~Capítulo 5 (re-subido)

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~Capítulo 5

-¿Estas llorando? – le pregunto agachándose para quedar cerca de ella.

-¡Claro que no! – dijo quitándose las lágrimas rápidamente con los dedos. – Se me…metió…algo…

-¿Sabes que es penosa esa excusa? ¡Estás llorando!

-¡Vale, si! Estoy llorando ¿Algún problema?

-¿Tu no eras la insensible que no lloraba por nada?

-¡Seguro que tú también lloraste cuando te dejo Casa…! – en el momento que lo dijo se tapó la mano con la boca. Había metido la pata.

-¿Qué has dicho?

-Nada, no he dicho nada. – dijo bajando las escaleras otra vez, pero el rubio la siguió haciéndole preguntas.

-¡No! Me vas a decir ahora mismo lo que ibas a acabar de soltar por esa boca. – cogió a Marian de la muñeca con fuerza y antes de que saliera del portal, la arrastro hasta un cuartillo donde tenían los materiales de limpieza pero que siempre estaba abierto ya que la puerta estaba rota y sin arreglar.

-¡Déjame! – dijo la chica forcejeando para que le dejara.

-Si me dices lo que ibas a decir, te dejare.

Marian se cruzó de brazos retándole con la mirada. No la iba a cagar más, no iba a abrir más la boca sobre eso. No.

-¿Hablaras? – le pregunto el rubio mirándole fijamente.

-¿Me ves con cara de hablar? – reto la chica, quitándose las lágrimas caídas y sonriéndole con sorna.

-Ahora mismo me dirás lo de Casandra. Se la persona que ibas a decir. ¿Qué sabes tú sobre eso? ¿Eh? Responde.

-No sé de qué coño me estás hablando. –  respondió toqueteándose el pelo algo nerviosa.

-¿Te piensas que soy imbécil? ¡Se de lo que estabas hablando! ¡Contesta! – en ese momento, el rubio se había puesto muy nervioso y no paraba de mover las manos y acorralándola para que no escapase.

-Déjame salir. – le dijo Marian sintiéndose encerrada. No le gustaba nada ese cuartillo. Apenas podía ver la nerviosa cara del rubio y sus ojos azules. Y más si se le añade que la tenía acorralada para no salir.

-Ni lo sueñes. Dime. – repitió Pablo, algo más sereno.

-Por favor, te lo contaré fuera si quieres pero salgamos, no me gusta este cuarto.

-¿Te piensas que soy tan tonto para dejarte salir y que te vayas? No, no, de aquí no te vas. – el rubio suspiró mirándola fijamente. Y se dio media vuelta, que para sorpresa de Marian, Pablo salió de el cuartillo pero antes de que Marian reaccionase, tranco la puerta, con el rubio fuera.

Nada fácilWhere stories live. Discover now