Capitulo 55

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Daniel

Estos últimos meses Melissa se había estado volviendo una molestia y un peligro en mi vida, no había duda que ya era parte de mi pero todo lo estaba complicando con su decisión de actuar como adolescente alocada, sabía que su vida familiar no iba de lo mejor y me acababa de enterar justo el día que la saque de la comisaria, gracias a su padre, que tenía problemas alimenticios, pero era por mucho, más complicada que cuando nos conocimos.

Las puertas del elevador se abrieron y entramos al piso de la misma manera en que llegamos al edificio, en completo silencio. Se quitó mi chaqueta de los hombros y la colgó en la entrada. Llegamos a la sala de estar y caminé para recargarme cerca de la ventana.

Melissa se sentó en el sofá y se movió incomoda muchas veces, de pronto se puso de pie y se acercó a donde yo estaba.

- Debemos hablar –Dije dando un paso hacia ella

- No quiero hablar –Me empujo suavemente hacia atrás pegándome contra la pared y desabotonando mi camisa

La dejé hacer, parecía presurosa por sentirse mía, por saber que éramos nosotros y únicamente nosotros los que disfrutaban de aquel momento. Pasaba de besar mi boca al cuello y pecho, hice que se detuviera para desvestirla. Rosé con mis labios cada centímetro de su piel. Cada momento con ella era perfecto.

La cargué y fuimos al sofá. Ahí estaba yo, entre sus piernas escuchándola gemir mi nombre y "perdón" intermitentemente.

Nos quedamos enredados y desnudos sobre el sofá, Melissa tenía la cara hundida en mi cuello y podía sentir su respiración aun agitada.

- No debes pedir perdón –Dije con mis labios sobre su cabeza

- Si debo y quiero que lo hagas, que me perdones –Dio un par de besos en mi cuello

- No tengo nada que perdonarte amor –Aquello salió de mi sin previo aviso, sin pensarlo– Cariño –Rectifique con temor al sentimiento

- Amor –Repitió en un suspiro– He sido la peor –Se abrazó fuerte a mi

- No lo has sido, todos estuvimos en la comisaria alguna vez –Lo dije divertido intentando aligerar el ambiente

- Es que yo también te amo, lo he hecho desde antes de Italia y he besado a otro –Lo primero me hizo sonreír ampliamente pero el último susurro me hizo sentir defraudado y molesto

Me moví hasta zafarme de su abrazo y en segundos ambos estábamos sentados, me miraba expectante, como suplicando que rompiera la barrera que se había formado entre nosotros.

- ¿Quién ha sido? –Pregunté sin mirarla

- Alguien que no importa, me siento tan culpable –Puso sus manos sobre la cara

No me sentía con derecho a reclamar nada ¿Escena de celos? ¿Ponerme digno? ¿Con que valor moral? Yo me había revolcado con Lorena cuando ya teníamos algo, había besado a su tía y no tuve el valor que ella tenía para decirlo. Aun así dolía, ardía y presionaba.

- No sé qué decir –Era real no tenía idea

- ¿Aun me amas? –Claro que la amaba, yo tenía culpas más grandes que la suya de besar a alguien

- Ya lo hablaremos –"Te amo" en mi mente saboreé las palabras que nunca antes había pronunciado para una mujer

- Entonces abrázame de nuevo y perdóname por ser tonta –No tenía nada que perdonarle, me acerque para abrazarla

¿Qué le has hecho a mi vida?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt