Capitulo X

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-Alejandro-


Escuchaba mi nombre cada vez más cerca, corría tan rápido como mis piernas me lo permitían, pero al parecer no era suficiente ya que podía escucharlo cada vez más cerca, cada vez más...

-Hola Alejo- susurro en mi oído, puse mis manos en mis oídos y no dejaba de correr, sentía como perdería el control de mi cuerpo en cualquier momento.

Caí al suelo y cerré los ojos, no quería verlo.
Mi cuerpo temblaba y escuche su fuerte risa, cada vez que me pasaba esto me sentía vulnerable.

-¡Estas solo, idiota!- Su fuerte voz resonó por toda la habitación, quería levantarme pero algo me lo impedía.
-No sé porque siempre corres, sabes que estoy al lado tuyo, en cada momento de tu vida, soy tu sombra- Dijo calmado, aún seguía en el suelo hecho bolita como un niño pequeño. -Pero sabes, me agrada mucho esa morena con la que andas, es muy linda pero es mucho para ti, ¿no crees?, me da risa porque lo intentas- Lo último me lo susurro generándome un escalofrío en el cuerpo como si fuera verdad lo que estuviera diciendo.


Miércoles, 5:40am.


Me levante de golpe al escuchar la alarma, dejé que mi cuerpo volviera a caer sobre mi cama y trate de controlar mi respiración, debo cambiar ese tono de alarma o me va a provocar un infarto.

Luego de diez minutos, me metí en el baño e hice todo el procedimiento de bañarme y cambiarme.

-Buenos días, Ma'- Me sirvió el desayuno para luego irse a trabajar, terminé unos cuantos quehaceres y me fui a la escuela.
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Entre a la clase de química y ya habían comenzado, mire el reloj y eran las 7:40am

¿Así de rápido se me fue el tiempo?

Cuando iba a entrar el profesor me miro negando. -Sexta vez Alejandro a la sala de castigos- me extendió un papelito y mire a los chicos, se estaban riendo como cosa rara.

Como no tenía otra opción, fui al salón de castigos, entré y estaban los mismos.
Mismo ambiente.
Mismo profesor.

Mátenme.

Extendí el papel al profesor, me senté en el pupitre y saque mis audífonos coloque "Nirvana" De Sam Smith
Apoye mi cabeza en el escritorio y cerré los ojos.


-Bueno ya tienen los audífonos, Ele te toca el teléfono- Escuche la voz de Nicolás, ¿me están robando?

-¿Y yo porque? Tú fuiste el de la idea- Se quejó la chica, así que abrí un ojo vi que estaban discutiendo en susurro, levante un poco el brazo, cerré mi puño y lo lleve a la altura del miembro de Nicolás golpeándolo tan fuerte que se retorció.

-Para que aprendan a levantarme como personas normales- Me levante del pupitre y tome mi mochila, él hablaba en susurro y tratando de controlar su respiración. -¿Dijiste algo?-

-Pu... Pu... Púdrete maldito- Aún posaba su mano en su miembro, Liz vino a ayudarlo a que recobrara su compostura. Una vez estaba un poco mejor me saco el dedo del medio.

Salimos del salón para dirigirnos a Literatura. Entramos al salón y ella aún no llegaba, así que enfoque mi vista en algo que escribía Ele en su cuaderno.

-¿Qué significa esto?- le señale con el dedo al que no entendía.

-Odio la estadística- me miro tan seria que comprendí que estaba diciendo la verdad, abrí la boca exageradamente.

-Yo la amo, es como mi mujer, es más si se pudiera me casara con ella- Me miro con una extraña expresión en su rostro, Liz y Jared rieron.
-Así como Nicolás con la Química, y Jared con el inglés-

Ella aun no cambiaba su expresión hasta que escuche la voz de Sofía.
Tenía una chaqueta de cuero, una blusa negra pegada a su cuerpo, Jeans del mismo color y Sandalias. Solo esperaba que se girara para ver su espectacular trasero.

Dios hizo a la mujer y contigo la perfeccionó.


Comenzó la clase de inmediato dejando comprender que estaba molesta así que ninguno hizo nada estúpido. Termino de explicar y dejo un trabajo para la casa.

La jornada en la escuela fue rápida, lo cual agradezco la pesadilla de esta mañana no es que me ayudara de mucho. Hable un rato más con los chicos para luego irme a mi casa.


14:25pm.


Aún seguía jugando en la consola, comiendo frituras, y tomando cerveza.
Sabia que tenia que hacer un montón de cosas pero mi cuerpo se rehusaba a ser responsable al menos durante los próximos diez minutos.

Para no desvelarme decidí realizar el trabajo de literatura. Terminé el trabajo y con él un poema, quien lo lee creerá que me lo robé de internet.

Fui a bañarme y salí de nuevo hasta el bar. Una vez llegué, visualicé todo el panorama y una mujer pelirroja enseguida se sentó en la barra junto a mí.
Se vestía muy extravagante a comparación de Sofía.

Aquí vamos de nuevo.

Deje mis tontos pensamientos y me concentre en la mujer que tenía en frente.
No tardamos mucho cuando ya la tenía en mi auto gritando mi nombre.
Cerraba mis ojos y me la imaginaba era a ella, viéndola a los ojos y sonriéndole como idiota, percibir su aroma, poder ver y escuchar como de sus labios pronuncia mi nombre, tan delicada y tierna.
Tan ella...

Quería que fuera ella quien gritara mi nombre, quisiera que... esto no está funcionando.
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Pasé la noche en vela, luego de que todos esos pensamientos reinaran en mi mente, no pude dormir.

-Pareces un mapache- Dijo Nicolás.
-¿No te bañaste o qué?- volví a gruñir, estábamos sentados en las gradas del campo de beisbol. ¿Por qué hay un campo de beisbol, si nunca hay partidos?, esas preguntas tampoco me dejan dormir en las noches.

-¡Deja de fumar, mierda!- gritó Liz.

-No es mierda, es un cigarrillo- dije señalándolo, saque otro y lo llevé hasta mis labios.

-Bueno, el que se va a morir es él- dijo Jared y asentí sin más expulsando el humo hacia el lado contrario a ellos.

-Sigo sin entender esta mierda- gruño Ele, pose mí vista en su cuaderno.

Estadística. -No trates así a mi amor- Me miro de reojo y rodo los ojos.


-Si quieres yo te explico- dijo Jared y asintió de inmediato.
Y reí.

Sonó la campana y entramos a la escuela, cuando iba a entrar al salón de Física un chico me detiene.


-¿Eres Alejandro?- asentí medio confundido.
-La profesora Sofía quiere que vayas a su salón-
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Mi Profesora EN EDICIÓNDove le storie prendono vita. Scoprilo ora