Undici - Epílogo

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Si los sábados fueran como los domingos, en definitiva BaekHyun no estaría tan molesto para levantarse temprano esa mañana.

Había abierto sus ojos a las nueve de la mañana con un espantoso dolor de espalda, ChanYeol y él la noche anterior habían aprovechado los "viernes de citas" teniendo sexo por varias partes de la casa antes de que dieran las nueve de la noche, porque claro hasta esa hora se acababa absolutamente toda la intimidad. Aun así, juntos aprovecharon la noche al máximo para volver a esperar al siguiente viernes, ese era el acuerdo desde que la casa en donde vivían ya era de tres.

BaekHyun odiaba los sábados porque a esa hora ya escuchaba el terrible opening de Bob esponja en el salón, irritándolo hasta olvidar el propio dolor físico para cambiarlo por unas punzadas en las sienes que le obligaban a levantarse. Al mirar al lado no había visto señales de vida por parte de su esposo –porque legalmente lo habían hecho posible-, ChanYeol seguía babeando la almohada y es cuando BaekHyun se preguntaba si eso le parecía sexy. La respuesta era sí, ya que cada mañana BaekHyun limpiaba sus labios y cerraba la boca de su marido para que este pudiera seguir durmiendo, sin duda al pasar los años los sentimientos seguían intactos.

Sin remedio para el dolor de su cabeza, BaekHyun se levantaba de la cama para buscar el suelo. Estando ya de pie y sin querer despertar a ChanYeol, fue hasta el salón para ver todo con más claridad.

Ahí frente a la televisión, un chiquillo de no más de nueve años miraba directo a la pantalla del aparato moviéndose de un lado a otro tratando de clamar su hiperactividad, el pequeño tenía el cabello oscuro y ondulado, de orejas poco pronunciadas y el cuerpecito pequeño. Bien, BaekHyun ya se había olvidado de su dolor en la cabeza al ver cuán feliz estaba el menor y sin esperar mucho se había ido a sentar junto a él.

Había pasado sus piernas a cada costado de su pequeño, tomando con sus brazos el cuerpo ajeno para que la espalda del niño quedase contra su pecho. Pronto la avalancha de besos se presentó sacando decenas de risas por parte de los dos, los sábados en sí no eran tan malos.

— JoonMyun ¿Dormiste bien?

— Sí mami –había respondido el niño despegando su vista de la pantalla para ver a BaekHyun- ¿Hoy vas a trabajar?

— No cariño, hoy me quedo con papi y contigo todo el día.

— Uh, ya...

— ¿Qué fue esa cara Myunnie? ¿No quieres que mami se quede contigo?

— Sí, pero, es que papi ha dicho que hoy iríamos a casa de tío YiXing.

— Oh, con qué es eso.

— Le prometí jugar con EunJi –las palabras de ChanYeol inundaron la sala y pronto sintiéndose cálido, BaekHyun ahora tenía la espalda recargada del pecho de su esposo que abrazaba a sus dos amores desde atrás- Así que más tarde iremos.

— ¡Sí! Mami ¿puedo llevar un regalo?

— Ya que papá Chan no me avisó nada y estoy siendo arrastrado para ir a casa de los Kim, sí, llevemos algo.

— ¿Y algo para EunJi?

— ¿Por qué para EunJi?

— Es... bonita –las mejillas de JoonMyun se habían colorado, incluso sus orejas, cuestión que había logrado una sonrisa por parte de sus padres-

— Bueno, también para ella.

— Genial, voy a dibujarle algo.

El niño se había levantado, balanceándose un poco por el mal equilibrio, pero una vez puesto, había tomado camino corriendo hasta dar con los pasillos de la casa y perderse con en los mismos. ChanYeol había empezado a abrazar con más fuerza a BaekHyun que aun miraba donde el niño había ido, quedándose callado algunos segundos.

— ¿Te imaginas emparentar con los Kim?

— BaekHyun no exageres.

— No exagero, es como una señal.

— Mejor cállate y bésame.

— Esa es la peor forma de callarme...

— Entonces te haré callar de otra forma.

— ChanYeol, saca la mano de ahí.

— ¿De aquí?

— Está JoonMyun.

— Tardará un rato ahí dentro.

— ¿Tú nunca sabes cuándo es no?

— Tu cuerpo dice sí.

— ¡ChanYeol!

— Te amo enano –susurraba ChanYeol dejando un sonoro beso en los cabellos adversos, volviendo a sus abrazos, BaekHyun jamás los volvería a rechazar-

— Yo te amo a ti.

— Bien...que tierno... ¿Ahora podemos hacerlo?

— ¡PARK!

Quizá ese día, el desafío no fueron los minutos de intimidad, ni los minutos esperando a comprar un pastel. El verdadero desafío había empezado cuando JoonMyun, entregaba sonrojado a EunJi el regalo, recibiendo la niña con un beso en su mejilla.

Simplemente el destino tenía a sus favoritos.

Cien días sin ChanYeol »ChanBaekWhere stories live. Discover now