Capítulo 3: "Culpad al "chin""

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-¡Hayley!-dice la chica con tono de enfado al cruzarse de brazos, ya a nuestro lado.

-Mami, pedón.-dice la pequeña agachando la mirada, gesto que hace que la muchacha sonría.

-Ya lo hablaremos en casa.-termina la discusión y me mira, enrojeciéndosele sus mejillas.-Perdona si te ha molestado o algo, estaba preguntándole a tu compañera y de que me di cuenta, ya no estaba.

Joder, esta chica es increíble. Además de bonita, educada y madura.

-Tranquila, simplemente vino y al decirme que con quien había venido estaba en la tienda; me tranquilicé y empezamos a hablar.

-Se iama Asel.-interviene la pequeña, olvidando que su madre le había regañado.

¿Su madre? Parece increíble contarlo, pero si es su hija, debió tenerla con 19 o 20 años, según mis cálculos.

-Encantada, Axel. Yo soy Avril.- me da su mano con elegancia, la agarro suavemente. ¿Qué se echa esta mujer en las manos? Apuesto a que están más suaves que el culito de un bebé. Ahora me mira divertida.- ¿Axel como el cantante argentino?

Me quedo sin saber qué contestar. Veo a Shelley asentir como una tonta. ¿Qué quiere? Ahora gesticula algo, que puedo descifrar que es "Di que sí". Al principio desconfío, no sé si hay un cantante argentino que se llame Axel, pero al ver la desesperación de mi prima porque asienta, acabo haciéndolo.

-Sí, exactamente igual. ¿Y Abril como...el mes?-suelta una tímida carcajada a la vez que coge a su pequeña en brazos.

-No, Avril como Avril Lavigne, con v en vez de b.-mira su reloj y abre esos ojos brillantes que tiene más de lo normal.- Ha sido un placer conocerte, pero me tengo que ir. ¡Adiós!

-¡Adiós, chicas!-exclamo y agito mi mano al ver que la pequeña hace lo mismo.

En la entrada, mi prima las para y, tras varias palabras amistosas que no llego a escuchar, las despide y echa el cierre.

***

-¿Ha pasado algo interesante hoy en la tienda?-pregunta mi abuelo mientras nos tiende un bocadillo a cada uno. El mío es de beicon con queso, igual que el de mi abuelo. La abuela y Shelley comparten otro de tortilla francesa con queso. En mi familia nos gusta mucho el queso, por si no se había notado.

-Por la mañana apenas han aparecido dos señoras. Si lo llego a saber, no abro.-mi abuela rompe a reír.

-Ya, que te lo crees tú. Si yo digo que se abre, se abre aunque sea el día de Navidad.

-¿Y por la tarde?

Iba a decir que mi prima ha salido llorando de su turno como si estuviera en una película de bajo presupuesto de drama, pero ella no ha pensado lo mismo.

-Casi al cerrar han entrado una chica y una niña, no sé si sería su madre, pero parecido tenían. Ella estaba buscando...-nos mira a mi abuelo y a mí- cosas de chicas y al parecer no las encontraba. Así que me he acercado a ella y la he ayudado. Mientras, la pequeña desapareció y ¡adivina con quién estaba! ¡Axel la tenía!

Mis abuelos me miran casi incrédulos. Vale, me gustan los niños y son mi fuerte, aunque me ponen nervioso con preguntas que no tienen solución lógica. Antes era apegado a los niños, pero desde que mi madre me ofreció como canguro oficial del barrio; dije que no era bueno con ellos, que simplemente les ponía la tele y se dormían. Las vecinas dejaron de pedirme que me pasara por sus casas y mi madre se enfadó; por lo que toda mi familia cree de verdad que no me gustan. Si no me gustaran, ¿querría ser profesor? La respuesta es no, pero mi familia no se fija en los detalles, son todos un poco brutos.

Turn around, Bright Eyes (#1 Serie Bebés)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora