Capítulo 19: "Amor"

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— Enga, que ya es de día.— oigo de forma lejana, sin distinguir el origen de la voz: el mundo real o el mundo de los sueños.— ¡Mami! ¡Asel!

Ese último chillido hace que la somnolencia que tenía encima se esfume por completo. Abro los ojos y veo a mi cuñadita sentada como los indios en su parte de la cama, frunciendo el ceño y la boca, creando una carantoña adorable. Miro también a Avril y descubro que a pesar de las protestas de su hermana no se ha despertado. Cojo a la niña en brazos antes de que haga levantarse a todo Dios. Con un gesto le indico silencio, ella asiente y obedece.

Ya en la cocina, le preparo un vaso de leche con cacao y le saco la caja de las galletas María. Sus ojos hacen chiribitas, por lo que sé que he acertado con el desayuno. Yo caliento un vaso de café con poca leche para que la cafeína haga su función y me dé un chute de energía.

— ¿A ti tamién te guta la leche con galletas?— pregunta cuando me siento frente a ella y le cojo una galleta para mojarla en mi bebida.

— Sí, de vez en cuando ceno eso.— hace una cara rara antes de mirar su comida y contestarme.

— ¿Po la noche? A mí no me guta por la noche, hace que vomite.

— Suficiente, Hayley,—digo intentando aguantar la risa ante sus gestos— que estamos comiendo.

— ¿Po qué Mami y tú sois novios?— sigue con el interrogatorio.

— Porque nos queremos.— de nuevo hace ese mohín con la boca, afirmando que no va a quedarse callada.

— Yo tamién la quero y no soy su novia.

— Porque ya eres su hermana.

— Jake tamién la quiere y no son novios.— Joder con la niña, que cabeza más dura tiene.

— Porque es su amigo.— ante mi contestación, abre la boca para replicar.— Escucha, Hayley, no hay solo un tipo de amor. Tu mamá os quiere a Mami y a ti como hijas, vosotras a ellas como madre, Jake la quiere como amiga y yo como novio.

— ¿Y po qué?

— Porque yo quiero hacerla feliz… Es un vínculo extraño, quieres compartir todo con esa persona y acompañarla en cada momento. Quieres que las cosas que la hacen feliz duren para siempre y que una sonrisa esté eterna en su cara.

— ¿Así que eso es el amor?— dice Avril a mis espaldas, sobresaltándome. La siento en mi regazo y beso su mejilla antes de que ella deposite sus labios sobre los míos durante unos momentos. Agarro su cintura y la aseguro mientras ella coge mi vaso de café y pega un buen trago.— ¿Y tú, enana? ¿Cómo has dormido?

— Ben, pero tardáis mucho en despertar.— reímos ante su ocurrencia y después de desayunar y recoger los trastos, nos vestimos.

Hora y poco después, llaman al timbre. Como Avril está peinando a su hermana, voy yo a abrir. La sorpresa es mayúscula cuando encuentro tras la puerta a Azeneth. Antes de que pueda hablar siquiera, ella empieza a despotricar contra mí.

— ¡Ya te vale, tío! ¡Secuestras a mi mejor amiga y encima tienes la cara de ponerme esa cara de besugo disecado! ¿¡Dónde está!? ¡Quiero verla!

Me quito de la puerta para que pueda pasar y deje de dar el espectáculo antes de que venga alguien a llamarnos la atención.  

— Avril, tienes visita.- murmuro mientras Azeneth no pierde detalle de mi apartamento y las busca sin descanso.— En la primera puerta a la izquierda.

Lo siguiente que escucho son grititos de alegría y lo que veo, a Hayley saliendo del baño con los oídos tapados con las manos. Viene hacia mí y la cojo en brazos.

Turn around, Bright Eyes (#1 Serie Bebés)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora