18.- ¡QUÉ DÍA!

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-Amber, no es un buen momento.

-¡A quién le importa! Eres tan tierna cuando te enojas.

-Me importa un carajo lo que pienses. Vé a molestar a alguien más.

-Pobrecita, sentirse dejada de lado por todos los que conoces.

¡Pero qué perra! Venir a molestarme justo ahora, al menos tengo que reconocerle que es constante, y sé que esperar de ella. Nunca esperé esto de Nathasha, con todo lo que estaba pasándome, tenía que ser Amber quien me saque de mis casillas.

Agarré a James por el brazo y comenzamos a caminar, no quería seguir escuchando sus impertinencias.

-No tener a nadie con quien hablar, pasar el rato, debe ser muy triste. Mirar el techo, no poder dormir, pensar y no llegar a ninguna conclusión.

-¡Amber! ¿Tienes que ser tan perra?

Justo cuando iba a responder, James intervino, lo cual agradecí, no estaba con las fuerzas como para tener que lidiar con la estúpida de Amber.

-¿El bebé tiene algo que decir?

-No soy un bebé, ni nada que se le parezca, creo que eso es algo obvio.

Bueno de hecho, era un hecho gracioso, ya que James era muy alto, Amber era pequeña, muy, muy pequeña.

-¿Vas a llorar cómo una pequeña niña?

-Sólo lloro por cosas que valgan la pena. Tú eres tan poca cosa que la única razón para hablarte es distraerte lo suficiente para que Kenzie se vaya.

Y tenía razón, ya estaba caminando lejos para cuando James pronunció esas palabras, odio a Amber, perra. Pero este chico James se estaba convirtiendo en una persona realmente importante para mí, ha estado conmigo las últimas semanas, no sé qué haría sin él.

Soy una persona de costumbres, hago las cosas con un orden, me gusta sentir que tengo el control de la situación. Por ejemplo en las mañanas antes de clases me gusta tomar o comer algo, hay una máquina de snack en el corredor cerca del laboratorio de biología, me gusta ese corredor porque nadie lo toma, es vació y la gente le teme porque dicen que se siente la muerte por ahí, ya que en el laboratorio hay fetos, y un poco de cosas asquerosas, pero al menos es tranquilo, que era lo que más necesitaba en ese momento, que desgracia para mí, ahí estaba ella. Esperándome.

-¿Qué haces aquí?

-Pensé que podríamos hablar.

-¡Claro! Sobre todo porque nadie nos ve.

-Kens, por favor.

-¿Por favor?, no me llames así, perdiste derecho a todo conmigo. Perdiste sobre todo el derecho a pedirme un favor.

-No quiero perderte.

-Ya es muy tarde, ya me perdiste, y creo que me perdí a mí misma en el camino.

-Espero me perdones, porque no creo poder perdonármelo.

-Parecías tan segura de ti misma con Patrick, ¿A dónde se fue todo eso? ¿Con quién finges? Conmigo, con Patrick, contigo misma.

No sé qué harás con el psicópata imbécil que tienes como novio, sólo asegúrate de no convertirte en él, y si lo haces, ten la decencia de que yo no lo vea.

Me giré y me fui por dónde vine, sé que lo que le dije fue malo, y que probablemente estaría llorando, yo no suelo ser así, soy compasiva y tengo empatía, pero estaba enojada, y gracias a Dios que me contuve, no sé qué hubiera pasado si no. Aunque nunca le haría daño, no realmente.

KenzieWhere stories live. Discover now