20. "Permítete vivir."

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Narra Trenton McCall: 

Pude notar sus ojos empañarse de lágrimas mientras salía rápidamente de la carpa. 

Me quedé unos segundos en shock, con la boca entreabierta, hace unos momentos estaba disfrutando del mejor beso de mi vida y al otro ella estaba huyendo de mi, o de la situación. 

Cuando reaccioné me encontraba fuera de la carpa y corriendo detrás de ella, necesitábamos hablar, no podía quedar esto así, necesitaba saber que pasaba con ella. Se suponía que por esa razón había accedido forzadamente a ser mi compañera de excursión.

-¡Hey! ¡Cassie para!- Gritaba detrás de ella, pero en ningún segundo vi alguna intención de detenerse y hablar conmigo, así que aceleré mi paso hasta que mi mano alcanzó su brazo y la detuve.

Ella se sacudió y soltó su agarre, pero no corrió lejos de mi, todo lo contrario, se sentó y se apoyó en una de las rocas gigantes que había a nuestro alrededor. La luna era llena y su luz reflejaba las lágrimas en sus mejillas y el brillo de sus ojos. Si no fuese porque estaba llorando de tristeza, me atrevería a decir que era la imagen más hermosa que había visto jamás.

Cassie no me miraba, lo único que hacía era llorar y secarse las lágrimas. Quería mantener una expresión dura en su rostro pero si la observaba con atención sus rasgos transmitían tristeza.

Me senté a su lado y esperé pacientemente unos largos minutos a que hablara, pero no lo hacía, y demonios, no tenía mucha experiencia con chicas y este tipo de situaciones, así que tenía miedo de hablar y meter la pata.

Sus lágrimas fueron cesando de a poco al igual que su respiración, hasta que ya casi ni se escuchaba si respiraba o no, así que creí que era un buen momento para que alguno de los dos diga algo. Y evidentemente sería yo, porque su boca no parecía predispuesta a decir una palabra.

-¿En qué me equivoqué?- Pregunté. Mi voz, aparte del sonido de los grillos y del viento moviendo las hojas secas que se encontraban en el suelo, era lo único que se escuchaba.

-En nada.- En ningún momento fijó su vista en mí.

-¿Entonces que pasó? Creí que te había gustado que te haya besado... yo...- 

-Trenton, no fue el beso, no fuiste tú, no fue nada de eso. Si tu preocupación era saber si fuiste tú, no, no fuiste tú. Ya puedes volver a dormir. 

-Cassie, esa no es mi preocupación. Mi preocupación eres tú. Es lo que pasa por tu cabeza, a cada segundo, a cada instante, eres como un acertijo sin resolver todos los malditos segundos. Un momento estamos bien, al otro segundo ya me estás gritando, no supe que hacer, no que hacer en este jodido momento. Y tú no ayudas mucho.

-Sí, lo sé, sé que soy un jodido acertijo sin resolver, sé que no soy igual a las putas con las que acostumbras a estar, sé que soy complicada, joder que soy complicada, pero soy así. ¿Sabes cuantas veces intenté cambiar? Miles, y jamás funcionó, y jamás funcionará, así que no te gastes.

-Cass, yo no quiero que cambies, me encanta como eres, me encanta que seas diferentes, lo que más me gusta de tí es que seas así, diferente a todas, lo único que quiero es que me cuentes que sucedió, por qué huiste así, por qué lloras.

-Es complicado, no entenderás.

-Puedo intentarlo si me cuentas. -Presioné.

Me miró y su rostro cargado de tristeza me contrajo el pecho. Nunca una chica me había mirado así, nunca me había importado tanto una chica. Lo único que quería hacer era abrazarla y sacarle todo el dolor de su alma, pero no quería asfixiarla, quería que todo fluya lentamente, Cassie era muy especial, y nunca sabía que acción o qué palabra la haría explotar, así que me limité a escuchar lo que tenía para decir.

Prohibido Llamarte Mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora