II

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Desperté algo agitada, y me di cuenta casi al instante de que no estaba en mi casa. Rápidamente me paré de la cama en la que estaba acostada y me dirigí a la puerta que tenía en frente con intenciones de salir haciendo el menor ruido posible.

¿Donde estaba?

Mi mente iba a mil por hora, no sabía donde estaba, ni quien me había traído aquí. La idea de estar secuestrada pasó por mi cabeza y no pude evitar tragar en seco ante aquella posibilidad. 

Por un momento deseé estar en aquella cabaña con Andrew, como si fuera mejor.

Al abrir la puerta, mire sigilosamente a los alrededores. No había nadie, así que decidí avanzar. Recorrí un pasillo con otras puertas y llegué hasta una escalera. Baje por ella tratando de hacer el menor ruido posible y así evitar alertar a quien o quienes me había traído aquí.

Pero yo y mi cerebro no coordinamos, por lo que ademas de caerme, me hice un moretón en el brazo. Uno mas a la colección, que felicidad. Notese el sarcasmo.

- Auch... - dije en voz baja mientras me frotaba la zona del golpe y trataba de evitar chillar demasiado. 

Rápidamente me levanté y busqué una salida, la cual hallé con facilidad. Corrí hacía ella lo mas rápido que pude, pero al momento de abrir la puerta, voces se oyeron tras ella. Mierda, mierda, mierda. 

Estoy muerta.

Corrí otra vez y me escondí tras un sofá que había en la sala donde me encontraba. La puerta se abrió y por ella cruzaron dos personas, luego se sentaron en el sofá. Ahora es cuando mis habilidades de espía super sigilosa debían activarse, algo difícil para mi y para mi cerebro. 

- ¿Entonces... ya tenemos Luna? - dijo alguien, al cual apodé como hombre uno.

- Si, bueno... no aun. En la ceremonia del sábado sera oficial. Pero se podría decir que si, creo.- contestó el hombre dos.

Ambas voces eran masculinas, aunque la segunda atraía mas mi atención, por alguna razón. Quizá por el hecho de que era mas grave.

—Bueno, Alfa.— ¿Alfa? ¿Que? —Lo dejo en paz. Suerte con la recuperación de la Luna. Y avíseme si necesita algo.— dijo el hombre mientras se levantaba. Unos segundos después escuché el ruido de una puerta cerrarse. 

Por fin, se fue.

Me quedé pensando en el lugar sobre lo que dijeron ¿La recuperación de qué? ¿Como se recupera la luna? ¿Estará enferma? ¿Como se enferma la luna? Estoy mas perdida que nunca...

A pesar de que ya no se escuchaban mas voces, aun tenía miedo de salir. Cuando me decidí por hacerlo, alguien levanto el sofá. Literalmente, lo levantó. 

Antes de que el desconocido pudiera decir algo, dije y hice lo mas adecuado y maduro que se me ocurrió en ese momento.

—¡Aléjate de mi violador!— grité mientras me alejaba lo mas posible de aquel potencial asesino.

—¿Violador? ¿En serio?— dijo tocándose el pecho mientras hacía una mueca de dolor fingido. 

Lo mire entre asustada y confundida. ¿Porqué actúa tan normal? Seguro esta loco. Mas si habla de la luna enferma o no se qué. Debo encontrar una forma de salir lo antes posible y avisar a un loquero que tienen dos pacientes nuevos.

- ¿Quien eres? - pregunté mientras me alejaba conforme el avanzaba hacía mi.

- Soy Ethan Black, Alfa de la manada "Blood Moon" y tu mate. Y, no, no soy un loco. Y menos un violador.- respondió mientras reía.

Este está loco de remate. Es peor de lo que creía.

- ¿Alfa? ¿Acaso eres un perro? Y... ¿mate? No entiendo nada. Además como sabes que te dije que eres un loco.- pregunte demasiado confundida. Debo estar pensando en voz alta...

- Yo te explicaré todo luego pero no te alejes de mi como si... - lo corté antes de que terminara.

- ¿Como si fueras un secuestrador? Porque eso eres.- respondí con obviedad.- Déjame ir o tendrás problemas.

- No soy un secuestrador...- dijo nuevamente mientras se frotaba los ojos, con gesto de impaciencia.

- ¿Y porqué me secuestraste? - contraataqué.

- No te secuestre...

- ¡Secuestrador! - grité.

- ¡NO TE SECUESTRE, NO SOY UN PUTO SECUESTRADOR! - grito enfurecido y golpeo la pared a su lado, provocando que uno de los cuadros colgados cayera.

Cuando grito, no solo sus ojos se hicieron oscuros, si no que su respiración se agitó. Sus músculos estaban tensos.

Al parecer retrocedí tanto que choque con la pared. Apoyada en esta, me hice bolita y no pude evitar sollozar del pánico y la frustración. Quería salir de donde sea que estuviese. No entendía porque me pasaba esto a mi. Nunca hice nada malo, siempre cumplí con lo que me pedían aunque fuera una injusticia.

En ese momento, sentí como unos fornidos brazos me rodeaban con delicadeza, como si tuvieran miedo de romperme. Una corriente desconocida recorrió mi cuerpo. El pareció sentirla también, ya que me miro sorprendido.

- Lo siento mi Luna... no quise asustarte. No quiero que me temas... - dijo mientras me miraba fijamente.

Mientras el hablaba yo tenia una lucha en mi mente. Una parte, la racional, de mi decía querer alejarse de el y correr lejos, pero por otro lado, también estaba la parte insensata que quería quedarse entre sus brazos.

- Por favor, no te vayas Mia...- suplicó.

- ¿Como... como sabes mi nombre? - pregunté extrañada, ya que no se lo había dicho antes.

- Prometo explicarte todo, pero necesito que estés tranquila... - dijo una vez que se separo de mi, permitiendo que me levantara. 

- ¡Estoy tranquila! - exclamé.

- No.- rió.- Estas histérica.

- ¡NO ESTOY HISTÉRICA! - grité, ahora si, histérica.

- Claro que no lo estas...- comento irónico.- Ven, te mostrare algo.

- ¿En donde? - dije con algo de temor, a pesar de que no me ha hecho nada, no quiere decir que no lo haga después.

- Ya lo veras Mia.- dijo mas para el que para mi, pero aun así pude escucharlo.

Sabía que ir con un desconocido no era lo mejor, pero si quisiera hacerme algo, ya lo hubiera hecho. Aun con algo de desconfianza, asentí con la cabeza y lo seguí. 

CC

Eres mía, Mia.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ