VIII

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Corrí tanto como mi cuerpo podía. Mis piernas pidieron un descanso y concordando con ellas, me detuve en un lago.

No podía creer en el hecho de que sin ser nada, porque no lo eramos, se pusiera tan posesivo cuando el se va con una perra de por ahí.

Me sente en la orilla y con una rama comencé a dibujar garabatos en la tierra húmeda.

En eso siento unos pasos acercarse. Mire sobre mi hombro y encontré a Jeremy.

- ¿Que haces aquí?

- Pues... estaba conversando contigo y luego el apareció y te fuiste y quería saber como estabas.

- Bien, mal, no lo se. Como sea, solo quiero desaparecer. No quiero pensar en nada por un rato.

- No me gustaría que desaparezcas, me caes bien y eso no lo consigue cualquiera.

- Tu también me caes bien. Te debo una explicación de todo eso...

- Creo que entendí todo.

Lo mire confundida. ¿A que se refería? ¿Como podía entender todo sin siquiera saber que paso con Ethan?

- Sucede que; Stefany es mi hermana menor y la "ex" de Ethan el Alpha. El tiempo que estuvieron juntos ella se le subió algo a la cabeza, se creyó la reina de todos y todo. Cuando Ethan la dejo, ella no lo tomo muy bien y entro crisis. Luego de unos días se recuperó, pero seguía pensando que el volvería por ella. Luego llegaste tu y bueno, ya sabes el resto.

Estaba muda. ¿El y ella? ¿Hermanos? Era algo de no creer. Ambos eran totalmente diferentes.

- ¿Sin palabras verdad? - pregunto con cierto tono burlon.

- La verdad es que si...

- Mucha información para un día.

Reí asintiendo.

El resto del día lo pasamos hablando sobre su hermana y Ethan. El me contaba cada detalle de la ruptura de ambos y lo mal que le hizo psicológicamente a su hermana. En eso se escuchó un ruido.

Me gire y vi a un hombre desconocido.

- ¿Señorita Mia?

- Si, ¿quien es?

- Soy Michael, Beta de el Alpha Ethan. La estamos buscando desde que corrió fuera del cafe. Por favor acompáñame.

- Esta bien.- suspiré.- Adiós Jer...

Me sorprendí ante el hecho de que al darme vuelta, el ya no estaba. Talle mis ojos pero no había rastro de el.

Confundida, me dirigí hacia Michael.

(...)

Entre a la habitación y me encontré con Ethan sentado en el borde de la cama con los codos sobre las piernas y sus manos en la cabeza.

Al cerrar la puerta, el levanto su cabeza y me miro. Sus ojos estaban rojos y decaídos.

Fui caminando lentamente hacia el, pero antes de que pudiera dar otro paso, el se me acercó y me abrazo con fuerza y a la vez cariño.

- Lo siento... no me dejes nunca Mia...

Eres mía, Mia.Where stories live. Discover now