Prohibido Llamarte Mío.

21. "No la defraudaría."

Narra Cassie Hale: 

Unos rayos de luz se colaban entre mis pestañas haciendo imposible poder volver a dormir. Quise abrir los ojos pero me costaba un poco. Traté de pensar cómo había hecho para terminar en mi bolsa de dormir. 

Trenton.

El beso.

Mi historia.

Mi pasado.

De repente todo fue llegando de a poco a mi memoria. Traté de recomponerme pero sin moverme mucho por miedo de despertar a Trenton, que seguía durmiendo a mi lado. 

Lo observé unos momentos y me puse a pensar cómo pude contarle todo mi pasado, ese pasado que sólo mi mejor amiga Mare sabía. ¿Que pensó él? ¿Que pasará de ahora en más? 

Lo último que recuerdo era que lloré hasta quedarme dormida, y supongo que él me habría cargado hasta aquí. 

-Buen día. 

Una voz ronca, unos ojos achinados, un cabello revuelto,  y una sonrisa me saludaron. 

Pude sentir como mi rostro se encendía mientras lo observaba, no sólo porque lucía jodidamente sexy, sino que no me había dado cuenta que había estado todo este tiempo observándolo. 

-Oh, hola. - Respondí tratando de recobrar la compostura, o lo que quedaba de ella. 

-¿Estás mejor? - Preguntó con un ligero tono de preocupación.

-Em, sí, gracias. 

-¿No quieres hablar de ello? -Siguió insistiendo.

-No, creo que hablé demasiado ayer. -Solté una sonrisa triste.

-Bien. 

Estábamos los dos, en silencio mirando hacia arriba, ambos en nuestras camas de dormir, hasta que no me pude contener y cuando me di cuenta mi boca se estaba abriendo para decir las primeras palabras.

-¿Que pasará de ahora en más?- Pregunté. Está de más decir que me arrepentí al instante de abrir mi boca.

-¿A qué te refieres? -Me miró.

-A... a nosotros... bueno, no a nosotros de nosotros, sino a...- Traté de ayudar a mis palabras haciendo señas con las manos entre nosotros dos pero quedé como la más idiota.

-Sí, ya sé a lo que te refieres. -Sonrió.- Y no sé, creo que deberíamos dejar que todo pase y que sea lo que tenga que ser, ¿No te parece? 

No sabía que responder. Realmente Trenton me gustaba, me gustaba mucho, pero no podía darle el lujo a otro idiota de romperme el corazón, y si de todas maneras él no lo hacía, yo debería irme a Londres al final del semestre, así que no funcionaría después de todo. 

Mierda, ¡Londres!

Debía decirle mis planes a futuro, debía ser clara y realista desde un principio, así cortaríamos esto por lo sano y ninguno sale herido.

-Escucha Trenton, yo...- Y un agudo ruido de silbato casi me rompe los tímpanos. 

-¡Arriba todos! ¡Los quiero afuera de sus carpas en menos de 5 minutos! 

Maldición. Odiaba que las personas me interrumpieran, y más si es una persona con un silbato que suena como si me estuviesen gritando adentro del oído. 

-Bueno, creo que es hora de levantarnos. -Comentó Trenton.

-Sí, eso parece. -Rodé mis ojos y él rió.

-¿Qué? 

-Nada

-No, dime.

-No, nada, en serio.-