Prohibido Llamarte Mío.

13. "Te gusta."

Narra Trenton McCall:

Llegué de la escuela y lo primero que hice fue encerrarme en mi cuarto a leer Orgullo y Prejuicio.
No porque me gustara, demonios, no era mi gran pasatiempo leer, pero le había apostado a Cassie que era mucho más inteligente de lo que ella creía y lo haría.
El problema era no quedarme dormido en el intento.
De repente me exaltaron unos golpes en la puerta de mi habitación.
Eran las 7:30pm y lo último que recordaba era haber visto el reloj y pude haber jurado que eran apenas las 5:15 pm.
Esto sólo tenía una explicación lógica: Me había dormido. Apenas había leído un capitulo y medio. A este paso no lo terminaría nunca.
Al no levantarme a abrir la puerta escuché como alguien más lo hacía. Era mi padre.

-Trenton, hijo, tu amigo Luke está abajo esperando por tí. ¿Bajas?

-Uhm, no, dile que suba.

Mi padre asintió y se retiró de la puerta.
Para cuando Luke estaba en mi cuarto yo recién me estaba acomodando en el borde de la cama y frotándome los ojos para ver con más claridad.

-Ey hermano, ¿Pasó algo? - Pregunté a Luke mientras chocabamos nuestros puños a modo de saludo.

-Oh no nada, sólo que estaba con Bill y me pidió que te diga que hoy no hace falta que vayas a trabajar. - Se acostó en un costado de la cama.

-Bien, mejor. Pero, ¿Por qué no me mandó un texto? ¿Le recordaste que este aparato funciona para comunicar a las personas a través de la distancia? - Sacudí mi teléfono celular en su cara.

Luke sólo sonrió. -Sí que lo sabe, idiota. -Alejó mi teléfono lejos de su cara.- Sólo que no sabe si lo perdió o lo dejó en el asiento trasero de alguna de sus putas.

-¡Vaya idiota!

Los dos reímos.

Unos segundos después vi a Luke estirar su brazo y agarrar el libro que estaba leyendo unos momen... Unas horas antes de que llegara.

-¿Que haces con esto en tu cama? -Preguntó alzando una ceja algo confundido.

-Nada, simplemente le quería echar un vistazo antes de la próxima clase. No quisiera quedar como un imbécil delante de la profesora Green otra vez. - Bromeé.

Él arqueó ambas cejas ahora. -¿Y desde cuando te importa quedar como un idiota delante de la señorita Green? - Me miró impaciente unos momentos.

No sabía que decir. No sabía por qué le había dicho eso y no sabía que decirle ahora y menos sabía como lograr que me creyera.

-Ya, suéltalo. -Espetó.

-¿Soltar que? En serio luke, es sólo eso. -Seguí.

-Mira hermano, el que nos conozcamos hace muchos años me da la ventaja de saber cuando ocultas algo, y, para tu mala suerte, sé que ocultas algo, así que sólo dilo. Escupelo.

Lo miré sin saber muy bien que decir. ¿Que le diría? ¿Que de repente me gusta literatura? ¿Que ahora me gustaban los libros de un siglo atrás? ¿Que le había apostado a una chica que era lo suficientemente inteligente como para leer un libro?

-Le aposté a una chica que era lo suficientemente inteligente como para leer el libro. - Vaya idiota.

Luke rió. Rió fuerte.

-Oh amigo, por favor dejame respirar. -Siguió riendo hasta toser. -¿Me estas diciendo que estas leyendo un libro que dijiste que bajo ninguna -repitió- ninguna circunstancia dijiste que lo ibas a leer?