☁︎ ʏ ᴀ ʜ ɪ ᴋ ᴏ ☁︎

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αqυєℓℓα мυjєr
ραrτє i

(T/n) solía esperarlo en el mismo callejón a la misma hora de siempre, poco le importaba si se empapaba producto de la lluvia que parecía no tener fin, ella seguía ahí sin importar si el llegaba o no, ahí estaba ella hasta el amanecer cuando la aldea comenzaba a recobrar movimiento cotidiano.

Hubo una ocasión en la que Yahiko le reprendió por sus actos y ella solo dijo -Eso es totalmente verdad, podría enfermar si continuo bajo la lluvia por horas, así que no te tardes tanto, y ven a mi.

La sensación electrizante palpando todo su cuerpo siempre que la recordaba le hacía querer ceder una vez más ante ella, pero habían otras en las que un par de ojos ámbar sucumbian a su mente haciéndolo olvidar y arrepentirse de sus actos, esas veces simplemente se quedaba en la guarida con sus camaradas tratando de olvidarse de aquella mujer que siempre esperaba en ese callejón oscuro. Tenerla era sencillo, solo era cuestión de tener una excusa para salir solo a tales horas y guiar sus pasos camino a ese lugar en donde la había visto la primera vez, sabia a duras penas su nombre, de su pasado y vida sabia nada pero si hablábamos de su anatomía podría decirse experto, todo un marinero al navegar por sus curvas y domar las oleadas de placer cuando tocaba esas zonas sensibles, un náufrago cada vez que se hundía a placer en un vaivén de caderas, al apaciguar la marea su boca solía naufragar en el par de islas montañosas de sus senos. No era algo que desconociera, ante la tormenta era lógico que los barco se perdiesen arrastrando al marinero.

Hoy esa uno de esos días, en los que dispuesto a ir, su compañera de cabellos violeta-azulado le pidió que esta noche cenaran todos juntos, no pudo decirle que no, nunca podría, después de al terminar de comer estaría libre. Eso creyó, después de eso comenzaron a jugar cartas, llevaba perdiendo y eso solo lo enganchaba más, perder no es opción, pasadas las tres de la mañana cuando ya todos dormían ebrios decidió ir, esperando que como veces anteriores ella estuviera ahí.

Efectivamente se encontraba ahí, con el cabello y la ropa algo mojada puesto que la sombrilla no la protegía del todo, sentada en la banqueta cantando tan dulce como sirena en busca de atraer a algún marinero, Yahiko aún embelesado por la sensación se sentó a su lado, sus dedos en automático buscó la mano ajena que al igual que él, había esperado el contacto. A esta hora no había hotel alguno que estuviese abierto, a la guarida no podían ir el compartía cama con Nagato, la banca no se veía muy cómoda pero los labios de (T/n) sobre su cuello le decían que poco le importaba el lugar, suspiró disfrutando del húmedo contacto apoyando la cabeza en su hombro mientras que con la mano acariciaba su muslo interior, para entonces la sombrilla se encontraba en el piso siendo ignorada por ambos que sentían el cuerpo arder a pesar de la fría lluvia. (T/n) detuvo los besos en su cuello solo para subir a reclamar su boca en un beso deseosa por que una vez más entre sus brazos se perdiera ante el deseo, a (T/n) aún le costaba creer que casi todas las noches tuviera a Yahiko líder de Akatsuki entre sus piernas cojiendola duro hasta el amanecer, la verdad es que le encantaba, sabia que se había desviado totalmente de su deber, y no le importaba en lo más mínimo.

Las manos de Yahiko recorrían el cuerpo de la fémina con fingida tranquilidad, esperando a que ella tomara como siempre las riendas de la situación, y así lo hizo, su delgada mano buscó el borde de su capa abriendola en busca de el tirante de su pantalón, él gimio sintiendo frío el tacto en su abdomen bajo, logrando exitarlo más. Yahiko sabía que estaba mal hacerlo ahí en ese callejón oscuro bajo la lluvia, en aquella banca de madera tan incómoda. Ella es una dama se dijo así mismo queriendo recobrar la compostura.

━Yahiko., ━ Susurro rodeando su torso con las piernas, metiendo la mano dentro su pantalón.

━T/n), no. ━ Hablo con la voz más ronca de lo que hubiera querido que sonara, tomando sus manos por sobre su cabeza mirando sus orbes negros como la tinta. Ella tembló, sus ojos destellaron, ella creyó que el ya sabía.

Akatsuki ❁ OneShots  Lemon❁Where stories live. Discover now