Capítulo 22

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- Así que... ¿Para quien trabajas, Happy? - Erza le miro amenazaradoramente.

- No hablaré - el gato estaba amarrado en una silla, también teníamos agarrado su cola. No se movería fácilmente.

- Erza - me acerque a ella - ya se sabe que trabaja para Natsu.

- Aja... - Lucy miraba con enojo a Happy.

- ¡Lushy! No es lo que parece - dijo el gato.

- ¿A si? Entonces, ¿qué paso realmente? - Lucy se cruzo de brazos, las acomodo debajo de sus atributos.

- Eh... estaba yo caminando por aquí, cuando de la nada aparecer Sorato y me obliga a cargar un saco lleno de zapatos. Me dijo que si no lo hacia, me congelaría en una burbuja y me moriría. Eso paso Lushy - el gato lloraba.

Y que imaginación tiene ese gato. Se monto la tremenda historia.

- Mentiroso, no fue así - Lucy se acercó a él, lo miro fijamente - ¿fue Natsu, verdad?

- Si... - estaba asustado el gato, seguramente por la cara de pocos amigos de Lucy, o también la idea sofocante de tener melocotones en la cara. Eso debe ser la mayor fobia de los gatos.

- Teoría confirmada - dijo Levy, que estaba leyendo un libro en el sofá. - ¿Que haremos con él?

- La idea que Happy dijo no es mala. Puedo hacerlo con un chasquido de dedo - lo miré siniestramente.

- ¡Ah! ¡Ayuuuuda! ¡Que alguien salve a este gato de este locooo! - se removió en la silla. Pero, el muy idiota se movió tanto que se cayo, con silla y todo. De lado, como un saco de patatas.

- ¿Alguien ayuda a este gato? - dijo Happy con energía renovada, como si no me hubiera tratado de loco.

- ¡NO! - contestamos todos los que estaban en la habitación.

- Aye... - dijo llorando el gato.

Yo me acerque a Erza, que estaba apareciendo espadas, látigos, y más cosas.

¿Para qué?

Pos, existe la posibilidad que le quiera dar una tortura al gato.

No sé, no sé realmente lo que pasa por su cabeza. Pero, más me preocupaba Levy que estaba leyendo, con Juvia. Era un libro bien particular, les diría yo. Era «Las mejores maneras de torturar a alguien ».

La mirada que tenían ambas, era de temer. Siniestra, daba miedo y bastante.

- Oh, si, si... ahogarlo con un paño húmedo - decía Juvia, frívola y miedosa - y mientras trata de respirar, le vertimos agua.

- ¡Mejor esto! - apunto Levy algo en el libro - Lo amarramos de cada extremo, y lo tiramos con carros.

Las mujeres dan miedo, un poco bastante. En especial cuando son con zapatos. Como que eso explota su lado más malo.

En cuanto a mi, también quería matar al felino. Pero, no es culpable de ser tan imbécil de hacerle caso al idiota de Natsu en esto.

Paso un rato, uno largo y las chicas soltaron al gato. Yo no estaba en ese momento, estaba acostado en mi cama.

- ¿Que pasa, Sorato-kun? - dijo Levy, acomodándose a mi lado.

- Estoy pensado en algo - contesté mientras acariciaba mi cabello.

Las demás chicas ya se habían ido, y Levy se había quedado a mi lado dormida.

¿En qué pensaba?

En mi siguiente movimiento, lo que viene en el plan. Bien, Natsu se metió conmigo, yo lo haré con él.

No seré tan imbécil para hacer algo como él, los zapatos. Porque a él no le importan. Con su valiosa bufanda no me metería, sé el valor que le tiene.

El cupido de Fairy TailWhere stories live. Discover now