III

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Ethan me tomo de la mano, acto que me sorprendió pero o repudié, y me guió fuera de la cabaña donde estábamos. Al parecer nos encontrábamos en una especie de aldea, muy linda a decir verdad y bastante pintoresca, me sentía en un cuento de hadas. Había muchos niños jugando a las... ¿peleas?

¿Que clase de niños juegan a las peleas? No deben tener ni siete años. Yo a esa edad me comía los mocos.

Un pequeño tirón me distrajo de mis pensamientos. No tuve que voltear para darme cuenta de que era Ethan, que al parecer se dio cuenta de la cara de terror que tenía.

- Están jugando, no te preocupes.- dijo tratando de calmarme.

- ¿A que? ¿A matarse? Uy si, que gran juego. Debería probarlo también.

- Solo practican Mia.- dijo para tranquilizarme.- Son cachorros, déjalos experimentar.

Cachorros... ¿que? Llegamos a el final de la aldea. Caminamos hasta una pequeña motaña en el centro del bosque y el se detuvo.

- Necesito que no tengas miedo de lo que veras. No quiero que pienses de forma equivocada.- pidió temiendo mi reacción.

- Mira, creo que si acepte venir al medio del bosque con un hombre que no conozco, arriesgándome totalmente, podre superar lo que sea.- comenté riendo.

El asintió algo inseguro aun. Y comenzó a desvestirse.

Espera. ¿QUE?

- ¡¿QUE ESTAS HACIENDO?! - chillé mientras cubría mis ojos. Esto se esta saliendo de control.

- Tomando una taza de te con la reina de Inglaterra. ¿A ti que te parece? - comento burlón.

- Pe... pero ¿Porque? No se supone que hagas eso ahora.- dije sonrojandome.

- ¿Y cuando lo hago entonces? - dijo con una sonrisa pícara.

- ¡No me refería a eso! ¡Que odioso eres! - chillé.

Escuché como reía. Unos segundos después volvió a hablar.

- No te preocupes, solo voltea... si quieres.- dijo aun con cierta risa.

- Sip, definitivamente quiero voltear.- dije mientras lo hacía.

Me voltee y espere. Escuche un ruido semejante a ramas rompiéndose. Luego hubo silencio. Ya me estaba hartando. Sentí un pequeño empujón en mi mano derecha, pero fue como si un peluche me tocara.

Mire lentamente y pude ver un gran lobo negro. Era el mismo de la otra vez. Tuve la intención de correr, y estaba a punto de hacerlo, pero luego recordé sus palabras; "Necesito que no tengas miedo de lo que veras..."

- ¿Ethan? - dije impactada. Esto no estaba sucediendo.

El lobo gruño en respuesta. 

- No. No, no, no. No. Me niego a creer esto. No y no. No puede ser posible.- repetía varias veces tratando de autoconvencerme. 

El lobo siguió acariciándose en mi mano y yo estaba inmóvil. No podía convertirse en... un perro. No hay explicación lógica. Quizá sigo durmiendo, y esto nunca sucedió. Si eso debe ser.

Un rato después, el lobo se fue alejando y se puso detrás de un arbol. Se volvió a escuchar el crujido de ramas, que ahora que lo pienso mejor deben ser huesos. Sus huesos...

Auch.

Un Ethan semi desnudo salio de atrás del arbol. Había que admitir que aunque me haya secuestrado según yo, era muy apuesto. Estaba marcado pero no excesivamente. Y, ¡Oh por Dios ¡¿Que estoy diciendo?! Acabo de conocer a un tipo, que se convierte en lobo, me secuestró aunque el dice que no, y en lo único que pienso es "Esta marcado".

- ¿No vas a decir ni una palabra? - preguntó mientras me miraba.

- ¿Que? - dije cuando salí de mi trance.

El rió.- Acabo de transformarme en un lobo, y ¿en todo lo que piensas es en mi físico? - pregunto gracioso.

- No pienso en eso...- dije sintiendo el calor subiendo a mis mejillas.

- Si lo haces.- afirmó.

- Que no.- negué.

- Que si.

- Que no.

- Que si.

- ¡DIJE QUE NO! No hay manera de que tu sepas si lo hago o no.- dije finalmente, sintiendo como había ganado la discusión. 

- Mia, entre mates se puede. Puedo saber si estas aburrida, angustiada, feliz o triste. Todo lo que te pase, lo sentiré yo también.- explicó... o mas bien trató.

- ¿Todo lo que pienso? Okey.- fingí entender.- Y... ¿mates? - pregunté.

- Bueno así como los vampiros, como el que te ataco en el bosque, tienen su alma los lobos tenemos nuestros mates. Es decir, compañeros de vida o novios o esposos. Llámalo como quieras pero el significado es el mismo. El mate es como lo mas importante para su respectivo compañero, es único y especial de miles de formas.- concluyó.

Mi cara en este momento debe ser una de total confusión.

Toda la información esta siendo procesada muy difícilmente por mi cerebro. Analicemos la situación; estoy en medio de un bosque con un hombre que se transforma en un perro gigante, que me salvo de un vampiro, si bien escuché, y me trajo a una aldea llena de otros hombres y mujeres perro gigantes.

No se que esta pasando. ¡Oh, esperen, si lo se! ENLOQUECÍ.


CC

Eres mía, Mia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora