Capítulo VIII: El auto-aislamiento

5.7K 224 15
                                    

Literalmente, me encontraba solo. Soledad se encerró en mi habitación y me quedé sentado en la sala por un rato. Miraba en el fondo de la jarra la escasa agua que quedaba por el hecho de distraer la mirada.

Trataba de pensar, de concentrarme al fin en mis pensamientos pero, era imposible; no podía articular las ideas. Me levanté y fui a caminar por el resto de la casa para relajarme pero tampoco funcionaba, estaba taciturno y con la cara tensa, todo el cuerpo para ser exactos. No me abrió el apetito el tereré como suele hacer y simplemente deambulé por la casa, como un verdadero fantasma, mejor dicho, un alma en pena.

Volví al sofá para echar una siesta (ya que no pensaba ir a mi pieza con ella ahí) cuando escucho que suena mi teléfono. Es una llamada de mamá, que antes de atenderla descubro que había otras cuatro perdidas.

-¿Hola? -pregunto con cierto miedo. sabía que representaban cuatro llamadas perdidas.

-¡Hola che memby! ¿Qué tal piko estás? ¿No tenés otra vez tu teléfono por vos verdad?

-Sí tengo mamá pero... estaba en otras cosas -no podía decir que estaba discutiendo conmigo mismo.

-Y bueno, si vos decís. Espero que hayas estado arreglando porque me imagino como estará esa casa ajena...

-Está bien mamá -un poco fastidiado- no soy tan desastre como pensás.

-Ahh me alegro entonces. ¿Y qué tal con las cosas de la facu? ¿Ya leíste algo?

-Ehm si, empecé con Castellano ayer a la mañana y me pregunto algo..

-¿Sí?

-¿Qué idioma estoy hablando? No es español.

-Y sí, -entre risas- estudiar te sirve para darte cuenta de muchas cosas.

-¿Pero para que más me va servir? Si voy a ser... -dudando acerca de qué carrera decir- con números voy a trabajar.

-Bueno... para saber, para el cursillo -con una leve risa- Es importante.

-Al menos sé que se dice "Vaso de agua" -riéndome- ¿A vos te sirvió?

-¿Ves? es bueno saber hablar bien -ignorando mi pregunta.

-Y sí -no quería seguir hablando.

- ¿Y qué tal hijo? ¿Estás bien? ¿No te falta nada?

-Estoy... bien. No pasa nada.

-¿Seguro? No parece. Te noto como cansado por tu voz.

-Es que ayer no dormí bien, por eso nomas.

- ¿Y qué pasó? contame.

-Nada mamá. -realmente de mal hunor- No dormí bien y punto. Suele pasar.

-¿Te cuesta ser agradable verdad? -responde con cierta ponzoña- Quería saber nomas como estabas.

No basta con preguntar así nomas -pensaba.

-Y estoy bien. No sé qué más querés que te diga.

-Y eso. Me alegra que estés bien. Ah, te iba a decir que nos vemos recién en año nuevo.

-Ah que.. Esperá. ¿Año nuevo? ¿Qué pasó con navidad? ¿Su jefe es judío o que?

-Es japonés, y da lo mismo, no celebran tampoco. O sea, no vamos porque va a haber mucho trabajo el 24 y nos pidió que nos quedáramos

-En una pequeña financiera... ¿Trabajo hasta tarde un 24? ¿Qué? ¿Habrán préstamos de última hora para el chupi y el asado?

-No... quiere el arqueo y esas cosas, y ahí vamos a estar libres, ahí. Después tu papá lleva la contabilidad en otro sanatorio y así... pero para el 31 vamos a estar libres en todo.

Dejame solo,  Soledad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora