I

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— Y la raíz cuadrada de 144 sería 12... ¡¿Frank, estas escuchándome?! —Ray le regañó con el ceño fruncido.

— Ajá —murmuró el antes nombrado, más concentrado en su cuaderno de dibujo y no prestándole ninguna atención a su amigo de cabellos rizados, quien se forzaba por enseñarle matemáticas— ¡Hey! —exclamó cuando Ray le arrebató el cuaderno de las manos y lo cerró.

— Debes concertarte, Frank. O jamás pasarás el semestre si no aprendes matemática —le dijo con severidad mientras en lugar de devolverle su cuaderno le entregó un libro de operaciones matemáticas. Frank rodó los ojos.

— No tiene caso seguir, soy un asco con los números —se quejó Frank. Toda su vida había sido un desastre en matemática y siempre lo sería, no importaba cuanto se esforzarse. Desafortunadamente, esta se encontraba entre las materias que debía cursar en la universidad y si volvía a desaprobarla en consecuencia no pasaría el semestre. Después de graduarse había decidido estudiar diseño gráfico puesto que siempre había tenido una inclinación hacia el arte, pero si seguía así jamás lograría obtener la maestría.

— Ni siquiera lo intentas, amigo. Estoy seguro de que con algo de práctica lo entenderás —aseguró su amigo mientras le palmeaba la espalda. Ray había sido su mejor amigo desde el jardín de infantes y estudiaba cinematografía en su misma universidad; incluso compartían algunas de las clases, incluyendo la muy repudiada matemática.

— No es lo mismo decirlo que hacerlo, Ray —contradijo.

Aquel día el patio de la universidad se encontraba atestado de estudiantes. Muchos de ellos se dedicaban a estudiar al igual que ellos o otros, en cambio, aprovechaban el receso para almorzar o charlar animadamente. Ambos se encontraban sentados bajo la sombra de un viejo árbol que probablemente se encontraba en ese lugar desde hacía más de cien años.

— Además, no siento que lo estoy entendiendo. Cada vez me confundo más y más.

— En serio eres un necio, ¿lo sabías? —Ray murmuró con una pequeña sonrisa.

— Lo sé —asintió. Definitivamente era alguien duro de roer, quizás una de las pocas cualidades que tenía.

Pasaron el resto de su tiempo libre de la misma manera. Ray intentando enseñarle mientras Frank se distraía con cualquier cosa, incluso con el pasar de una mariposa, recibiendo a cambio más regaños de su amigo.

— ¿Está noche quieres venir a mi casa y hacer algo? —sugirió Frank monótonamente. Estaba hasta el cuello con los números y quería hablar de otra cosa.

— Lo siento, no puedo —Ray se encontraba concentrado leyendo su libro de texto.

— ¿Porque no?

— Porque tengo... cosas que hacer —respondió con mirada evasiva.

Frank frunció el ceño, últimamente Ray siempre tenía 'cosas' que hacer y no tenía tiempo para pasar el rato con él. Ni siquiera recordaba cuando había sido la última vez que habían salido juntos, sin mencionar el hecho de que estaba actuando muy extraño. Siempre evadía sus preguntas y cambiaba de tema cuando Frank lo traía a escena. Sospechaba que el rizado se estaba viendo con alguien en secreto, pues más de una vez había logrado ver pequeños moretones en su cuello, pero nunca podía sacarle información.

— Ray, sabes que puedes contarme lo que sea —animó a su amigo— Si todo esto es por un chico o chica y no quieres que nadie se entere puedes confiar en mí. Sabes que no le diré a nadie —aseguró.

— Sé que no lo harías, Frank —sonrío con simpatía. Sus rizos semi-rubios se movían con el viento— Pero no es nada, lo juro. Solo tengo muchas cosas que hacer. Será otro día —explicó.

Frank asintió con la cabeza, aún sin creerse nada de lo que su amigo decía. Definitivamente estaba ocultándole algo y aquello no era del agrado de Frank.

— Ahora debo irme. Mi clase de Inglés está por comenzar y no tengo intención de llegar tarde de nuevo —se levanto de su lugar y recogió sus cosas del césped— Y no olvides practicar los ejercicios —le recordó antes de darse la vuelta y comenzar a alejarse hacía el edifico a toda prisa.

Frank lo observó alejarse. Odiaba que su amigo le ocultase cosas, aunque fuera algo insignificante. El le contaba todo a Ray y se sentía algo traicionado de que este no confiase en el de igual manera. Decidió que algo tenía que hacer al respecto. Después de todo, Ray era su mejor amigo y no podía permitir que siguiera mintiéndole. Frank estaba decidido a llegar al fondo de la situación.

~*~

Frank se encontraba oculto tras unos arbustos fuera de la casa de Ray tal como un acosador. Excepto que él no era un acosador, solo estaba tratando de averiguar que le ocultaba su amigo, lo cual quizás era peor considerando el hecho de que lo estaba espiando. Pero Ray no le había dejado otra opción. Era tarde por la noche y esperaba ver cualquier cosa que le indicara en que estaba metido el rizado. Se agachó cuando la puerta principal se abrió de pronto y de ella salió su amigo. Éste vestía una chaqueta negra y cada tanto miraba hacia sus espaldas como si temiera ser visto por alguien. Cuando se alejó, Frank salió de su escondite dispuesto a seguirlo donde fuera que iría a esas horas de la noche.

Cada tanto Frank se veía obligado a ocultarse tras un auto o arbusto para evitar ser visto por Ray, ensuciando sus pantalones en el proceso. Su madre de seguro se enojaría con él por eso, ella ni siquiera sabía lo que estaba haciendo en primer lugar. Frank había salido bajo la excusa de ir a estudiar a casa de Ray, lo cual era bastante factible puesto que su madre sabía de sus problemas con las matemáticas. Trataba de caminar lo más sigilosamente posible pero le era difícil y terminaba por pisar una hoja o rama seca y llamar la atención de su amigo. Afortunadamente este no le prestaba demasiada importancia y continuaba su camino. Definitivamente Frank sería un espia terrible.

Después de escabullirse tras su amigo calle tras calle, el rizado finalmente se detuvo en el último lugar que Frank hubiera esperado. Pues se trataba del club en el cual se reunían los miembros de la peligrosa pandilla del vecindario y todo ese tipo de gente de mala leche, como drogadictos y forajidos. Todos en el vecindario sabían que era mejor no meterse en aquel lugar a no ser que quisieras meterte en problemas, así qué Frank no tenía la menor idea de por qué a su amigo se le ocurriría en su sano juicio ir allí. Por un momento temió que Ray pudiese estar involucrado en algún tipo de negocio sucio, pero luego recordó que este era demasiado cobarde como para hacerlo y rápidamente desechó esa idea.

Ray desapareció por la puerta y Frank se debatió entre seguirlo o dar la vuelta e irse a casa. Cualquier persona inteligente hubiera optado por la segunda opción, pero se trataba de Frank y él no tomaba buenas decisiones. Es más, era conocido justamente por meter la pata la buena mayoría del tiempo. Pero se trataba de Ray, su mejor amigo desde los cinco años, y quizás podría estar en peligro. Así que fue tras él y se adentro hacía el lúgrube lugar noctuno. 

El lugar estaba lleno de gente, más gente de la que le gustaría estar rodeado. El olor a tabaco y marihuana era insoportable para Frank y llenaba sus fosas nasales. La música heavy estaba a todo volumen y la ilumación era muy pobre. Se abrió paso entre el tumulto de gente a la cual no pertenecía, pues su atuendo lo delataba bastante, y buscó con la mirada a Ray.

No le tomó demasiado tiempo reconocer la poderosa melena de su amigo cerca de la barra de bebidas, pero se detuvo en seco ante la escena que se desarrollaba frente a él, pues Ray no estaba solo. Se encontraba besando a un sujeto delgado y alto. El desconocido era pálido y su cabello era rubio ceniza, con pómulos prominentes y cara alargada.

— ¿No es algo tarde para que alguien como tú ande fuera? —una voz aguda le sobresaltó a sus espaldas.

Frank se volteó con una mano al pecho del susto, solo para econtrarse con un par de ojos avellana observándolo con detenimiento. El cabello del sujeto más alto era rojo brillante y su nariz pequeña. Vestía una musculosa negra rasgada con un par de jeans del mismo color.

Frank tenía una vaga idea de quién se trataba, pues lo había visto rondar por las calles numerosas veces con el resto de sus amigos. Se trataba de Gerard Way, el líder de lapandilla de delicuentes del vecindario... alguien con quién era mejor no meterse.

Hot ↠ FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora