4.- LA CITA

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Al principio estuve muy nerviosa pero poco a poco me iba relajando, íbamos conversando y debo decir que Ethan sabía hacia dónde ir, cosa que no esperaba. Ya que es nuevo en la ciudad.

Dimos un recorrido por la ciudad y luego llegamos a un lago a las afueras de la ciudad, honestamente he vivido toda mi vida aquí y no sabía de la existencia de ese lugar.

-¿Te gusta?

Estaba sumergida totalmente en mis pensamientos, era un lugar hermoso, soy una fiel admiradora de los bellos paisajes, y este no era la excepción, así que mi mente divagaba, fue solo cuando me tomó de la mano que yo reaccioné, no sé cuántas veces me habrá hablado y yo no lo escuche.

-Ya veo que te gustó el lugar.

-Sí, es muy bonito, hiciste una buena elección del lugar. Y dime ¿Cómo conoces este lugar? ¡No sabía que existiese este lugar!

-Bueno, desde que llegué me levanto muy temprano a entrenar y la primera vez que salí me perdí en este lago, así que cada que tengo tiempo vengo para estar un tiempo a solas.

Dejamos las bicicletas y comenzamos a caminar, había un camino, y se veía personas en botes pescando, no estábamos solos pero en ese momento no me importaba nadie más, ¡No puedo creer que no sabía de este lugar! Cuando necesito mí tiempo a solas normalmente voy al edificio más alto y me siento en la terraza a observar la ciudad, así se me pasa las horas, puedo pensar con tranquilidad y estar en paz, pero definitivamente éste estaba mucho mejor

-Y dime de ¿Dónde vienes?, ¿Por qué decidiste venir a vivir aquí?

Su rostro se puso un poco serio así que creo que las preguntas no fueron las correctas.

-Bueno la verdad es que yo no elegí venir a vivir aquí, lo decidieron las circunstancias.

Obviamente no era un tema del cual él se sintiera cómodo, pero antes que pudiera decir algo, él continuó.

-Hace aproximadamente un mes hubo un accidente, un choque múltiple de autos murieron muchas personas, aproximadamente unas 10, incluidos mis padres.

La sangre se me heló, se le salían las lágrimas y yo me sentía impotente, no tenía ni idea de que hacer, así que hice lo que hace Nathasha cuando yo estoy mal, me acerqué y él automáticamente me dio la espalda.

-Iban a verme competir en las regionales y nunca llegaron, estaba muy enojado porque no pudieron llegar, en ese momento no sabía que había pasado, les había insistido mucho para que me vean competir en esta importante carrera.

-¡No!, no te escondas de mí.

Él se voltea y me mira, realmente era un punto sensible el que había tocado, me acerqué y le sequé las lágrimas con mis dedos, no me gustaba verlo llorar, tuve que poner todo de mí para no llorar con él, pero sabía que si me ponía a llorar no ayudaría.

-¡No tienes por qué avergonzarte de tus sentimientos! Es hermoso que te sientas así, es normal, los querías fueron tus padres por la mitad de tu vida.

Mis manos no dejaban de acariciar su rostro, todo esto me hizo sentir que debía protegerlo, Ethan se había mostrado tan indefenso, eso es algo que no se ve muy seguido. Él se relajaba ante el contacto de mis manos con su rostro, lo cual me gustó mucho.

-Por ese motivo tuve que venir a vivir con mi tío Luis, me dijo que podía trabajar en el gimnasio, soy muy bueno ayudando a las personas a ejercitarse, y el trabajo no me viene mal.

Me acerqué más y agradecí que él no se moviera, me paré con mis pies en punta y lo abracé durante no sé qué tiempo pero, el tiempo que haya durado no quería que acabase, me sentía cómoda, era raro pero se sentía bien, agradable, y él no intentó tocarme más de lo que un abrazo era permitido, lo cual agradecí.

Pasamos abrazados no sé qué tiempo pero lo solté porque comenzaba a sentirme incómoda.

-Kenzie, ¿Te habían dicho que tienes unos ojos hermosos? Sobre todo cuando cambian de color.

-¿Cambiar de color? <Aquello me desconcertó y me hizo reír> ¿Realmente te estás escuchando?

-Tranquila será nuestro secreto.

Pasamos de un tema a otro que no sé en qué momento olvidé aquella conversación. Él estaba muy interesado en la clase de persona que era, hablé de mí, no hay nada raro en mis gustos, pero sí son muy específicos. Hay cosas que realmente me irritan, palabras, colores, comidas, frases, etc.

No me agrada el color amarillo, por ejemplo, no lo odio sólo que nunca me verán vestida con algo de ese color. Soy más de colores fríos, sobre todo azules y sus derivados.

Y como esas hay otras cosas que son mis gustos, pero Nathasha les llama manías, pero para Ethan eran muy interesantes ya que me dejo hablar, no sé por cuanto tiempo.

Pasaba el medio día por lo que obviamente me dio hambre, fuimos a un restaurante agradable, almorzamos creo que por dos horas o tres, ya que más hablábamos que comíamos, calculo ese tiempo ya que esa comida estaba fría cuando la comí.

De regreso a casa Ethan ya estaba mucho mejor, su sonrisa volvió a su rostro, lo cual agradecí ya que es mucho más lindo cuando sonríe. Al parecer ya había olvidado ese momento en el que recordó a sus padres.

Nunca lo habría imaginado, no muestra ese tipo de dolor cuando hablas con él.

-Me divertí mucho hoy, espero poder salir contigo nuevamente, eres una buena compañía.

No soltaba mi mano mientras caminábamos hacia la puerta de mi casa lo cual no era mucho ya que la entrada era corta, todo lo que habíamos pasado hoy había sido intenso para mí al menos era el primer chico con quien salía y él también era especial. Había algo que faltaba y había conversado con Nathasha de este momento y no me sentía preparada, el beso.

KenzieWhere stories live. Discover now