¿Qué le has hecho a mi vida?

37. "¿Estás embarazada?"

La noche llegó y Mani se quedó a mi lado todo el tiempo, quizá fue que me extrañaba o tal vez en el fondo supo que la soledad me iba a hacer llorar. Nos quedamos dormidos pasada la media noche.

Al día siguiente, sinceramente no me esperaba la llegada de mis padres, mi madre se puso bastante loca al verme, abrazos y arrumacos por todos lados.

- ¿Por qué no nos avisaste? –Preguntó mientras mi padre sonreía sencillamente

- Lo siento, es viaje exprés, tengo el vuelo de vuelta esta tarde –Se sorprendieron

- ¿Por qué Meli? Es miércoles ¿No piensas quedarte ni el fin de semana? –Moví la cabeza negativamente mientras me llevaba una uva a la boca

- Yo ya estaba tirando emoción –Intervino mi padre

- Lo siento...

- ¿No se supone que ya estás terminando todo por allá? –Interrumpió mi próxima explicación mi madre

- Si pero creo que no puedo votarlo todo –"No quiero quedarme aquí a que me cuestiones"

- ¿Y la boda? –"Carajo"– Supe que Daniel estaba por acá, renovando reglas en la empresa y en tan sólo una semana y media logró ubicarla en el puesto que tenía, entre las más rentables

- Él es así, excelente en lo que hace –Mi padre estuvo de acuerdo

- Pues a mí sí me confirmas que no van a casarse me alegraría –Soltó hiriéndome bastante

- Nadie te entiende mamá –Soltó Mani incluyéndose en la conversación– Si te importa por lo que dice la abuela, puedo decirte que ni tu ni ella van a vivir con Daniel, aunque lo quisieran y te aseguro que si pudieran lo harían ¿Por qué no dejar que Melissa viva lo que desee vivir sin juzgarla? – ¡Bum! Abracé a mi hermano

- Tú no te metas Mario –Dijo enfadada mi madre

- Es la verdad Bianca, ni tú, ni mi madre, ni yo estamos en la piel de Meli y si ella decide ser feliz a lado de Daniel ¿Por qué intervenir? –Apoyó mi padre

- Porque tiene 11 años más que ella y no los mismos intereses, deja de lado el qué diran que va a ser mucho lo que digan, pero Melissa por Dios ¿No deseas una especialidad? Si te casas ¿Él está dispuesto a sacrificar su tiempo contigo mientras pasas días enteros en un hospital? –Mi madre tenía un punto pero ya sabía yo que ese no era su problema real

- ¿Saben qué? Dejemos esto por la paz, les prometo que si me caso les llegara la invitación a tiempo –Todos reímos excepto mi madre quien se ganó una merecida dosis de cosquillas

Salimos a desayunar juntos y sentirlos cerca hizo que me olvidara un poco de lo mal que me sentía por Gisela. En el restaurante encontramos casualmente a Daniel quien por suerte no se dio cuenta de nuestra presencia, parecía sonriente, estaba haciendo lo que le gustaba, buenos negocios. Recordé que ese día se cumplía nuestro plazo, tenía una decisión definitiva.

- ¿En qué piensas? –Pregunto mi hermano sospechando que todo iba sobre Daniel

- Nada, come –Hice como si nada sucediera

- ¿Tú por qué sonríes tanto? –Dijo mi padre sonriendo también

- No lo sé, dime ¿Tú por qué no sonríes? –Reímos

- Tu nonna me pregunto si estabas embarazada –Soltó mi madre de la nada, logrando que me atragantara

- ¿Qué? No, por Dios madre –Me miró fijamente