Akatsuki ❁ OneShots Lemon❁

☁︎ ᴅ ᴇ ɪ ᴅ ᴀ ʀ ᴀ ☁︎

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❝Explosión de sentimientos.❞
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✒ᴇᴅɪᴛᴀᴅᴏ

DEIDARA HABIA TENIDO QUE RENUNCIAR A MUCHAS COSAS, y sin duda la que más parecía doler era a quien hasta ahora no había notado amar, su novia y  nieta tercera del Tsuchikage.

—¡No te vayas!— la delgada castaña se aferró por tercera vez a su playera, mientras que el próximo integrante de akatsuki experimentaba sentimientos encontrados y emociones, más de las que podía manejar.

—Tu sabes que tengo que marcharme, no lo hagas más difícil. — apretó su mano sobre el agarre de la insistente joven, el cual segundos después apartó. — Vamos, sueltame (t/n)

—Yo, hablaré con el abuelo, ¡se que el entenderá!

El rubio trató de reunir coraje y aparto con brusquedad las manos de (t/n), no no había imaginado que dolería tanto. En un principio simplemente iba a marcharse sin despedirse, aunque cuando estuvo a punto de hacerlo sus pies lo encaminaron al balcón que conectaba con la habitación de la terca de su novia.

Él no quería irse, aunque tenía que hacerlo, el mismo lo sabía de sobra.

— Dei - deidara... —chilló entre balbuceos poniendo aquel mohin que el artista tanto disfrutaba cuando la hacía enojar. Y de pronto sintió sus ojos picar, apretó la mandíbula negándose a llorar, no frente a ella, no cuando el siempre se había burlado de lo sentimental que ella solía ser.

— ¡Llévame contigo!, solo no me dejes así, aqui...— agachó la cabeza para verla por primera vez desde que llegó a la cara, encontrándose a la fémina com las mejillas rojas al igual que su pequeña nariz de tanto llorar, sin querer recordó que ella solía quedar asi cuando hacia berrinche, o aquella vez que se había resfriado por jugar en el lago durante la fría madrugada. Y todas las ocasiones habían sido su culpa.

—Dijiste que nunca rompería la promesa de estar siempre juntos. — Esa era otra faceta que antes solía odiar de ella, cuando lo chantajeaba para hacerlo cumplir o hacer algo que no quería, la diferencia era que ahora quería hacerlo, em verdad queria cumplir aquello que prometió hacía un par de años para ella dejara de fastidiar.

Sentía culpa cayendo por primera vez en cuenta de las veces que ella había estado mal por su culpa, y aún se sentía egoísta al querer tenerla junto a él un poco más.

— Lo siento, — susurró más para si mismo que para ella, dolía en verdad escuchar su voz tan quebradiza. —Sabes que eso es imposible, hum.

En verdad no quería prolongar más su estadía ahí, lo aturdian esos sentimientos que parecían explotar en su interior carcomiendo su miserable existencia. Expulsó el aire que inconscientemente había contenido hasta ahora, dio media vuelta decidido a dejar a la castaña sola en aquella habitación si contar que su testaruda novia no iba a ponersela fácil rodeando su cintura con sus finos brazos impidiendo su cometido, un abrazo cálido y frágil lo había hecho titubear de nuevo.

Su corazón lo traicionaba a cada segundo, si no se iba ahora, no sería capas de hacerlo después.

—No hagas esto más dificil (t/n), hum.

Para este punto ers más una súplica, dandose cuenta lo ridículo que debía lucir conteniendo las lágrimas. Como no hacerlo, si era lo que más quería, tembló cayendo en cuenta de que ella, así de caprichosa, enojona, dulce, fastidiosa, celosa y testaruda era la razón por la cual el amaba el arte explosivo, porque le recordaba a ella. Siempre le causaba explosiones en el pecho con tan solo estar pensando en ella.