IV

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Con Ethan volvimos a la casa en la que desperté. El camino fue silencioso. Nadie decía nada, yo por que estaba pérdida en mis pensamientos y el... no lo se, supongo que para respetar mi silencio.

Cuando llegamos, me dijo que debía resolver unos asuntos importantes.

- Puedes visitar la aldea si quieres pero no te alejes demasiado. Si estas cansada, arriba hay varias habitaciones. Escoge la que quieras. No salgas de aquí, pronto anochecerá y es peligroso salir de noche en este bosque. Si necesitas algo, ve a la casa de al lado y diles que te mande yo.- suspiro y concluyó;- De verdad es peligroso, no te alejes, ¿si? 

Asentí mientras el salia por la puerta. Subí y entre en la primera habitacion que encontré. Me recosté en la cabecera de la cama mientras cerraba los ojos con frustración. No podía estar sucediendo esto. Era demasiado irreal.

Decidí dormir para calmar mi pensamientos. Pero no pude ya que a los pocos minutos tocaron la puerta. Pensé en decir que no pasaran o no responder, pero al no ser mi casa sentí la necesidad de responder por educación. 

- Adelante.- dije mientras me sentaba en la cama.

- ¡Hola! ¿Eres tu? ¡Vaya que eres linda! - dijo una chica mientras entraba a la habitación.

- Hola a ti también pero... ¿Sabes quien soy? - pregunté algo confundida. Últimamente la confusión es todo lo que conozco.

- La mate de Ethan duhhh.- dijo como si fuera algo obvio.- Soy Allison, hermana de Ethan y por lo tanto tu cuñada. Es un placer.- dijo mientras me propiciaba un abrazo que no pude devolver debido a los sorprendida que estaba.

Raro. Esto era raro.

- Descuida Mia, ya pronto entenderás todo mejor. Pero por ahora trata de descansar ¿si? Nos vemos linda.- saludó fugazmente mientras se iba.

Y así se fue dejándome nuevamente sola. Y confundida.

Decidí tomar un baño para despejar mi mente. Pero no tenia ropa que usar. Revise uno de los cajones y saque un short y una camisa de hombre que llegaba por debajo de mis muslos. Esto bastará por ahora.

Entré al baño y me duche. Al salir para cambiarme, me tope con Ethan, quien me dio una mirada de arriba a abajo. Fue inevitable sonrojarme. 

- ¿Pu... puedes mirar... pa... para otro lado? - pregunte vergonzosamente.

- ¿Porqué? De todos modos lo veré algún día.- dijo restandole importancia.

- ¡SAL DE AQUÍ! - grite mientras trataba de taparme.

- Nop.

- Necesito cambiarme. Ve-te. AHORA.

El nego y se acerco peligrosamente a mi.

- ¿Porque debería? - preguntó nuevamente, sacándome de quicio. 

- Eres un... ahg. ¿Me puedes pasar la ropa por favor?- dije mas como una suplica que como una orden.

- ¿Mi ropa? - inquirió.

- Si...

- Mm... no. - sonrió malicioso - Así que te quedaras con esa mini-toalla todo el día. Que mal por ti.- dijo alzando los hombros.

No pensaba responder, pero luego de unos segundos tuve una idea.

- Okey.- sonreí.- Le pediré a alguien que me preste ropa. Creo que antes vi a un chico por aquí, seguro me ayudará...

- ¿Que chico Mia? - dijo con su mandíbula tensa. Vaya cambio de humor del perro.

- A alguien de por ahí. No lo sé.- comenté fingiendo desinterés.

Estaba por abrir la puerta cuando una mano empujo la misma. Ethan dejo su mano apoyada en la puerta y con la otra me giro, dejándome frente a el.

- No puedes salir así... ¡Eres mía! ¡No puedes ir así de expuesta! - dijo con voz ronca.

Podía sentir como su respiración se mezclada con la mía. Su mirada viajaba de mis ojos a mis labios y mis ojos hacían lo mismo. Quería besarle. No estaba bien, recién lo conocía, pero quería hacerlo. La parte racional en mi ya no parecía existir.

De un momento a otro, la distancia entre nosotros fue cortada y ambos nos fundimos en un beso. Primero fue lento pero poco a poco se volvió mas... no lo se... ¿salvaje?

Poco a poco sus labios se dirigieron a mi cuello, dejando besos en el mismo. Cuando pensé que debía parar esto, ya que no sabía nada de el aparte de que se convertía en perro y que me había traído aquí, alguien abrió la puerta.

CC


Eres mía, Mia.Where stories live. Discover now