~Capítulo 6 (re-subido)

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~Capítulo 6

Al lunes siguiente, Marian como de costumbre tuvo que correr para coger el metro pero a diferencia de muchas otras veces, lo perdió. Las esperanzas de llegar a tiempo se esfumaron cuando las puertas se cerraban lentamente y se ponía en marcha.

Unas cuantas personas se le quedaron mirando extrañados a la chica que estaba haciendo maldiciones al aire sin importarle quien le escuchara.

Cada cuatro minutos pasaba su línea pero el problema no era cada cuanto pasaba sino la gente que se apelotonaba en esa misma parada mirándose con desconfianza para ver quién sería el primero en entrar y encontrar un sitio libre donde sentarse. Ella, tuvo que abrirse a empujones en cuanto llego dándole igual si fuera joven o mayor, no había reglas en eso. Ya dentro, tuvo la mala suerte de tener al lado a un hombre de mediana edad, que se sujetaba en una de las barras, dejando expuesto su sobaco que no desprendía un olor a rosas, al contrario. Al darse cuenta, ella intento aguantar poner una cara de asco y la respiración lo más posible.

Cuando toco a su parada, no dudo en dar otros cuantos empujones abriéndose paso al exterior de aquel aparato. Salió a la superficie cogiendo una bocanada de aire fresco y sonrió para sí misma. Aunque le hubiera pasado todo eso encima, un lunes, no le iba a arruinar el día.

Pero la sonrisa se esfumo rápidamente cuando llego al Campus y vio a sus amigos junto con Pablo, que le sonreía maliciosamente. No pintaba nada bien eso.

María, nada más verla, corrió hacia ella y le abrazo dejándole casi sin respiración. Ella se quedó aturdida por ese abrazo repentino.

-¿Qué pasa? - pregunto Marian aun atrapada en los brazos de su amiga.

-Debiste pasarlo fatal. - dijo María deshaciendo el abrazo y mirándola preocupada.

-¿De qué hablas?

-¡Eso de que te quedaste encerrada en el cuartillo de mi piso! Pablo nos lo acaba de contar todo. ¿Cómo acabaste allí? Menos mal que Pablo salió antes de mi casa y escucho que pedias ayuda.

-¿Qué...? - Marian cada vez estaba mal confusa. ¿Qué había pedido ayuda? ¿¡Que se había encerrado sola!? Y lo peor ¿¡Que Pablo le había salvado!?

Instintivamente la chica giro la mirada hacia Pablo que le seguía sonriendo abiertamente sin dejar de mirarle a los ojos y disimuladamente le envió un besito al aire. Marian tendría que arreglar cuentas con Pablo más tarde.

-Ah, sí, lo pase mal pero prefiero no hablar de eso. - respondió la rubia sonriéndole falsamente.

-Vale, tranquila. - le dijo su amiga.

Cuando llego donde estaban todos los chicos, Olivia y Magda se unieron a darle un abrazo de apoyo. Marian solamente pensó que lo estaban dramatizando todo demasiado.

Marcos le dio un beso en la mejilla y le sonrió pero Sergio no se quedó atrás y le dio un fuerte abrazo seguido de un beso en la mejilla. La rubia se ruborizo por tal acto del castaño.

Nada fácilWhere stories live. Discover now