.

Christina: ¿Dónde estás?

Pochė: En la casa de Calle. Trae un auto y un par de tenis para correr, ahora, ven rápido, se acaba el tiempo.

Christina: Esperame.

La conversación finalizó rapidamente, y en menos de 4 minutos (que desde luego a Pochė le parecieron 40) vio su auto acercarse velozmente a ella con la puerta del copiloto abierta para no perder ni un segundo. Christina detuvó el auto sin fijarse si quiera en dónde estacionaba, Pochė subió al asiento del copiloto antes de que el auto se detuviera por completo, y el vehículo volvió a arrancar antes de que la puerta se cerrara.

Christina: ¿A dónde? -preguntó doblando la esquina velozmente mientras Pochė se calzaba los tenis.

Pochė: ¿Recuerdas el hotel al que fuimos la otra vez? ¿Al que llegamos demasiado tarde? Allí.

No era probable que estuvieran ahí, pero era una opción, y cada opción tenía que ser comprobada antes de eliminarse.

Pochė marcó el número de la operadora y pidió que la comunicaran con la central de taxis del vecindario.

Después de algunos tonos, una mujer con voz de fumadora respondió:

Pochė: Esta mañana, como a las 9 am enviaron un taxi al 23 de la calle 8, ¿cuál fue el destino de ese viaje?

La mujer tardó unos segundos en contestar, probablemenbte sorprendida por la violencia en el tono de voz de la chica.

-Esa es información privada de nuestros pasajeros.

Pochė: Una chica va a morir si no me dice a dónde fue el taxi en que la raptaron.

-¿Raptaron a alguien? ¡Hay que avisar a las autoridades!

Pochė contó hasta 10 en su mente para no insultar a la mujer.

Pochė: Hagamos un trato, usted me dice cuál fue el destino del taxi y yo dejaré que se comunique con la policía.

Christina: Llegamos -dijo al tiempo que estacionaba el vehículo en la entrada del hotel -iré a ver si están ahí -intentó levantarse del asiento pero Pochė sostuvo su muñeca, impidiéndole salir.

Pochė: Tengo el presentimiento de que no están aq... -la mujer del otro lado de la linea la interrumpió.

-Según nuestros registros.... el taxi que recogió pasajeros en esa dirección era el número 4258, y su destino era el número 127 de la calle Amador.

Pochė: ¿Amador? ¿Dónde diablos está eso? Aquí las calles ni siquiera se identifican por nombres, sino por números.

Comenzó a entrar en pánico ante la idea de que tuvieran que viajar durante horas para poder llegar allí.

Christina: No es tan lejos, sé llegar.

El corazón de Pochė comenzó a latir con esperanzas.

Pochė: ¿Estás segura?

Christina: Sí, es como a 45 minutos, pero conozco un atajo.

Pochė miró al cielo y agradeció por estar acompañada de Christina.

Pochė: Gracias -dijo a su celular, y sin esperar respuesta alguna finalizó la conversación.

Christina: ¿Calle aun no contesta su teléfono?

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