IV

1.7K 294 175
                                    

La primera reacción de Frank fue permanecer petrificado en su lugar. Porque, ¿qué otra cosa haría? ¿Ir a saludarlo y decirle 'Hey, soy la persona que te llamó faro presumido el otro día, ¿lo recuerdas?' Eso no estaba dentro de su zona de comfort y probablemente recibiría un buen golpe a cambio. Frank ni siquiera quería tener nada que ver con él en primer lugar, así que no tenía idea de por qué estaba pensado en saludarlo como si fueran amigos. Apenas había hablado con este y no creía que estuviera allí por él. Quizás había venido para recoger a su novia o algo por el estilo.

— ¿Te vas a quedar ahí parado como estatua todo el día? —murmuró. Se quitó sus lentes oscuros de manera dramática, tal como si se creyera una estrella de cine, y sus ojos claros miraron hacía su dirección. Frank se volteó creyendo que se dirigía a alguien más, pero no, solo estaba él. Oh santo cielo, le estaba hablando a él. ¡¿Porqué demonios le estaba hablando a él?! Y como si fuera poco le dedicó una de sus sonrisas engreídas que tanto odiaba. Varias de las chicas que actuaban de espectadores indeseados le miraron con incredulidad e intercambiaron miradas fruncidas entre ellas, no creyendo lo que veían. Eso le hizo sentirse algo petulante, pero aquel sentimiento no duro mucho.

Muchas preguntas pero ninguna respuesta inundaban su mente. Pudo haberle respondido o replicado con sarcasmo, hasta pudo haberle insultado o simplemente haber dicho nada. Pero era Frank, e hizo lo que su mente creía era la mejor opción en ese momento; ignorarlo y comenzar a alejarse del lugar. Desafortunadamente no logró deshacerse del otro pues vio con el rabillo del ojo como montaba a su motocicleta Harley e iba tras él. El sonido del motor solo confirmó sus sospechas.

— ¿Te comió la lengua el gato? —le oyó comentar a su lado. Conducía despacio por el borde de calle de manera que pudiera seguirle el paso. Frank bufó, no estaba de humor para lidiar con él— Oh vamos, ¿te haces el mudo conmigo? Sé que tienes una gran bocata detrás de toda esa imagen de chico bueno.

— ¿Qué es lo que quieres? —bramó, yendo directo al grano. No sabía porque se encontraba siendo acosado por el chico o que cosa podría querer de él, pero lo que sea que quisiera quería saberlo y en ese mismo momento.

— Hola a ti también, niñito —dijo con fingida simpatía. Frank casi deseo que cayera de la motocicleta y así poder verlo golpear su cara contra el asfalto.

— No estoy de ánimos para juegos —murmuró Frank mientras apresuraba el paso y lo dejaba atrás, pero este rápidamente lo volvió a alcanzar.

— ¿Puedo saber porque?

— La verdad, no. ¿Vas a decirme que quieres o tendré que llamar a la policía? —advirtió. En realidad no lo haría, podía lidiar con él por su cuenta, no le temía. Pero nunca estaba de más amenazar para poner límites.

— Tranquilo. Nunca le haría daño a una cara tan bonita como la tuya —aseguró, sonriendo. Frank detuvo su caminar en la acera provocando que Gerard también lo hiciera en la calle. Meros centímetros los separaban el uno del otro. Lo miró. ¿Acaso estaba coqueteando con él? Porque si aquello no sonó como coqueteo, a pesar de su inexperiencia en las normas sociales, entonces no sabía que era— Quita esa cara de espanto, pareciera que te hubiera dicho que asesiné a alguien —bromeó.

— Solo dime que se te ofrece —volvió a insistir Frank, tratando de ignorar la 'broma' del muerto— Y está es mi cara, si no te gusta lamento decirte que no puedo hacer nada al respecto.

— Está bien. Me preguntaba si querías ir a almorzar conmigo... o comer... cenar. No lo sé, como sea que se diga en está hora del día —se encogió de hombros, sin darle demasiada importancia.

— Ya he almorzado.

— ¿Golosinas? —señaló las envolturas de dulces en su mano levantando una ceja curiosa. Frank las guardó en su bolsillo trasero por impulso. No le gustaba que sus hábitos alimenticios fueran juzgados, muchos menos por alguien como el pelirrojo.

Hot ↠ FrerardWhere stories live. Discover now