I

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Las hojas ya marchitas caían de los arboles, rozando algunas con mi ventana y otras quedando atrapadas en ella. El viento hacía que algunas ramas chocaran contra las gastadas paredes de madera produciendo un constante repiqueteo. Un grito masculino me saco del trance en el que me encontraba.

- ¡Vamos estúpida! ¡Quiero mi desayuno! - vociferó mi padre desde la cocina, provocando que un escalofrió recorriera mi cuerpo.

Si, que tu "padre" te llame a los gritos no es algo agradable. Aunque "prefiero" los gritos antes de que suba a mi habitación y me golpee o bueno, ya se imaginarán. 

Se preguntarán ¿Porqué es así? ¿Que has hecho tú?

Pues fácil. Luego de la muerte de "mamá" el comenzó a beber mucho, mas de lo que una persona debería si quisiera mantenerse cuerdo, y cada tarde que regresaba del bar, me gritaba, pegaba o intentaba abusar de mi mientras me culpaba de la muerte de su esposa.

De cualquier modo, ellos no son mis verdaderos padres. Según mi madre adoptiva, mis padres biológicos murieron en un accidente de tránsito o algo así. Nunca fue muy específica sobre eso y trataba de obviar el tema cada vez que yo preguntaba porque decía que "no necesitaba saber esas cosas". Hasta antes de su muerte no me importaba mucho el hecho de ser adoptada, porque ellos me brindaban todo el amor y los cuidados que necesitaba, pero desde que Zara murió todo cambió... nada era como antes.

No había una tarde donde no llorara o suplicara por alguien que me ayudara. Por una forma de escapar de este lugar...

Mi "padre" me trata como una sirvienta, y apenas le importa como me encontraba o si estaba muriendo. Los momentos libres que tengo son muy pocos, y la mayoría los uso para dormir o estar en el bosque, que es como mi lugar para desconectarme del mundo.

Escapar nunca fue una opción, el bosque es enorme y tomaría como dos días llegar a un pueblo caminando, y no creo que con mi estado pueda hacerlo. Ademas, muchas veces se escuchaba el aullido de los lobos por la noche y no era una buena idea cruzarme con uno.

Baje rápido aun con la vieja pijama que traía y prepare todo el desayuno bajo su atenta mirada y recibiendo algunos gritos de su parte. Cuando terminé fui a lo que se supone que es mi habitación, si así se le puede llamar a un colchón tirado en un cuarto viejo con olor a humedad, y tome uno de los ya leídos libros que había en el pequeño estante, dispuesta a leer y olvidar todo por un rato.

(...)

Observé el reloj de pared. Eran cerca de las doce de la mañana. Mi padre ya se había ido a algún bar, por lo que pude salir de la casa sin miedo a recibir un grito. Al ser viernes, el no solía regresar hasta la tarde-noche del día siguiente, así que era algo así como mi horario feliz. Si se puede estar feliz en mi condición.

Tome un cuaderno, un lápiz y salí de la cabaña. Es una pena que deba convivir con los abusos físicos y psicológicos de Andrew en un lindo lugar como este ya que si no fuera por el, podría decir que disfruto vivir aquí.

Apenas me adentre en la parte donde usualmente voy del bosque, sentí una especie de cosquilleo que recorría todo mi cuerpo. Desconocía esta sensación por lo que decidí ignorarla, pensando que era provocada por el frío viento del lugar.

Llegue al árbol en el que normalmente estaba, que tenía como un hueco donde podía sentarme a dibujar, leer o escribir. Decidí dedicarme a terminar con el dibujo que había empezado el día anterior. 

Cuando lo termine, examine por ultima vez el dibujo. Se trataba de una chica mirando hacia abajo, mientra que en su cabeza se hallaba un lobo. No era la primera vez que dibujaba lobos o cosas relacionadas con ellos, pero los dibujaba inconscientemente. Era como si mi cuerpo actuara solo y yo no pudiera darme cuenta hasta después de terminar el dibujo.

El cosquilleo volvió una vez mas y pensé por un momento que se trataba de algo que me rozaba y me producía esa sensación. Así que, nuevamente, decidí ignorarlo y seguir detallando el ya terminado dibujo.

Ya eran cerca de las dos o tres de la tarde. Mientras garabateaba una nueva hoja, sentía que alguien me observada desde la lejanía. Ante la incomodidad que me producía esa sensación, decidí ir a caminar para quitarme aquel sentimiento. Pero la sensación de que alguien me veía seguía ahí, provocando que mis vellos se erizaran ligeramente.

Mientras caminaba en sin dirección alguna, porque realmente no sabía donde estaba yendo, escuche el sonido de una rama crujiendo. Paré en seco al darme cuenta que no eran mis pasos los que producían aquel sonido. Algo estaba siguiéndome, o aun peor, alguien. 

Giré mi cabeza lentamente y me encuentre con un hombre muy pálido, flaco y alto que me mira fijamente desde no muy lejos, con sus pupilas dilatadas y sus ojos... rojos. Espera... ¿ojos rojos? Instantáneamente retrocedí, pero una rama provocó que me cayera.

- ¿A donde vas linda? - dijo con una sonrisa escalofriante mientras caminaba hacia mi con andar relajado.

- Yo... eh... ah... - las palabras no salían de mi boca y sentía como el corazón se me aceleraba aun mas a cada paso del desconocido.

- ¿Sabes que pasará ahora? ¿No? - inquirió con cinismo, como si tuviera que imaginarme el final que aquel tipo le daría a esta situación.

Negué lentamente mientras tragaba en seco, asustada de escuchar su respuesta.

- Morirás.- respondió con simpleza, como si de un acto sencillo se tratara. 

En menos de lo que pude contar, sentí su respiración cerca de mi cuello. Sus dientes rozaron mi piel, provocando un quejido de mi parte, y cuando pensé que algo mas ocurriría, algo empujo lejos a el sujeto que trato de... ¿morderme?

Mire hacia donde se supone que tendría que estar aquel hombre derribado, pero solo vi una parte del bosque. Gire mi cabeza nuevamente, asustada ante el pensamiento de que se encontrara detrás mio, pero en su lugar vi un lobo. Su tamaño asombraba a cualquiera, y su pelaje era de un negro intenso que hacía que sus orbes doradas resaltaran aun mas.

Mas asustada que antes por la presencia de aquel animal, comencé a correr buscando una forma de huir de allí. Pero no llegue muy lejos, ya que aquel animal saltó sobre mi. Cerré los ojos esperando lo peor, pero tras varios segundos de no sentir nada me extrañé.

Lentamente abrí los ojos encontrándome  con los de aquel animal, que me miraba fijo. Poco a poco se fue apartando de mi y yo pude incorporarme lo suficiente como para sentarme, pero aun muy desconfiada de aquella bestia que por mas que no me había hecho daño, seguía siendo un peligro.

El se sentó a mi lado y me miró como esperando algún movimiento. Ante la insistencia de su mirada, alce poco a poco la mano para acariciarlo y este cedió ante mi tacto, pero luego de unos minutos de tocarlo, comencé a sentir una presión en mi cuello.

Toque con mi mano libre a zona punzante, sintiendo como un liquido recorría el mismo. Mi alarma de peligro se activó. Algo no andaba bien. Mire la mano con la que había tocado la zona dañada y vi como sangre se hallaba impregnada en ella.

Todo se volvía negro y yo no reaccionaba. Lentamente cerré los ojos, cayendo así en la inconsciencia.

CC

Eres mía, Mia.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن