Capítulo 27

1.3K 139 11
                                    

Tengo que admitir que la cara de las chicas, no era la más agradable cuando llegue. Estaban como enojadas, y yo sabía el porqué. Evite el tema y seguí mi camino, lo cual aumento su enfado.

Estaba claro que era culpa mía. Básicamente porque me demoré más de 45 minutos "orinando" y, es probable que ellas se hayan preocupado. No me gusta preocupar, y menos quiero que sepan lo que yo andaba haciendo.

Las chicas caminaron disgustadas, con una cara de orto que me mataba. Erza camino a mí lado.

- ¿Que hiciste? - pregunto de la nada, estábamos un poco alejados de las chicas.

- Orinar, vaciar mi vejiga - contesté con una sonrisa, la cual no fue bien recibida por Erza. Ella me miraba con frialdad.

- Asi qué, ¿no me vas a decir lo que estabas haciendo? - Erza parecía estar analizándome, y yo estaba cayendo en los nervios.

- Ya te lo he dicho, estaba orinando. Vacíe mi estanque y es muy probable que no haga en un tiempo - lo dije riendo, pero, parecía un idiota riendome solo.

- Ajá - se cruzó de brazos - como quieras.

Y así, Erza comenzó a caminar rápidamente separándose de mí.

- ¿Estas enojada? - pregunta idiota, si eso está a la vista. Sé que esas cosas no se le preguntan a una dama, pero había que hacerlo.

- ¡¿Yo, enojada?! - Erza comenzó a levantar los brazos - para nada - contestó fríamente.

En ese momento supe que no estaba enojada, estaba dolida.

Las chicas no se dieron cuenta de lo que hizo Erza, lo cual fue bueno. Por lo menos para mí, lo es.

- ¿Por qué no me dices lo que hiciste? - Erza no detuvo su caminar, pero me miraba a la cara - ¿es que no hay confianza?

Eso fue un golpe a mi corazón, me dolió como un golpe en las pelotas.

- ¡Claro que la hay! - sonreí - obvio que la hay.

- Pues ni lo parece, porque sino me dirías lo que andabas haciendo en el bosque - y se alejo más aún de mi, esta vez sin mirarme la cara.

Como pude trate de alcanzarla, tratando de tomar su mano. Erré varias veces, pero lo logré.

- Erza, hay confianza - seguíamos caminando, pero tomados de las manos. Las chicas nos miraban con curiosidad - pero hay cosas que no se cuentan, no se pueden decir.

Erza apuro el paso, pero sin soltar mi mano. Era una señal; que apresurará el paso.

- Soy consciente de eso - Erza hablo sin mirarme - y lo respeto. Pero, pensé que nuestra amistad era diferente.

Eso fue un golpe directo a mi corah.

- Bueno, no sé qué decir.

- Sólo calla, y escuchame - Erza me miro, con su rostro serio.

- Okay...

- Sé que fuiste a hablar con los chicos, siento su presencia a un continente de distancia - en ese momento, una extraña sensación paso por la parte de atrás de mi nuca - ¿por qué no quieres que las chicas se enteren?

Me quedé mudo por un tiempo. No sé la cantidad exacta, pero fue largo. No se escuchaba nada más que nuestros pasos, y las risas de las chicas un poco más atrás. Ella lo sabía, Erza siempre lo supo.

- ¿Siempre lo supiste? - pregunté.

- Como ya te dije; detecto su presencia a un continente de distancia. Era obvio que lo sabía, y también sabía que tú lo sabías. Sinceramente, pensé que me lo dirías...

El cupido de Fairy TailOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz